viernes, 1 de agosto de 2014

Una exposición de “fotopoemas” pone en valor los paisajes mineros

 

La muestra “Rotilio, poema visual” – que se inaugura hoy, 21h. está compuesta por una docena de fotografías que, desde  distintas perspectivas, tratan de poner en valor los paisajes mineros y en especial una de las señas de identidad minera de Nerva: el malacate del pozo Rotilio, “un buque encallado en las orillas del rio Tinto, junto al que de niño cuando jugaba en el llano de Marismilla y del que quedaron grabados flashes de imágenes de este malacate que aún permanecen en mi mente y que he plasmado en las fotografías que componen esta exposición”, en palabras de Romero.

Y es que el malacate del pozo Rotilio es, -junto a la torre del Ayuntamiento o el nacimiento del Tinto-, uno de los principales emblemas de Nerva, en cuyo término municipal se encuentra enclavado, una huella más del pasado industrial y minero que conforman el espectacular paisaje de la Cuenca Minera. Pese a los sucesivos expolios y la consumada dejadez de la zona, el malacate Rotilio es uno de los principales motivos de inspiración para pintores, fotógrafos y demás artistas que se quedan prendados no sólo de su su colosal tamaño sino de la diversidad cromática que lo rodea y su aspecto envejecido que le imprime cierto aire romántico o incluso dramático.

antonio y carmen

Precisamente en la exposición ‘Rotilio, poema visual’ se une el talento de dos nervenses, el fotógrafo Antonio Romero, con el objetivo de su cámara, y la periodista y poeta, Carmen Alcázar, quien ilustra cada fotografía con sus versos ya que éstas “tienen intrínseca una poesía pictórica muy especial, y tal vez por eso me resulta tan fácil escribir sobre ellas, e incluso hay versos que salen solos en el primer contacto visual. Sin embargo, no suelo quedarme ahí y siempre intento ir más allá de la simple descripción paisajística, hacia lo profundo de la instantánea, hacia nuestras propias raíces mineras que persisten con fuerza en cada una de ellas”, asegura la periodista. Y es que a ambos le une la mirada y “el sentir minero de ser descendientes de mineros y ferroviarios amigos”, apostilla el fotógrafo. El binomio Romero- Alcázar surgió hace algún tiempo para el blog Hacia lo etéreo el que la periodista nervense cultiva la llamada poesía visual que más tarde también trasladarían a la colaboración habitual de “fotopoemas” en la revista Nervae.

La exposición se podrá visitar hasta el 31 de agosto en un la Cervecería Robles, ubicada frente a la torre del reloj en Nerva, que se ha convertido, con el paso del tiempo, en una inusitada galería de arte con cierto aire singular.

Antonio Romero (Nerva, 1960), apasionado de la fotografía desde muy joven e influenciado por la pintura de su padre, el gran pintor minero Antonio Romero Alcaide, es un habitual en los concursos y certámenes que se celebran en la comarca minera de los que ha obtenido distintos galardones. Además sus fotografías de la comarca salen casi a diario en los espacios del tiempo de diferentes cadenas autonómicas y nacionales. En 2011, – en el Museo Vázquez Díaz y con poemas del poeta local Juan Francisco Román- realiza su primera exposición de fotografías ‘Huellas de una mina': un recorrido por los paisajes mineros que resisten al paso del tiempo. En 2013, Romero junto con su hermana y su madre hacen posible una de las exposiciones más esperadas en Nerva de su padre en el museo: ‘Antolojía de Alcaide: Historia Gráfica de la Cuenca Minera’.

Carmen Alcázar (Nerva 1983) es licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster en Comunicación Empresarial e Institucional. Su experiencia profesional ha estado ligada a distintos medios así como diversas colaboraciones en empresas de Comunicación. Actualmente trabaja como redactora en Seguimedia, una empresa de comunicación empresarial y especializada en Seguimiento de Medios.

 Notablemente influenciada por el ambiente cultural que la rodeó desde niña y las huellas del paisaje minero y su ferrocarril, usa la pluma como un pincel para dibujar sus sentimientos o recuerdos, dejándolos impresos tanto en su primer poemario Mirada Azul (Diputación de Huelva, 2013) como en el blog Hacia lo etéreo donde publica sus nuevas creaciones poéticas. Asimismo colabora con y para la cultura de Nerva de manera constante, ya sea escribiendo en la revista Nervae, siguiendo la actualidad y promocionando su tierra desde sus blogs (Yo Periodista y La Factoría), en las redes sociales o asistiendo a los diferentes actos que allí se organizan como la presentación de libros de distintos autores locales o participando en exposiciones como ‘Antolojía’ de Martín Gálvez en la que ilustró cada cuadro con un poema en agosto de 2012. Probablemente por toda esta dedicación a su tierra, en ese mismo año recibió como reconocimiento el galardón Torre de Nerva por Elección Popular

El malacate del pozo Rotilio es, -junto a la torre del Ayuntamiento o el nacimiento del Tinto-, uno de los principales emblemas de Nerva, en cuyo término municipal se encuentra enclavado, una huella más del pasado industrial y minero que conforman el espectacular paisaje de la Cuenca Minera.
Desde su peculiar nombre, que procede del ingeniero director de las Minas de Riotinto (1954-1970): D. Rotilio Martínez Barreiro, el pozo constituye una huella más del pasado industrial y minero de Nerva y la Cuenca Minera de Riotinto. El pozo Rotilio se construyó en 1966 para la extracción de mineral de la masa San Antonio, que se sitúa en el extremo oriental del anticlinal de Río Tinto. En 1970 una vez finalizada las instalaciones de esta mina subterránea se comprobó que el mineral era muy complejo, haciéndose muy difícil su rentabilidad por lo que se paralizó. Se trata pues de un malacate de nueva construcción y es uno de los dos que existen en la provincia de Huelva cuya maquinaria se encuentra situada en la parte superior del mismo. Además conserva en su alrededor los distintos elementos de embarque y desembarque de las vagonetas de mineral.

Pese a los sucesivos expolios y la consumada dejadez de la zona, el malacate Rotilio es uno de los principales motivos de inspiración para pintores, fotógrafos y demás artistas – y así queda demostrado en los concurso de pintura al aire libre o en los rallys fotográficos que se celebran en la zona o en esta misma exposición monográfica- que se quedan prendados no sólo de su su colosal tamaño sino de la diversidad cromática que lo rodea y su aspecto envejecido por el paso del tiempo que le imprime cierto aire romántico o incluso dramático.

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