miércoles, 31 de octubre de 2018

ETÉREOS; Nueva Novela de David D. Rocha

Pues de nuevo os traigo al El Atico a un crack y su nueva obra: ETÉREOS.
Si quieres saber como ayudar a este joven escritor; y además, hacerte con un ejemplar antes que nadie, haz click en la imagen de la portada y tendrás toda la información.

https://www.indiegogo.com/projects/etereos?fbclid=IwAR05F3d4oZ-azYQRARbsXsWLU0W250tCV3gWlyRuwkkY32YsFh4LAgmLBIo#/
 

Esta es una novela distinta a cualquier otra obra que uno pueda encontrar dentro del género de la novela negra juvenil. Al moverse entre los sueños y la realidad y fundir ambos mundos en uno solo, la obra atrapa al lector en una sensación de desconcierto constante, sin saber si lo que está leyendo es real o no, si las líneas que tiene frente a sí son eventos reales o sueños. Incluyendo además múltiples referencias a la cultura popular juvenil: al mundo de los videojuegos, del cine y de la música.


Etéreos no solo sorprenderá con su impactante final, sino que logrará perturbar al lector, confundirlo, hacerle dudar de lo que está leyendo, desafiándole a intentar descubrir qué es lo que sucede en la vida de Eric… para al final otorgarle todas las respuestas que andaba buscando.

 Eric es un adolescente de diecisiete años un poco particular, que atraviesa por problemas ordinarios a los que muchos otros chicos de su edad tienen que enfrentarse. Lleno de múltiples manías y obsesiones, Eric vive sus días de instituto con monotonía y una amarga sensación de impotencia, de hartazgo de la rutina. Sin embargo, y pese a lo rutinario que al joven le parece su día a día, este dista mucho de ser algo corriente… pues los sueños que este tiene, enrevesados, aterradores y paranoicos, comenzarán a entrelazarse con su día a día, hasta el punto en que no sabrá distinguir vigilia y sueño.
Sus experiencias oníricas, mezcladas con la realidad que tiene que vivir, irán desentrañando una trama de incidentes y eventos de su vida que, quizá, sorprenderían hasta al propio chico, que tendrá que enfrentarse al lado más oscuro de su subconsciente.

David D. Rocha.

Nacido en 1995 en el municipio onubense Minas de Riotinto, cursó allí sus estudios básicos y posteriormente comenzó la universidad en Sevilla. Es Graduado en Derecho y Graduado en Criminología por la Universidad Pablo de Olavide, y actualmente estudia en el mismo centro el Máster de Derechos Humanos, Interculturalidad y Desarrollo.


Apasionado de la escritura desde pequeño, David es amante del suspense en todas sus formas, y disfruta igualmente de las historias de fantasía épica, motivo por el que las distintas obras que ha escrito oscilan en torno a esos dos géneros. Ha escrito y publicado otras dos novelas, tituladas El Vuelo del Águila y Vulnerables, además de muchas otras no editadas. Etéreos es, así, su tercera obra publicada y su novela más reciente, que escribió cuando tenía veinte años.


MAS DOBRE DAVID Y SUS OBRAS PINCHANDO

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domingo, 28 de octubre de 2018

LOS ESCOCESES DE RIO TINTO ( Pedro Real )

Al hilo de la casi olvidada relación entre la comunidad escocesa y autóctona, coincidentes en Minas de Riotinto a finales del XIX y principios del XX, nos retrotrae de forma novelada, el libro "Perforando Voluntades" (M. Teresa Hunt), estimulando con su lectura, profundizar sobre las consecuencias que la primera y foránea dejó tras de sí, con innumerables facetas que, si bien escasamente conocidas, son una parte de la historia minera.
 
Aquellos pioneros "nordetanos", como les llamaría Concha Espina, no solo trajeron propias costumbres a practicar en una tierra que un prominente y rico compatriota; con la colaboración de otros colegas (RTCL) compró al débil estado español de la 1ª República.
Protagonistas de peculiar idiosincrasia, dejaron constancia de la misma, que por otra parte, conocemos también, gracias a investigadores locales que se ocuparon del estudio y consecuente transmisión.
No solo llegaron admirables médicos, ingenieros, especialistas mineros, etc, que aportaron técnicas y experiencias muy valoradas pero, igualmente, afloraron condiciones humanas escasamente positivas para ser apreciadas y en absoluto ejemplarizantes en las que, a menudo, jugó relevante papel el alcohol.
 
