domingo, 10 de octubre de 2021

POBLADOS MINEROS DESAPARECIDOS. CUENCA MINERA DE RIOTINTO (HUELVA) -- 4 --

 Un trabajo de  Aquilino Delgado Domínguez,  Mª de la Cinta Regalado Ortega y Alfredo Moreno Bolaños (Se complementa el post con fotos extraídas del blog "MAQUETAS DEL PUEBLO Y ALDEAS DE RIOTINTO" de Fernando Durán)

La Atalaya.


Era el poblado minero más septentrional del término municipal de Río Tinto. Tras las compra de las Minas RTCL aprobó la construcción el 27 de abril de 1883 con un coste de 40 libras esterlinas de las primeras 100 viviendas de las 264 con que llegó a contar este poblado minero. Además del asfaltado de las calles.

 En 1892 se construyeron nuevas viviendas, aunque la segunda gran ampliación sucedió tras la apertura de Corta Atalaya en 1907, lo cual hizo necesario poder albergar a más trabajadores y a sus familias. Así en 1908 se construyeron 30 viviendas con un gasto de 99.121,62 y en 1909 se edificaron 50 viviendas con un coste de 168.822, 51 reales. El mantenimiento y asfaltado de las calles además del cuidado de las zonas verdes estuvo siempre a cargo de las diferentes compañías.


La tipología de las viviendas destinadas a obreros en La Atalaya variaron según la superficie de las misma que dependía del tipo de familia más o menos numerosa que la ocupaba, las más pequeñas tenían dos habitaciones y las mayores entre cuatro o cinco estancias y hasta dos plantas. Estaban construidas en mampuestos con esquinales de ladrillos con acabado exterior e interior de cal a tres manos cruzadas, la solería era de tipo hidráulico prensado. La tipología de la cubierta varió entre las de dos y cuatro aguas solucionada con teja curva. 



La carpintería de puertas y ventanas era de madera. La escuela dependiente de la “Compañía” estaba ubicada al final de la calle Victoria, era el edificio más importante de esa calle y estaba dividido en dos estancias, uno para niños y otro para niñas, con un patio trasero que hacía las veces de zona de recreo, donde se encontraba un pequeño retrete. El edificio presentaba un acabado exterior e interior en cal blanca a tres manos cruzadas con las ventanas y puertas recercadas en ladrillo visto y un zócalo en el exterior de ladrillo visto de un metro de altura. Actualmente es el único inmueble que se conserva. 

Los alimentos y productos de primera necesidad se adquirían en la sucursal del Almacén nº 2, propiedad de la compañía, la ampliación de Corta Atalaya determinó que el economato tuviera que ser reparado en 1937 con un gasto de 1.606 pesetas, pero no fue suficiente por lo que en 1946 hubo que convertir dos viviendas en economato con un gasto de 3.353 pesetas.



 El casino estaba ubicado en la entrada de la Atalaya, donde los obreros pasaban sus ratos de asueto. Los días de fiesta se formaban reuniones familiares y se organizaban bailes. Estuvo en funcionamiento por lo menos desde 1885, año en que RTCL adquirió muebles y una mesa de billar para disfrute de los “productores”.

 El aumento de población de La Atalaya a principios del s. XX, determinó que fuera necesario ampliar el casino, lo cual supuso un coste de 16.538,45 reales. Además del casino los vecinos de la Atalaya contaron con un espacio para el esparcimiento y ocio con un espacio denominado como “Educación y Descanso”, para lo cual se rehabilitó en 1944 parte del edificio de Auxilio Social. La seguridad estuvo a cargo de un pequeño destacamento de la Guardia Civil que ocupaba un edificio dispuesto en torno a un patio central que sólo se diferenciaba del resto por las torretas pentagonales con aspilleras. A principios de la Guerra Civil, entre 1936 y 1937, se modificó y aumentó el “cuartelillo” destinado al benemérito instituto con un gasto de 7.257 pesetas. 



El saneamiento se solventó mediante los depósitos de higiene o “carros” y funcionaban del modo ya expuesto. Se construyeron tres retretes públicos para uso de los vecinos que no disponían de aseos en sus viviendas. También dispuso de Lavadero público pues la mayoría de las casas no disponían de agua corriente. Así en 1921 se construyó una segunda fuente con un coste de 4.599 reales. 

El fin de La Atalaya estuvo ligado, al igual que en resto de los poblados, a los intereses de la Compañía minera. De esta forma, la ampliación de Corta Atalaya durante la segunda mitad de los años 60 del siglo XX sentenció la continuidad de este poblado que desapareció casi definitivamente en 1970.


Actualmente sólo se mantienen en pie parte de los muros de la escuela. Este poblado minero fue el más habitado de Río Tinto y su población varió desde los 823 en 1888, apenas cinco años de su creación, a los 1.272 en 1900, alcanzando diez años después su máximo poblacional con 1.472 habitantes. Este importante aumento de población se debió a la apertura de Corta Atalaya a partir de 1907. Las Huelgas de 1913, 1917 y 1920, junto con la bajada de la producción acaecida después de la I Guerra Mundial, redujo el número de habitantes en un tercio, descendiendo hasta los 1.105 en 1920. Desde la segunda mitad de los años veinte del s. XX hasta la Guerra Civil se produjo un tímido aumento de población. que llegará a los 1.250 habitantes sobre 1936.

 La bajada de la producción debido a la Guerra Civil y posterior Guerra Mundial, supondrá un descenso de la producción y por tanto de mano de obra. La introducción de cierta mecanización tras la II Guerra Mundial conllevó nuevas reducciones de mano de obra llegando a 662 habitantes en 1950, la mitad que en 1900. Con el paso de la concesión minera a manos españolas en 1954 se desarrolló un importante plan de mejoras y modernización que conllevó un aumento de mano de obra por ende de habitantes llegando así en 1960 a 994 habitantes.

 La ampliación de Corta Atalaya durante la segunda mitad de los años 60 del siglo XX sentenció la continuidad de este poblado que fue fagocitado casi definitivamente en 1970.





















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