EDITADO EN HUELVA INFORMACION POR D. JOSE LUIS DOMINGUEZ EL Viernes 6 de Octubre de 2000
El 3 de julio de 1920 se inicia en Riotinto una huelga general, que al decir del historiador inglés Raymond Carr, fue una de las más duras de los años de la postguerra mundial y se caracterizó -siempre según el escritor inglés por la negativa de la CNT a reconocer la pretensión de la UGT a que se la trataran como un sindicato obrero y no como a un movimiento político socialista. La compañía no transigió en nada a las peticiones hechas por los obreros y empleados, y las dos terceras partes de éstos tuvieron que emigrar a otras ciudades, después de haber vendido todas msus pertenencias, incluso camas y ropa.
La CNT -escribe también Carr- luchaba contra la compañía y a su vez contra la UGT a la que no le dejaba participar en la dirección de la huelga. Centenares de niños pertenecientes a familias mineras, sitiadas por el hambre, tuvieron que ser acogidos caritativamente por familias de toda España. La huelga en esta ocasión fue dirigida desde la capital y afectó principalmente a capataces, encargados y empleados.
‘La Provincia’, el 12 de agosto, da cuenta de que en el tren correo llegaron a Huelva cincuenta de los niños de los obreros de la cuenca minera que el sindicato de los compañeros de la capital se ha encargado de darles hospitalidad entre el vecindario onubense. A la estación de Riotinto acudieron a recibirles el alcalde accidental Tomás Ortiz Domínguez y los concejales señores Domínguez Moreno, Pérez Pernil, el sindicato y Comité de la Federación.
Añade la noticia de que los alrededores de la estación presentaban un aspecto imponente, pues acudieron para recibir a los desgraciadas criaturas más de dos mil personas.
“El cuadro que las criaturas ofrecían era tan triste como doloroso, pues todos reflejaban en sus rostros las huellas del dolor y de la miseria. De los labios de los comisionados que con los niños viajaban, supimos desgarradas escenas que en la mina se desarrollaron cuando en el momento de partir el tren las madres se despedían de sus hijos con la angustia y el dolor propios del caso”.
El 3 de julio de 1920 se inicia en Riotinto una huelga general, que al decir del historiador inglés Raymond Carr, fue una de las más duras de los años de la postguerra mundial y se caracterizó -siempre según el escritor inglés por la negativa de la CNT a reconocer la pretensión de la UGT a que se la trataran como un sindicato obrero y no como a un movimiento político socialista. La compañía no transigió en nada a las peticiones hechas por los obreros y empleados, y las dos terceras partes de éstos tuvieron que emigrar a otras ciudades, después de haber vendido todas msus pertenencias, incluso camas y ropa.La CNT -escribe también Carr- luchaba contra la compañía y a su vez contra la UGT a la que no le dejaba participar en la dirección de la huelga. Centenares de niños pertenecientes a familias mineras, sitiadas por el hambre, tuvieron que ser acogidos caritativamente por familias de toda España. La huelga en esta ocasión fue dirigida desde la capital y afectó principalmente a capataces, encargados y empleados.
‘La Provincia’, el 12 de agosto, da cuenta de que en el tren correo llegaron a Huelva cincuenta de los niños de los obreros de la cuenca minera que el sindicato de los compañeros de la capital se ha encargado de darles hospitalidad entre el vecindario onubense. A la estación de Riotinto acudieron a recibirles el alcalde accidental Tomás Ortiz Domínguez y los concejales señores Domínguez Moreno, Pérez Pernil, el sindicato y Comité de la Federación.
Añade la noticia de que los alrededores de la estación presentaban un aspecto imponente, pues acudieron para recibir a los desgraciadas criaturas más de dos mil personas.
“El cuadro que las criaturas ofrecían era tan triste como doloroso, pues todos reflejaban en sus rostros las huellas del dolor y de la miseria. De los labios de los comisionados que con los niños viajaban, supimos desgarradas escenas que en la mina se desarrollaron cuando en el momento de partir el tren las madres se despedían de sus hijos con la angustia y el dolor propios del caso”.
Manifestación multitudinaria de obreros en Nerva. Huelga de 1920.F. Aragon
La marcha de la huelga
El 16 de agosto el periódico inserta un comunicado recibido del representante oficial de la compañía de Río Tinto que reproduzco íntegro: “Al personal de estas Minas: Con el fin de que los trabajadores de estas minas tengan conocimiento exacto de lo ocurrido y puedan apreciar la verdadera situación del conflicto actual, cree la dirección de la empresa estar obligada a dirigirse a todos, bien sean obreros, capataces o empleados.
Durante la semana pasada se reunieron con el director varios empleados para discutir acerca de las causas del malestar que aquí existe y ver el medio de buscar una solución satisfactoria
al conflicto. El domingo último, día 15, una comisión compuesta por tres personas, celebró una entrevista con la dirección, quien les indicó la solución que proponía y además que sometería a la atención del consejo de administración. Enterados dichos señores de los propósitos de esta
dirección, indicaron su conformidad en principio y expusieron su creencia de que los empleados y obreros de aquí lo estarían también; pero como era la directiva de Huelva la que tenía que
resolver en definitiva, no podían hacer otra cosa que transmitirle lo que la dirección les había comunicado y prometieron apoyar y poner de su parte todo cuanto pudieran para evitar, que sin previo aviso y sin presentar peticiones concretas, abandonasen sus puestos los empleados y encargados de estas minas.
Posteriormente a las siete y media de la tarde acudió otra comisión, ésta de obreros, a la casa del director, quien después de discutir acerca de la situación, éste les prometió, que si se daba por terminado el conflicto, se comprometía a pedir al consejo de administración el aumento de un real más para cada obrero, además de los tres reales ya concedidos.
También éstos se mostraron satisfechos al parecer y ofrecieron transmitir el resultado de la entrevista a sus compañeros y apoyar lo que se les había comunicado, llegando a tener la dirección motivos para creer en la inmediata solución del conflicto y fin de la huelga, cuya esperanza tenían también la mayoría de los obreros.
Apesar de esto y de los buenos deseos de la dirección para poner término a la anormal y crítica situación, han abandonado sus puestos los encargados, empleados y demás personal de oficinas, obedeciendo a instrucciones de la directiva de Huelva.
La dirección siente haber visto destruidos los esfuerzos que se han realizado para acabar con esta lamentable e insostenible estado de cosas y considera una verdadera lástima de que la
situación se haya agravado, creándose nuevos obstáculos para llegar a una próxima solución, pero no obstante, confía aún en que ha de prevalecer la cordura y sensatez de todos para poder
conseguir una inmediata y duradera solución que acabaría con el hambre y la miseria que hoy existe aquí y que todos lamentamos.
Minas de Riotinto, 16 de agosto de 1920. La Dirección de estas Minas”.
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