Un trabajo de Cinta Regalado, Aquilino Delgado y J.A. Perez
En el presente artículo vamos a presentar el estudio
de los vidrios de ventana procedentes del yacimiento de
Cortalago (Minas de Riotinto, Huelva) custodiados en el
Museo Minero de Riotinto, y encuadrados dentro de la
colección de vidrios romanos del citado museo.
La colección de los vidrios romanos del Museo
Minero de Riotinto tiene su origen en el primitivo museo
de Filón Norte, que posteriormente pasaría al edificio
del sismógrafo del barrio de Bella Vista, que albergó las
piezas halladas durante las labores mineras. El resto
de las piezas proceden de yacimientos también de la
zona, y han entrado por una doble vía: por un lado, las
campañas arqueológicas que tuvieron lugar desde los
años 70 a inicios de los 90 del siglo XX en Cortalago, y por
otro, las piezas halladas en superficie en prospecciones
en el resto de yacimientos.
El estudio de la colección vítrea de época romana del
Museo Minero ha permitido determinar que proceden de
cuatro yacimientos:
a) Necrópolis de La Dehesa (Minas de Riotinto,
Huelva) Este yacimiento sería la zona de enterramiento
del yacimiento de Cortalago, abarca una cronología
que va desde el primer tercio del siglo I d. C. a fines
del siglo II d. C. Es de donde procede buena parte de la
colección de vidrio romano del Museo Minero de Riotinto,
destacando sobretodo los ungüentarios depositados en
el Museo, y que en un primer momento formaron parte de la colección del Museo de Filón Norte, pasando después
a instalarse en el pequeño edificio del sismógrafo sito en
el barrio de Bella Vista.
b) Cerro del Moro (Nerva, Huelva) De este importante
hábitat de carácter militar conservamos importantes
restos vítreos de gran calidad como los millefiori. De parte
de los cuales si conocemos su contexto arqueológico
pues provienen de las excavaciones de mediados de
los años ochenta y de otro no, al haber sido recogidos en
superficie. Lo que si nos aporta las piezas provenientes
de este yacimiento es una horquilla cronológica entre el
gobierno de Augusto a inicios del gobierno de Claudio.
(Pérez y Delgado, 2007)
c) Planes / Marismilla (Nerva / Minas de Riotinto,
Huelva) A este yacimiento se desplazaron las tropas
militares tras el abandono del Cerro del Moro,
conservamos importantes elementos vítreos aunque de
menor calidad que los del yacimiento anterior. También
se ha documentado parte de la Necrópolis.
d) Cortalago (Minas de Riotinto) De este yacimiento
conservamos diversos elementos vítreos en contexto
de hábitat, pero a diferencia de los anteriores tenemos
un mejor conocimiento del contexto arqueológico, pues
ha sido objeto de diversas campañas de excavación
arqueológicas. De este yacimiento es donde procede
los fragmentos de vidrios de ventana objeto de este
trabajo.
YACIMIENTO DE CORTALAGO
Este yacimiento, situado en la zona de Filón Norte
de Minas de Riotinto (Huelva) es el más importante de
la Cuenca Minera de Riotinto. La primera intervención
fue llevada a cabo a inicios de los años 70 por Luzón
Nogué y Ruíz Mata (Luzón y Ruíz, 1970) en la zona
conocida como el Llano de los Tesoros, actualmente desaparecida por las labores mineras.
Las siguientes
intervenciones fueron realizadas a en 1977 y 1979
dentro del Proyecto Arqueometalúrgico de la Provincia
de Huelva (Blanco y Rothemberg, 1980, 104 - 107) y su
objetivo fue estudiar la metalurgia, partiendo del estudio
de los escoriales y se realizó mediante catas, dando como resultado la existencia de procesado de metalúrgico
de los minerales de Riotinto para obtención de plata
desde el Bronce Final, lo cual se extendería hasta época
romana, cuando se detecta el comienzo de la explotación
de cobre desde el principado.
La última fase de estudio
de este yacimiento comenzó en 1985 y durará hasta 1990
(Pérez Macías, 1986; Rothemberg y Pérez, 1986 y 1987;
Pérez Macías, 1998). El objeto de actuación fueron “los niveles con estructuras romanas de habitación, asociadas
a la zona de mayor extensión de los escoriales romanos”
(Pérez Macías, 1998, 108), documentándose niveles de
habitación desde época altoimperial hasta la crisis del
siglo III, con un nuevo nivel de ocupación en los siglos IV
y V d. C., aunque sin el esplendor de los primeros siglos
del imperio.
FABRICACIÓN DEL VIDRIO DE VENTANA ALTOIMPERIAL Y SU CORROBORACIÓN EN LOS
VIDRIOS DE VENTANA EN RIOTINTO
El empleo de vidrio plano para su uso en arquitectura
con el objeto de cubrir vanos es un invento romano que se
documenta a partir del siglo I d. C. (Forbes, 1966; Isings,
1977), aunque tradicionalmente se había sostenido que
su empleo en el occidente del imperio se daría a partir
del siglo III d. C.
La documentación del vidrio para este
tipo uso en Pompeya y Herculano, además en cada vez
mayor número de yacimientos del territorio que conformó
el Imperio Romano, como en el caso que nos ocupa, lleva
a pensar que su uso se generalizó a partir de primer siglo
de nuestra era.
El vidrio plano para época alto imperial se fabricaba
dejando la pasta vítrea en un molde horizontal de madera
o mármol que disponía de un pequeño borde para contener
el vidrio. En este estado viscoso era la pasta era estirada
mediante ganchos y tenazadas desde todos sus lados en las zonas cercanas al borde, como se documenta en
algunos fragmentos de los hallados en Cortalago (MMRT
8025, MMRT 8028 y MMRT 8029). Este proceso da como
resultado un vidrio grueso no uniforme, con una superficie
lisa y otra rugosa y los bordes redondeados al fuego
(Dunn, 1986).
Frente al vidrio de ventana de época bajo
imperial de menor espesor, con menos impurezas y un
acabado más pulido que se conseguía soplando el vidrio
hasta darle una forma cilíndrica, tras lo cual se cortaba y
se extendía sobre un horno especial.
Tras esto, se trataba
de igual manera que los vidrios anteriormente descritos,
homogeneizándose así la masa. En la zona oriental del
Imperio se empleó desde el siglo IV d. C. un sistema para
la obtención de vidrio plano denominado “crown glass”
(Forbes, 1966), muy similar al empleado en Europa en la
Edad Media (Martín-Bueno y Ortiz, 1995, 10
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