miércoles, 28 de junio de 2017

Atalaya Mining (Riotinto) superará los 180 millones de euros de negocio en 2017

EDITADO EN ABC.ES
 
El ambiente en la centenaria mina de Riotinto ha cambiado en los últimos meses. Decenas de volquetes, cada uno con una capacidad de carga de cien toneladas, suben y bajan las rampas de Cerro Colorado para llevar el mineral a la planta de tratamiento, y el ruido de las voladuras ha vuelto a formar parte del paisaje sonoro.

Alberto Lavandeira, CEO de Atalaya, en Cerro Colorado - ABC


Dieciséis años después de su clausura, en 2017 esta explotación culminará doce meses casi al máximo de su producción. «El ritmo actual de trabajo nos permitirá procesar 9,3 millones de toneladas anuales, cuando la capacidad total es de 9,5 millones», remarca Alberto Lavandeira, consejero delegado de Atalaya Mining, propietaria del proyecto onubense.
En este momento procesa mineral con una ley del 0,47% de cobre, con lo que se genera posteriormente unas 37.000 toneladas de metal amuales. «Es la mitad que Cobre Las Cruces, pero con una ley media diez veces inferior», añade el directivo asturiano. En estos meses el gran reto ha sido «mover el máximo de toneladas con la mayor eficiencia posible; ya que el volumen es nuestra única manera de alcanzar la rentabilidad».
 
Riotinto cerró 2016 con un negocio cercano a los 96 millones de euros. La previsión para este ejercicio es superar los 180 millones de euros con una plantilla de 327 empleados (directos e indirectos). Este ingeniero remarca que Riotinto opera con un cierto margen porque «tiene unos costes de 2,2 dólares por cada libra producida, y el precio de mercado ronda los 2,5 dólares». Y sus perspectivas son positivas, ya que estima que la cotización subirá en los próximos años.
La mayoría del concentrado de cobre que produce Riotinto se está comercializando en refinerías de China (que son las que realizan finalmente las planchas de metal). El consejero delegado de Atalaya apunta que «las leyes del concentrado de Riotinto están siendo mejores de las anticipadas, y esto se debe a que se están mezclando minerales de distintos puntos de la corta de Cerro Colorado, con lo cual se provee a la planta de un flujo de mineral uniforme».
 
A partir de ahora, el objetivo de Atalaya es buscar nuevas fórmulas de crecimiento. «En Riotinto hay mucho mineral marginal que, si bajan los costes operativos o suben los precios de mercado, se podrían tratar en condiciones de rentabilidad». Es un mineral con una ley de 0,32% que arrojaría beneficios con una cotización de tres euros la libra de cobre». En paralelo, también hay margen para ampliar la capacidad de procesamiento de la planta, con lo cual se ahorrarían costes. En este momento hay reservas para más de quince años de vida. «Más capacidad en la planta y mejores precios harían que en este periodo se produjera más concentrado de cobre», remarca.
Otra vía de crecimiento es reabrir otras dos minas históricas del entorno de Riotinto y explorar en nuevos enclaves. «Hay dos yacimientos muy conocidos, como son Pozo Alfredo y San Antonio; son minas subterráneas, que se explotarían de forma simultánea a la actual mina a cielo abierto». En estos meses iniciarán una exploración al Oeste de Riotinto, «una zona muy prometedora en la que tenemos puestas muchas esperanzas».



Atalaya busca también nuevos proyectos en España y en el mercado internacional. Para ello, está avanzando la fase de permisos en la mina gallega de Touro, que ya perteneció a Riotinto, y en la que tendría que hacer un desembolso de más de 200 millones de euros para procesar otras 8.000 toneladas de mineral al año. La pasada semana se presentó al concurso de exploración de una mina de zinc en Reocín (Santander). Fuera de España ha analizado varias iniciativas aunque aún «no se ha identificado ninguna en la que podamos aportar valor».
La búsqueda de nuevos proyectos está respaldada por los principales propietarios de la compañía. Los grandes accionistas de Atalaya son el gigante de las materias primas Trafigura (22%) junto al grupo chino Yanggu Xiangguang Copper (con otro 22%). Le siguen el fondo Orion Mine Finance y Liberty Metals & Mining (ambos con un 14%). Las decisiones se toman por consenso ya que para formar una mayoría es necesario el acuerdo de tres de los accionistas.
 
Por último, Alberto Lavandeira está atento al proyecto de I+D de Cobre las Cruces, que está desarrollando una tecnología en la que combina su experiencia en hidrometalurgia con nuevos desarrollos en innovación para tratar el mineral del a Faja Pirítica. «Ahora hay una planta piloto, pero si el proyecto se puede realizar a gran escala sería una oportunidad para consolidar el sector y abriría la puerta a explotar minas pequeñas que hoy no son rentables». En cualquier caso, el directivo atisba un gran futuro para la minería en la región. «Yacimientos como el que ha descubierto Matsa de Mina Magdalena son el ejemplo de que queda aún muchísimo recorrido».
 

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