lunes, 6 de agosto de 2012

EL PIYAYO


Imagino que a much@s os sorprendera este post en el blog, o quizás el que yo "hable de estas cosas"... Por cierto, al final de este "post" encontraras una "curiosidad"...
Ayer tarde fue una de esas tardes en las que te quedas en el sofá, con el mando en la mano, cambiando casi automaticamente de canal... De esas tardes a las que solo les falta que llueva para ser perfectas.
Pues ayer, en una de esas tardes, dí con una vieja y rancia pelicula española que me encantó y que me hizo recordar aquel viejo poema que mi amigo y MAESTRO Paco Gomera me enseño y quiso que memorizara..."El Piyayo":

¿Tú conoces al ‘Piyayo’:
un viejecillo renegro, reseco y chicuelo;
la mirada de gallo
pendenciero
y hocico de raposo
tiñoso...
que pide limosna por tangos
y maldice cantando fandangos
gangosos?

¡A chufla lo toma la gente,
y a mí me da pena
y me causa un respeto imponente!

Ata a su cuerpo una guitarra,
que chilla como una corneja
y zumba como una chicharra
y tiene arrumacos de vieja
pelleja.

Yo le he visto cantando,
babeando
de rabia y de vino,
bailando
con saltos felinos,
tocando a zarpazos
los acordes de un viejo ‘tangazo’,
y el endeble ‘Piyayo’ jadea,
y suda y renquea.
Y, a sus contorsiones de ardilla,
hace son con la sucia calderilla.

¡A chufla lo toma la gente,
y a mí me da pena
y me causa un respeto imponente!

Es su extraño arte
su cepo y su cruz,
su vida y su luz,
su tabaco y su aguardientillo...
y su pan y el de sus nietecillos:

“churumbeles” con greñas de alambre
y panzas de sapo,
que aúllan de hambre
tiritando bajo los harapos,
sin madre que lave su roña;
sin padre que ‘afane’,
porque pena una muerte en Santoña,
sin más sombra que la del abuelo...
¡Poca sombra, porque es tan chicuelo!

En El Altozano
tiene un cuchitril
—¡a las vigas alcanza la mano!—,
y por lumbre y por luz, un candil.

Vacía sus alforjas
—que son sus bolsillos—,
bostezando, los siete chiquillos
se agrupan riendo.

Y, entre carantoñas, les va repartiendo
pan y pescao frito,
con la parsimonia de un antiguo rito:
—¡Chavales!
¡Pan de flor de harina…!
Mascarlo despasio.

Mejó pan no se come en palasio.
Y este pescaíto, ¿no es ná?
¡Sacao uno a uno del fondo del má!
¡Gloria pura él!

—Las espinas se comen tamié,
que tó es alimento...

—Así… despasito,
mu remascaíto.

—¡No llores, Manuela!
Tú no pués, porque no tiés muelas.
¡Es tan chiquitita
mi niña bonita…!

Así, despacito,
muy remascadito,
migaja a migaja —que dure—,
le van dando fin
a los cinco reales que costó el festín.

Luego, entre guiñapos durmiendo,
por matar el frío, muy apiñaditos,
la Virgen María contempla al ‘Piyayo’
riendo.

Y hay un ángel rubio que besa la frente
de cada gitano chiquito.

¡A chufla lo toma la gente...!
Y a mí me da pena
y me causa un respeto imponente!

Aún hoy me resulta imposible leerlo al completo sin que se me ponga un nudo en la garganta al pensar en "El Piyayo", en esa figura que yo tenía, hasta ayer, construida en mi mente y que la vieja pelicula que ví no ha hecho más que darme la razón...
Mi abuelo me contaba las penas y visicitudes de su infancia y juventud, y cuando leí el poema de Jose Carlos de Luna por primera vez me acordé de aquello que el viejo Palomo me contara; y ayer volví a pensar en lo que nuestros abuelos pudieron llegar a pasar en los tiempos de necesidad en los que les tocó vivir; en lo que verdaderamente es importante...

Os dejo una muestra:



LA PELICULA DE 1.956:

Si por algún motivo no la veis aqui, os recomiendo que la busqueis por internet y que la veaís...



EL VERDADERO PIYAYO PINCHANDO AQUI

CURIOSIDAD (O ANECDOTA) EN LA PELICULA:
Si puedes ver la pelicula, presta atención a partir del minuto 1:01:55... ¿A quien o quienes nombran?

Ea, que haya alivio...

FUENTES:

PCCINE

BIOGRAFIA PIYAYO

No hay comentarios:

Publicar un comentario