Siendo genérica la descripción anterior y fuera de lugar ahora relacionar numerosos y variados casos concretos, ya que el objetivo actualmente perseguido es, incidir en la contemplación e investigación del promontorio de guijarros que, en el Cementerio de Bellavista, identificado en su plano con el numero 12, cubre el enterramiento del joven británico, Thomas Matheson.
 
PLANO ENTERRAMIENTOS CEMENTERIO BRITANICO
LISTADO DE ENTERRAMIENTOS
                

















 
 
 Hasta el momento, la única información obtenida ha sido mediante consulta del Registro Civil de Riotinto, donde queda constancia de quienes eran sus padres, y él mismo, nacido en 1.863 en Lochy (condado de Ros, Escocia) siendo profesor de escuela, y cuyo fallecimiento se produjo el 07/08/1.883 como consecuencia de asfixia por inmersión en el dique Campofrio, extrayéndose el cadáver el 12.8.1883 (Suponemos que el caluroso día del verano andaluz, le invitó a la arriesgada inmersión, como muchos hicimos en parecidas ocasiones.)

 Otros escuetos apuntes en el libro del Staff de la RTCL no pueden ser ampliados más allá de la contratación de Roderick Matheson (¿) contratado como Clerk –escribiente- el 13.4.1882 con salario de £60/año, incrementado a £70 en 25.1.1883 para percibir nuevamente, £80 el 15.7.1883
Sin encontrar explicación al diferente nombre propio y profesión del chico, con lo declarado en el Registro Civil, contrario a de RTCL, nos inclinamos a considerar más real lo expresado por la primera que por esta la última.
De cualquier manera, es sorprendente que la más que austera y tosca señalización del enterramiento, contrastando con los del entorno, esté a punto de desaparecer por las correntías de lluvia e intemperancias de los años, a lo que contribuye el descuido total que viene padeciendo desde antaño, todo el sitio calificado de “Bien de Interés Cultural”

Probablemente ese inerte y silencioso montón de pequeñas rocas pretende ser mudo testigo y representación de una más, de tantas nacionalidades que pasaron…. ¿con gloria y sin penas? por Rio Tinto, si bien, ignoramos todavía, múltiples referencias sobre temas que dejaron y aún quedan por dilucidar.

domingo, 14 de octubre de 2018

“EL BANCO DE LA CORTA” (PEDRO REAL VALDES)

Al regresar a casa, (Madrid) quedó atrás la admiración que me produjo contemplar el avance actual de los trabajos mineros en Rio Tinto y, una vez en ella, caigo en la reflexión de evocar algo cuya semejanza me ocupó hace unos años, sin poder determinar con exactitud fecha, pero que en aquel entonces, conseguí expresarla de forma escrita y fue publicado -¡echándole valor¡- por “La Voz de Zalamea”. referente a las “ruinas” que mediaban entre Alto Mesa y el fenecido pueblo (La Mina abajo)

 Le denominé: “EL BANCO DE LA CORTA” y ahora, repito , con el deseo, de hacer partícipes a los amigos a quienes acostumbro a mortificar con mis historiadas noveladas.
Así:-
 
“Los recios, carraspeantes y silicóticos síntomas de las Cortas y antiguos pozos, actualmente abandonados, se esfuerzan cual seres vivientes, para hacerse oír por aquellos que a sus bocaminas nos acercamos, tratando de curiosear, siquiera sea para escuchar de sus gargantas lo que nos permita la imaginación y, retirarnos tras esto, con sensación de pequeñez.
Sin prestarle excesiva atención a cada rumor audible, -son cosas de viejos, pensamos- no siempre es posible hacer oídos sordos y desentenderse de todo lo que nos transmiten en nuestras cortas visitas esos ya exhaustos filones a los que, después de haberlos aprovechado, debilitándoles, año tras año, condenamos a reposar a la espera de una resurrección acorde con nuestros humanos intereses.
Recuerdo fue uno de esos soleados días, cuando la viva luz de la primavera andaluza, limpia de cualquier mácula de contaminación propició su alarde y yo puse toda mi atención en aquél trozo de la anciana Corta del pueblo de Rio Tinto, pendiente de enterrar por el avance de los trabajos del Cerro Colorado.

