sábado, 23 de junio de 2012

CUENCA MINERA DE RIOTINTO: ABSURDA MISERIA DE LOCALISMOS (por JOSÉ MÁRQUEZ TRIGO)

No aprendemos. Con los tiros que llevamos dados y no aprendemos. Nos sigue afectando la mala semilla del separatismo absurdo que sembraron en nosotros aquellos a los que les interesaba mucho. Aquellos a los que NO les venía bien bajo ningún concepto una unión real, en todos los sentidos, de todos los habitantes de la Cuenca Minera de Riotinto. Una unión que hubiera sido muy difícil de combatir, por eso nos disgregaron y alentaron en nosotros la diferencia, que nos sintiéramos seres especiales; las clases absurdas y las etiquetas. Por eso nos encuadraron en pueblos, aldeas y hasta en barrios; nos dividieron por oficios y categorías, por pensamiento político y sindical, religioso o libre de pecados preconcebidos. Jugaron con nosotros como si hubiésemos sido tan solo las piezas de un ajedrez. No hay mejor ejemplo para asegurar aquello del "divide y vencerás". Y a nosotros nos dividieron bien... y nos vencieron. Los de Nerva eran los revolucionarios porque allí no estaban los ingleses, y por eso había que temerles aunque luego, en los tajos, todos eran igual de compañeros; los de Riotinto, donde estaban los ingleses, éramos los finos "inglesizados" y por consiguiente con el sambenito de pelotas y de artificiales. Los de El Campillo y Zalamea, tal o cual otras barbaridades, y así todo un rosario de imbecilidades que lograron que calaran bien en la sociedad minera, surtiendo el efecto que se buscaba. Todos perfectamente etiquetados para ejecutar un plan magistralmente concebido.

Pero esto no es lo malo, porque esto ya ¿forma? parte del pasado. Lo malo es que a muchos aún no les ha dejado de afectar aquel maldito virus. Muchos aún, conscientemente, parecen no querer desprenderse de esa lacra asquerosa y permanecen anclados a los absurdos localismos que, como todos los localismos, en el fondo solo buscan poner de manifiesto lo que nos distancia, no lo que nos une. Es tan efectiva y a la vez tan negativa esta situación que parece que aquel "plan" sigue dando todavía hoy buenos resultados, esta vez para los que nos gobiernan hoy día.
Son dos elementos fundamentales los que están incidiendo de manera directa para que esta situación no cambie: por un lado los políticos locales que, en vez alentar e instruir a sus ciudadanías para que estos sientan de verdad que forman parte de una realidad incuestionable, de una única Cuenca Minera, sin prejuicios y de manera generosa y noble, los que potencian el localismo y aquello de "lo nuestro es mejor que lo de aquellos". Todos quieren lo más grandilocuente para sus pueblos, aunque al pueblo no le haga ni jodida falta, como si alimentando su propia vanidad y su propio ego trataran de provocar con ello la envidia del vecino. Los políticos locales no hacen la política que le interesa, y que a todas luces sería la mejor para toda la comarca, sino que se centran únicamente en la que le interesa a su respectiva localidad, al populismo de telenovela, fútil, fácil y populista, aunque para ello se queden por el camino cosas que beneficiarían a una amplísima mayoría. Y eso es legítimo porque para eso los votaron. Pero yo, que defiendo una unión real, sin matices, en la Cuenca Minera de Riotinto, reivindico que los políticos locales dejen de jugar a congresistas y sean capaces de centrarse en lo que de verdad importa, que es la sociedad a la que tienen el enorme honor de representar. Y de esto se valen los políticos de más arriba que, ante la falta de unidad y en vista del batiburrillo y el desacuerdo que ven en ellos, tienen fácil imponerles sus condiciones y administrarles las dádivas (que son derechos en realidad), con la excusa de que todos piden y a todos no se les puede atender. Si se pidiera con una única voz lo mejor para la Comarca aquello que es justo, necesariamente tendrían que ser oídos y atendidos.

