domingo, 31 de octubre de 2021

VIDRIOS ROMANOS DE VENTANA DEL YACIMIENTO DE CORTA LAGO ( I )

Un trabajo de Cinta Regalado, Aquilino Delgado y J.A. Perez

En el presente artículo vamos a presentar el estudio de los vidrios de ventana procedentes del yacimiento de Cortalago (Minas de Riotinto, Huelva) custodiados en el Museo Minero de Riotinto, y encuadrados dentro de la colección de vidrios romanos del citado museo. 
La colección de los vidrios romanos del Museo Minero de Riotinto tiene su origen en el primitivo museo de Filón Norte, que posteriormente pasaría al edificio del sismógrafo del barrio de Bella Vista, que albergó las piezas halladas durante las labores mineras. El resto de las piezas proceden de yacimientos también de la zona, y han entrado por una doble vía: por un lado, las campañas arqueológicas que tuvieron lugar desde los años 70 a inicios de los 90 del siglo XX en Cortalago, y por otro, las piezas halladas en superficie en prospecciones en el resto de yacimientos. 
El estudio de la colección vítrea de época romana del Museo Minero ha permitido determinar que proceden de cuatro yacimientos:

 a) Necrópolis de La Dehesa (Minas de Riotinto, Huelva) Este yacimiento sería la zona de enterramiento del yacimiento de Cortalago, abarca una cronología que va desde el primer tercio del siglo I d. C. a fines del siglo II d. C. Es de donde procede buena parte de la colección de vidrio romano del Museo Minero de Riotinto, destacando sobretodo los ungüentarios depositados en el Museo, y que en un primer momento formaron parte de  la colección del Museo de Filón Norte, pasando después a instalarse en el pequeño edificio del sismógrafo sito en el barrio de Bella Vista.

b) Cerro del Moro (Nerva, Huelva) De este importante hábitat de carácter militar conservamos importantes restos vítreos de gran calidad como los millefiori. De parte de los cuales si conocemos su contexto arqueológico pues provienen de las excavaciones de mediados de los años ochenta y de otro no, al haber sido recogidos en superficie. Lo que si nos aporta las piezas provenientes de este yacimiento es una horquilla cronológica entre el gobierno de Augusto a inicios del gobierno de Claudio. (Pérez y Delgado, 2007) 

c) Planes / Marismilla (Nerva / Minas de Riotinto, Huelva) A este yacimiento se desplazaron las tropas militares tras el abandono del Cerro del Moro, conservamos importantes elementos vítreos aunque de menor calidad que los del yacimiento anterior. También se ha documentado parte de la Necrópolis. 

d) Cortalago (Minas de Riotinto) De este yacimiento conservamos diversos elementos vítreos en contexto de hábitat, pero a diferencia de los anteriores tenemos un mejor conocimiento del contexto arqueológico, pues ha sido objeto de diversas campañas de excavación arqueológicas. De este yacimiento es donde procede los fragmentos de vidrios de ventana objeto de este trabajo.

YACIMIENTO DE CORTALAGO

Este yacimiento, situado en la zona de Filón Norte de Minas de Riotinto (Huelva) es el más importante de la Cuenca Minera de Riotinto. La primera intervención fue llevada a cabo a inicios de los años 70 por Luzón Nogué y Ruíz Mata (Luzón y Ruíz, 1970) en la zona conocida como el Llano de los Tesoros, actualmente desaparecida por las labores mineras. 
Las siguientes intervenciones fueron realizadas a en 1977 y 1979 dentro del Proyecto Arqueometalúrgico de la Provincia de Huelva (Blanco y Rothemberg, 1980, 104 - 107) y su objetivo fue estudiar la metalurgia, partiendo del estudio de los escoriales y se realizó mediante catas, dando como resultado la existencia de procesado de metalúrgico de los minerales de Riotinto para obtención de plata desde el Bronce Final, lo cual se extendería hasta época romana, cuando se detecta el comienzo de la explotación de cobre desde el principado.
 La última fase de estudio de este yacimiento comenzó en 1985 y durará hasta 1990 (Pérez Macías, 1986; Rothemberg y Pérez, 1986 y 1987; Pérez Macías, 1998). El objeto de actuación fueron “los niveles con estructuras romanas de habitación, asociadas a la zona de mayor extensión de los escoriales romanos” (Pérez Macías, 1998, 108), documentándose niveles de habitación desde época altoimperial hasta la crisis del siglo III, con un nuevo nivel de ocupación en los siglos IV y V d. C., aunque sin el esplendor de los primeros siglos del imperio.

FABRICACIÓN DEL VIDRIO DE VENTANA ALTOIMPERIAL Y SU CORROBORACIÓN EN LOS VIDRIOS DE VENTANA EN RIOTINTO

El empleo de vidrio plano para su uso en arquitectura con el objeto de cubrir vanos es un invento romano que se documenta a partir del siglo I d. C. (Forbes, 1966; Isings, 1977), aunque tradicionalmente se había sostenido que su empleo en el occidente del imperio se daría a partir del siglo III d. C.
 La documentación del vidrio para este tipo uso en Pompeya y Herculano, además en cada vez mayor número de yacimientos del territorio que conformó el Imperio Romano, como en el caso que nos ocupa, lleva a pensar que su uso se generalizó a partir de primer siglo de nuestra era. 

El vidrio plano para época alto imperial se fabricaba dejando la pasta vítrea en un molde horizontal de madera o mármol que disponía de un pequeño borde para contener el vidrio. En este estado viscoso era la pasta era estirada mediante ganchos y tenazadas desde todos sus lados en las zonas cercanas al borde, como se documenta en algunos fragmentos de los hallados en Cortalago (MMRT 8025, MMRT 8028 y MMRT 8029). Este proceso da como resultado un vidrio grueso no uniforme, con una superficie lisa y otra rugosa y los bordes redondeados al fuego (Dunn, 1986). 
Frente al vidrio de ventana de época bajo imperial de menor espesor, con menos impurezas y un acabado más pulido que se conseguía soplando el vidrio hasta darle una forma cilíndrica, tras lo cual se cortaba y se extendía sobre un horno especial. 

Tras esto, se trataba de igual manera que los vidrios anteriormente descritos, homogeneizándose así la masa. En la zona oriental del Imperio se empleó desde el siglo IV d. C. un sistema para la obtención de vidrio plano denominado “crown glass” (Forbes, 1966), muy similar al empleado en Europa en la Edad Media (Martín-Bueno y Ortiz, 1995, 10

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