domingo, 5 de mayo de 2013

SOBRE LA CUNA DEL FÚTBOL ESPAÑOL (por José Márquez Trigo)

(Dedicado a mi hijo Álvaro. Él es un deportista)


Ostentar un título no es nada fácil; o sí lo es si lo único que nos importa es presumir del mismo sin más, darnos tan solo porte e importancia dejando en segundo lugar la responsabilidad que ello implica. Ser poseedores de un reconocimiento histórico, del honor que significa ser referente de algo; de lo que tiene que pesarnos ser el principio, la primera piedra, la base absoluta de lo que hoy es el fútbol español. Tenemos que pararnos a pensar en esto huyendo de folclorismo, de banalidad simple y absurda y, sobre todo, de mediocridad y relumbroneo. Tenemos una responsabilidad y hay que apechar con ella.


Nos toca ser ejemplo de elegancia, de deportividad, de entusiasmo, de cooperación, de ayuda... Nos toca, como ya dije, seguir siendo el referente por haber sido los primeros. El deporte es una competición de honor, es un juego pero también algo más, mucho más. Los equipos que vienen a competir a Riotinto, tienen que irse de aquí encantados, tan encantados que nunca se les pueda olvidar que han jugado en la Cuna del Fútbol Español. Lo mismo para los conjuntos arbitrales y para cualquiera que se acerque hasta nosotros. La mejor y más efectiva publicidad es esta, la que no hay que pagar, la que emana de la experiencia de los propios profesionales que hayan sido testigos directos de buen ejemplo, elegancia y bien hacer.

Otro asunto es el de la cooperación. Nuestro club es pobre, pero no por eso es menos digno. Me explico: cuando se ofrece lo que se tiene, lo que nuestras posibilidades alcanzan, pocos argumentos les dejamos a quienes quieran hablar mal de nosotros. Conozco casos en los que esa cooperación ha brillado por su ausencia, casos absurdos de falta de entendimiento, de envidias, de no querer cooperar... Yo creo que ese no es el espíritu.

Sería ideal la creación de un organismo (no sé si podría ser la misma Comisión de la Cuna del Fútbol) que lo aglutinara todo. Que velara por todo esto. Que fuera capaz de crear un gran frente común para proteger nuestro título y para ser un poco la guía que marque el rumbo previamente consensuado entre todos. Que cuide de la imagen, que eduque, que cree afición, que aliente a los pequeños, que apoye a las escuelas de fútbol, que vele por el Riotinto Balompié (aparte de su Directiva, a la que tendría que dar apoyo). Sé de casos en los que no se ha permitido utilizar el campo para determinados partidos, aludiendo que el mantenimiento del césped era muy caro y que no podría asumirlo el club... o llevarse las redes de las porterías no fuera que se rompieran. Yo digo que más caro sería no tener aficionados, no tener niños deseosos de jugar y de competir con limpieza. Lo peor de todo es no cuidar las bases, mimarla y enseñarla a ser deportistas e inculcarles todos los valores humanos que eso debería conllevar.

Muy lejos del deporte y de todo esto están luego los exaltados, los descerebrados, los que confunden deporte con violencia... los que alientan a los niños que están empezando no para que sean compañeros, colegas y legales, sino enemigos. Los que descargan su adrenalina en cada partido echando mierda por sus bocas a jugadores, equipo arbitral y "to" lo que se menee. Esto no es el deporte, esto es un puto asco. Una cosa es defender los colores, ser aficionados efusivos, pero también, a la vez, correctos y educados. No hay que ofender ni acordarse de las madres de los jugadores o de los árbitros cada vez que hacen algo que no nos gusta. Esta gente es imbécil de todas todas, porque no le hacen así ningún favor a su equipo, sino todo lo contrario: dan una imagen que resulta siendo negativa para el club, para el pueblo y para el deporte. No se deberían permitir estas actitudes en los campos, mucho más cuando hay niños y niñas que están aprendiendo de nosotros, que son una esponja y que nuestras reacciones y actitudes les van a influir claramente.

Por eso digo que hay que defender con justicia y con dignidad nuestro título de Cuna del Fútbol Español. Y no hace falta ni dinero, ni unas grandes instalaciones ni nada que no esté a nuestro alcance. Se trata de pequeños detalles, de cosas muy sencillas pero que, al final, resultan escandalosamente rentables. Yo no sé mucho de deporte, lo admito, pero sí sé ver todo lo demás.

Quizás no estaría mal darnos una vueltecita por ahí y ver cómo lo hacen los demás para luego quedarnos con lo que nos interese. Es importante refrescar las ideas, estar abiertos a nuevas posibilidades, aprender de lo bueno de los otros... en definitiva, cultivar también la inquietud y las ganas de hacer las cosas bien hechas.

José Márquez Trigo
5 de mayo de 2013
 

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