 Era tan sólo el extremo de un “Banco” que aún conservaba apolillados trozos de una creosotada traviesa soportando el medio metro, oxidado, del raíl por donde un día rodo, con humeante penacho y bravucón silbido, una de las innumerables locomotoras de vapor “made in Birmingham”
Por respeto a tanta edad, silencié mis pisadas y, con respetuosa actitud, quedé a su escucha:
“”¿Qué miras tú, mozo?.!Se lo que piensas y comprendo lo que vés¡

 Así todo, la decrepitud con que ahora me muestro a ti, sucumbirá, pero rumiando el orgullo que sintió el túnel, ahora cegado, al que conducía mi oquedad, cuando en la invernal noche de aquél lejano dia 2 de Marzo de 1882 lo cruzó, ni más ni menos que S.M. el Rey, Don Alfonso XII que, desde Sanlúcar, me visitó.

 ¿No me crees?....!Sí, a verme a mi¡ ¡No pongas esa cara¡
¡Levanta esa vitriólica piedra que está junto a ti¡. Guardo bajo ella el aro carcomido de un barril de agua, una pala sin el mango,
-que tendrás cuidado en no mover, pues es casi polvo- y un foco de carburo, en cuyo interior, -si logras desenroscarlo- encontrarás prueba de lo que digo””
Intenté hacer tal como me indicaba y….¡!Suerte¡

 Enl el reseco y polvoriento foco hallé una dobladísima y amarillenta página de periódico, con la tinta en parte desaparecida, que correspondía al diario “LA EPOCA” del dia 4 de Marzo de 1882.
Publicaba noticias telegráficas, según el periodismo de entonces. Una de ellas daba cuenta de la llegada de S.M. a Rio Tinto el día 2 a las 10 de la noche. Otra la ampliaba según reproducimos:
“”S.M. el Rey ha recorrido las minas, siendo aclamado calurosa y constantemente por los 12.000 obreros que trabajan en las mismas. Durante 4 horas recorrió S.M. 50 Kms. Del ferro-carril minero, visitando detalladamente la cementación, calcinación, almacenes y nuevo filón. Al visitar la población, entró en una vivienda de obreros, con los que conversó afablemente. Recorrió un túnel de 900 metros.

 S.M. el Rey, sumamente complacido durante esta excursión pòr las minas, se dignó aceptar una delicada y espléndida comida que la Compañía le tenía preparada.
Las minas perfectamente iluminadas, con luz eléctrica, ofrecían un aspecto verdaderamente fantástico; un asombroso panorama de imposible descripción-
El estampido de los barrenos y los nutridos y vigorosos vivas con que a S.M. saludaba aquella multitud de honrados operarios, formaban un espectáculo grandioso y conmovedor.
A las dos y media saldremos con S.M. para Huelva””.
Corresponsal.-
 
Algo impactado debió verme el viejo “Banco” que, para no ser descortés con mi visita, continuó:
“”Ahora no tengo más ganas de hablar. He de forzar la voz. Ya ves el ruido que meten esos endemoniados volquetes que pululan por ahí. Si vienes otro dia por aquí desde esos Madriles y aún no me han enterrado del todo, te contaré la gente “de clase” que vino a conocerme….!por lo que fui¡. También te referiré alguna cosa de tus dos abuelos a los que, ¡Claro, que conocí¡
Posteriormente volví para decirle que siempre le creí y que, además, aquella regia visita fue inmortalizada en el libro “La Rábida”, escrito por Braulio Santamaría, precisamente, en aquél mismo año.

 No pude hacerlo. Yacía sepultado totalmente.