domingo, 29 de septiembre de 2013

HISTORIAS DE MUSICA PARA SALVAR VIDAS. LUKUNDO GERARD.

No es la primera vez, ni será la última; en la que hablemos en El Ático de MUSICA PARA SALVAR VIDAS.
En esta ocasión, me voy a permitir el traeros hasta aquí unas letras que Elisabeth va subiendo a su muro de FACEBOOK.  De esto se trata esta "nueva sección" a la que he llamado HISTORIAS DE MUSICA PARA SALVAR VIDAS.

Aquí vais a encontrar historias que os gustarán, seguro...

LUKUNDO GERARD. (por Elisabeth Michot De Jowers )

Esto es una de las historias más bonitas vividas en nuestro proyecto. Lukundo Gerard.
 
 
 Lukundo vivía en un orfanato, el de los Hermanos de los Pobres, (unos padres indios que se dedican a seres "desahuciados" por la sociedad,) y nos pidieron de coger a varios niños, pues su congregación no les permite acoger a niños con posibilidades de defenderse por ellos mismos. Aquel día nos llevamos a 4 niños, entre ellos, a Lukundo. Lukundo era pequeñito, debía de tener unos 8 años. 
 
Era obediente, tranquilo, recogido y decía que cuando fuera mayor, que él sería sacerdote. Sonreímos y le dimos mucho cariño, como a todos nuestros niños. El se llevaba su bíblia a todos lados y poco a poco, Lukundo se transformó en un chico tierno y sólido de nuestro orfanato, obediente y buen músico, grandísimo dibujante, y querido por todos. Pero seguía en sus trece, que quería ser sacerdote. Ahora tiene unos doce años. 
 
La semana pasada, cuando estuve en Kireka, vino a mi habitación y me dijo que el quería ir a ver donde algún día estudiaría para ser cura. Fabian, que tiene varios amigos entre los hermanos combonianos de Kampala, llamó para averiguar si sería factible llevar al niño y con vistas a que entrara en el Seminario cuando le llegara la edad. Lukundo quería saber si existía un seminario para gente muy joven.

Fuimos pues, los tres, Fabian, Lukundo y yo, a ver al sacerdote encargado de las vocaciones. Un hombre muy amable, que por cierto habla un español perfecto, pues vivió en Costa Rica y Méjico durante muchos años. Habló con él. Le dijo que esto era una carrera muy dura, muy exigente, muy larga. Pero se emocionó mucho al ver la reacción del niño. En su despacho estaban las fotos de los últimos tres últimos papas, y nos contó que había conocido personalmente a Juan Pablo II, y sacó de un cajón un rosario que le había sido entregado por el Papa Juan Pablo II, y se lo dío a Lukundo.
 
Teníais que haber visto la carita de Lukundo cuando le dío este rosario. Casi me puse a llorar de la emoción! Le dijo que tenía que esperar todavía 3 años, hasta llegar a la secundaria, para poder entrar en el Seminario para jóvenes. Fabian prometió entretanto llevarle a hablar otro día con este cura, el Padre Romano. 
 
 
Por la noche, en la casa, hicimos una reunión grande y Lukundo contó a todo el mundo su encuentro, y todo el mundo se emocionó!
Moses se entusiasmo pensando que tendríamos en Música, también un cura que fuera nuestro. y por qué no????

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