jueves, 26 de junio de 2014

¡¡¡ MAESTROS !!!

Hoy venía del medico con la pequeña Elena, de una simple revisión; y al pasar por el Grupo Romero Villa; los pisos de “los Maestros”; una voz muy familiar me llamó… Era la voz de mi MAESTRO  y AMIGO Javier, Don Javier….

Nos fundimos en un abrazo y nos dimos un beso de amigos, luego se quedo mirando a la pequeña, al tiempo que tenía unas palabras con Jesús; mi hijo.

Esa estampa que pudiera parecer normal, me ha hecho reflexionar mucho: Me ha hecho pensar sobre la suerte que he tenido con mis MAESTROS

 
Leí una vez que “Profesor es quien enseña; MAESTRO  es de quien aprendes…”, y yo tuve la suerte; junto con aquellos compañeros de clase, de aprender de los mejores.

Cada uno era bien distinto al otro, pero tuvieron la sabiduría de aglutinar sus experiencias con los tiempos nuevos que venían llamado a las puertas de nuestras vidas… las nuestras y las de ellos mismos…

Mis MAESTROS tenían la fuerza y el poder de cambiar la existencia de aquellos niños que íbamos despertando a la vida. Tenían por delante la difícil tarea de usar sus capacidades y habilidades en beneficio de unos críos que serían (SOMOS) los padres del futuro, los hombres y mujeres del mañana.
De todos y cada uno de ell@s guardo un recuerdo o anécdota. A tod@s siento que les debo algo y con tod@s formo el puzle de mis recuerdos que al fin y al cabo son el de mi vida misma. ¡Si, claro que hubo momentos en que no les entendía; o incluso pude llegar a renegar de ell@s!; pero eso también es parte del camino que juntos recorrimos...
A veces una simple foto de una vieja aula de las de entonces, o una imagen de un libro de texto de “los de mi época”, o la foto de aquel viejo e inmenso patio donde el recreo se hacía tan corto; me hace recordar y evocar aquellas tardes grises donde mis MAESTROS nos abrían las puertas de un inmenso mundo de preguntas y dudas,  y sin darnos cuenta, nos iban preparando para VIVIR.
Y tras librar mil batallas con los recuerdos, tras revivir sensaciones y emociones, tras secar alguna lagrimilla (porqué no decirlo) llego a la conclusión de que si al ver a alguno de mis viejos MAESTROS me da tanta alegría y si al recordar a mis MAESTROS  que ya no están me da tanta emoción, debe ser porque lo hicieron bien... GRACIAS, MAESTROS...

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