Por otro lado está una parte de la sociedad comarcal, que parece disfrutar sintiéndose diferentes a sus vecinos y estableciendo y potenciando esas diferencias. No sienten aún que somos una misma cosa y que deberíamos, sin perder nuestras propias señas de identidad locales, que tampoco se trata de eso, pensar como una gran familia, como una gran comunidad con un pasado y un futuro exactamente iguales. Nuestros antepasados se asentaron en la comarca, a partir del último cuarto del siglo XIX, venidos de toda España para trabajar en las minas, y se debió tan solo a las circunstancias que establecieran su hogar en este o aquél municipio; se quedaron a vivir donde les fue posible o donde les ordenaron. Somos una comunidad rica por lo heterogéneo de nuestra procedencia, que nos ha conformado de manera especial en cuanto a nuestras costumbres, a nuestra manera de ser y, en definitiva, a nuestra cultura entera. Si acaso tuviéramos que buscar raíces autóctonas (odio esa gilipollez de la raza y de la sangre) tendríamos que honrar y ennoblecer a Zalamea, madre de toda la comarca y auténtica piedra base de la misma. Todos los demás pueblos somos gajitos que se fueron segregando de su gran término. Zalamea es la Cuenca Minera y su propia historia hace que los demás, honestamente, tengamos que sentirnos ridículos a su lado. Esto es así, con todos los matices que los buscadores de excusas y de justificaciones imposibles queramos darle.

No somos honrados ni valientes para buscar lo mejor para todos. Nos basta únicamente con lo mejor "para los míos", si con ello mantengo mi absurdo poder y mi absurdo estatus de alcaldillo de pueblo. No hay amplias miras, ni generosas ni lógicas, imperando aquello de "si esto no es para mi pueblo no es para nadie"... No hay lealtad ni moral, ni honradez, ni pudor en muchos casos.
Y ahora soñemos. Imaginemos una Cuenca Minera de Riotinto (algunos se empeñan de manera infantil en sustituir el "DE Riotinto" por el "DEL Río Tinto", quizás con la pretensión absurda de no dar a cada uno lo que hay que darle. Quizás pensando que el "DE" es sinónimo de dependencia, cuando no es así. Es Cuenca Minera DE Riotinto, porque las minas están en un 99% en el término municipal de Riotinto, y por eso tiene perfecto derecho a bautizar así a la comarca entera. La actual Nerva, antigua Aldea de Riotinto, y mucho más antigua y mucho antes representada en los mapas que el Riotinto actual, nunca fue "Aldea del Rio Tinto", sino "Aldea de Riotinto". Consulten las fuentes históricas (¡Qué absurda situación!). Un caso similar se da en Huelva, llamando muelle del Tinto al muelle de Riotinto, evitando así, de manera barriobajera, dar el protagonismo que merece a Riotinto, puesto que el muelle está, en realidad, en la ría del Odiel). Imaginemos, digo, una comarca extraordinaria en la que TODOS los niños y niñas de TODOS los pueblos, aprenden por igual su historia y sus peculiaridades. Pero de verdad. Sin héroes, ni santos, ni mejores que peores. Sin diferencias ni excentricidades. Sin chovinismos ni localismos trasnochados y cutres. Imaginemos que aprenden a amar a su comarca y su historia... Nos darían lecciones, porque nosotros estamos abarrotados de prejuicios. Tendríamos que agachar la cabeza ante su sensatez, porque nosotros no hemos sabido capaces de desprendernos de la lacra de despropósitos que llevamos encima. Pero ellos son más listos que nosotros ¡menos mal!, y nos dan ejemplo de comprensión y de lógica. No hay nadie de tal o cual pueblo: hay amigos y colegas igual que ellos, con los mismos problemas y las mismas inquietudes. Nadie es diferente y no existen para ellos ni fronteras ni líneas que nos separen y lo tienen claro por muy mala leche que brote por nuestros poros.

...Siguiendo con mi sueño, ojalá algún día seamos capaces de sentirnos mineros sin matices. De Nerva, de Riotinto, de El Campillo, de Zalamea, del Berrocal, de Campofrío, de La granada de Riotinto... Mineros todos iguales y del mismo sitio, y que nuestros políticos dejen de jugar a localismos absurdos y nos hagan sentir Comarca Minera. Con dos cojones; orgullosa de su pasado y segura de su futuro si dejan de jugar con el mapa y eliminan de una vez por todas las líneas que demarcan nuestros términos. Son más importantes los corazones que las fronteras. Es más importante la igualdad que la exclusividad y nuestra creída perfección. El mapa que ilustra este artículo es, sin líneas, mi idea de la Cuenca Minera de Riotinto.

Para terminar, y aún a riesgo que me llamen pesado, repito aquí algo que ya he dicho antes no sé dónde: Mi bisabuelo materno era de Orense (Galicia), mi bisabuela materna de Buenos Aires (Argentina); mi abuelo paterno de El Cerro del Andévalo, mi abuela paterna de Calañas. Mi abuelo materno de Zalamea y mi abuela de El Campillo. Tengo tíos nacidos en Calañas, Almonaster, La zarza... Yo nací en La Atalaya, y mis hijos en Riotinto ¿De dónde soy? DE LA CUENCA MINERA DE RIOTINTO.
José Márquez Trigo
22 de junio de 2012

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