lunes, 30 de mayo de 2011

¡¡¡ PORQUE LO DIGO YO Y PUNTO !!!


Seguro que esta lapidaria frase la has oído en más de una ocasión de boca de tus padres. Si, era tajante y no admitía defensa o recurso; y más si iba acompañada, que así solía ser, de un movimiento rectilíneo de arriba abajo del dedo índice en los casos más pausados; y de un sonoro y amenazante “porrazo” con la mano abierta encima de la mesa…¡Pobrecita la mesa, que no tenía culpa! (aunque entre nosotros, preferible era en la mesa que en otros sitios…)

Lejos de recordar “dolorosos episodios” de la feliz infancia ( es curioso, antes nos quedábamos tan tranquilos y ahora poco menos que fusilan a los padres…), vayamos a revivir las frases que marcaron nuestra infancia. Dichas frases venían casi siempre, o en la mayoría de los casos, de boca de nuestras Madres, quienes las pronunciaban sabiendo que era lo mejor para nosotros.
Veamos pues algunas de ellas:

¡ AY COMO VAYA “PA’LLA”!
Inquietante frase que la Madre decía en voz alta tras unos primeros avisos más calmados, pero que no habían conseguido llamar nuestra atención. Esta frase solía acompañarse con la frase: CON LA BABUCHA si lo decía MAMA; y con la frase: “Con la correa en la mano”, si la decía PAPA.


“TU VERAS, YO YA TENGO LA CARRERA HECHA”:
Esta frase que te dejaba aturdido, pues no sabías si era bueno o malo y mucho menos si tras ella vendría el ejemplar castigo, solía pronunciarse por nuestros progenitores cuando, armados de valor, le entregábamos “las notas”, y estás no habían sido nada de buenas…


¿TU TE CREES QUE YO TENGO EN BANCO DE ESPAÑA?:
Frase muy repetida por las madres, sobre todo en épocas navideñas, donde se nos bombardeaban con los anuncios de los juguetes de nuestros sueños a través del único canal que veíamos (la UHF no la cogíamos bien) en aquel precioso VANGUARD en blanco y negro, o en el moderno TELEFUNKEN PAL COLOR…¡CASI NÁ!... Lástima que nuestras esperanzas de tener el GEYPERMAN o la TORROT TT se daban de bruces con el muro de esa frase.


¡AL FINAL TE VAS A CAER Y VAS A COBRAR!
Y como si de un hechizo o maleficio se tratase, era oír esas palabras y no tardar ni un minuto en pegar un doloroso “jardazo” del que no te podías quejar porque corrías el riesgo de enfurecer más a tu Madre, que acudía a ti gritando aquello de : “¡Si te lo estooooy dicieeeeeendooooo!”. Tú, valiente donde los haya, te levantabas sin darle importancia y te ibas a tu habitación, donde te metías media almohada en la boca, evitando que el desgarrado grito de dolor llegara a oídos de Mama…


“VERAS COMO AL FINAL TE MANCHAS”
Esta frase también era premonitoria de un fatal accidente…porque al final te manchabas la fantástica camisa, “niki”, “chemy” o camiseta de turno. De nada servía la extraña posición en la que poníamos el brazo para tratar de tapar la mancha en cuestión… ¡Siempre se daba cuenta!; y eso que te habías llevado media hora intentando quitarla en el baño. Luego llegaba ella, y con el pico de un paño de cocina, un poco de agua, dos tirones de pelo y unos toques magistrales hacían desaparecer la mancha…


NI MONOPATIN NI MONOPATINA
Qué raro, yo siempre creí que el Monopatín era como los ángeles… vamos, que no tenía sexo…
Y es que, las madres eran muy dadas a aplicar el masculino y el femenino a aquello que le pedías con demasiada insistencia. El efecto que lograban era la momentánea desaparición durante al menos 24 horas de la petición en cuestión. Como digo , el uso de ambos géneros eras usado en muchas frases y de forma aleatoria, por ejemplo: “Ni ordenador , ni ordenadora”; “Ni botas (de baloncesto) ni botos”; “Ni bicicleta ni bicicleto”; etc, etc…

MIRAAA MIRAAANOMENOMEEEQUETEQUETEVERAAAVERAAAAA:
Esto lo decían muy rápido, y aunque no decía nada en particular decía mucho en general. Al oír la fatídica retahíla se imponía una inteligente retirada y un no menos necesario cese en nuestras peticiones a nuestra Madre, la cual, como siempre, nos había dicho TODO sin decirnos NADA.


Podríamos seguir con muchas más frases, pero entonces no te daría la oportunidad de poder poner tú alguna en los comentarios a este “post”, cosa que espero que hagas en cuanto termines de leer esta entrada.
Una cosa si me queda por comentar; y es que todas y cada una de estas amenazantes frases podrían culminar; y de así era en no pocas ocasiones; con la coletilla: “… Y VERAS CUANDO VENGA TU PADRE”. Entonces rezabas porque tu Padre hubiese tenido un día bueno en el trabajo y no viniera rebotado; o que hubiera tenido un día malo y tu madre no quisiera agobiarle más con tus travesuras… Con ellos te librabas de muchas cosas, pero sobre todo de oir de nuevo a tu madre diciéndote aquello de:
“ ANDA, ANDA…TE LO DIJE…TE LO DIJE…¿ LO VES, LO VES?”. Esto era más doloroso que otra cosa…¿Verdad?




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