jueves, 29 de mayo de 2008

CONFESIONES DE UNA LOCOMOTORA SALVADA DEL SOPLETE ( POR NEFTALÍ )

EDITADO POR NEFTALI EN:http://riotinto.mforos.com/555733/7607782-confesiones-de-una-locomotora-salvada-del-soplete/

Soy la locomotora número 52. Me fabricaron en Inglaterra en 1883, por encargo de la Río Tinto Company Limited, y recién acabada de nacer me trasladaron a las Minas de Riotinto, donde me convertí en una trabajadora incansable, arrastrando pesados vagones de mineral cobrizo. Como en aquella época dorada del ferrocarril éramos tantas y de tantos tipos, en vez de bautizarnos a cada una con nuestros nombres de pila, pintaron números blancos sobre nuestros vientres negros, para podernos distinguir, de modo que esos números se quedaron grabados para siempre en los libros de historia de la minería onubense.

En mi larga vida de casi un siglo al servicio de patronos ingleses y españoles, siempre tuve un rendimiento magnífico y siempre fui considerada como una de las locomotoras de vapor más polivalentes de La Compañía. Además, tuve la suerte de que mis acerados huesos no sufrieron nunca ninguna enfermedad importante, sólo fui ingresada un par de veces con heridas leves en los Talleres Mina, pero afortunadamente volví al trabajo en poco tiempo.

A mediados de los años setenta, harta ya de transportar vagones, y faltándome apenas unos ocho años para cumplir el siglo, mi estómago se fue enfriando lentamente y dejé de vomitar humo por mi esbelta chimenea. La Empresa argumentó que éramos ya demasiado viejas y que además no le resultábamos rentables. Posteriormente, me trasladaron a una vía muerta que había en los alrededores de la vieja Fundición y me abandonaron allí, a la espera de que unos hombres armados con sopletes trocearan despiadadamente mis huesos y luego los vendieran a precio de chatarra. Sentía vértigos, cada vez que veía acercarse el fuego azulado del soplete, y estaba convencida que solo un milagro podía salvarme de aquel abominable crimen.

Mientras el malvado soplete empezó a aniquilar sin compasión a algunas de mis compañeras, hubo un hombre anónimo que se dedicó a escribir en nuestros vientres las palabras NO CORTAR, con letras muy mal escritas y a modo de emergencia. Los devoradores de chatarra, cuando vieron estas frases pintadas en los flancos de las locomotoras muertas, apagaron sus sopletes y terminaron su trabajo. Y yo me pregunté, entonces, sorprendida: ¿Qué habrá pasado, para que me perdonen la vida?. Lo que sucedió fue que una empresa denominada Industrias López Soriano, S.A. (de Zaragoza) se mostró interesada por comprar, a precio de chatarra, todas las locomotoras salvadas del soplete, incluida yo.

A raíz de esta milagrosa salvación, me enviaron a Zaragoza, a un cementerio industrial donde descansan numerosas locomotoras de vapor hermanas mías y también de toda España. Y aunque el paso de los años ha ido pudriendo lentamente mis ennegrecidos huesos, todavía tengo la esperanza de que alguna persona con poderes administrativos y políticos me compre para devolverme a la que fue mi casa de toda la vida: a las Minas de Riotinto. ¡Y ojalá pueda pasar el resto de mis días como pieza de museo en alguna plaza pública, cual testigo mudo de la época dorada de la minería del cobre!.

Emed Mining celebrará su próxima junta general el miércoles que viene

Noticia extraida de H.I.
La empresa chipriota Emed Mining celebrará su próxima Junta General de Accionistas en Riotinto, un acto que supondrá la puesta de largo de su filial española, Emed Tartessus, que controla la mayoría de la Mina de Riotinto, y que ha solicitado la reapertura de la línea de cobre en la explotación.

Según ha informado la compañía en un comunicado, este encuentro se celebró el pasado año en Eslovaquia, y al que se ha convocado para el 4 de junio próximo en Huelva está previsto que acudan los principales accionistas de todo el mundo y los directivos de todos los países en los que Emed tiene explotaciones.

A la Junta asistirán accionistas provenientes del país de origen de la empresa, Chipre, así como de otros países como Australia, Gran Bretaña y Estados Unidos, y la totalidad de los directivos de EMED Mining, en sus diferentes proyectos europeos en Chipre, Eslovaquia, Georgia y España.

La Junta, que aprobará la gestión del año pasado y los planes de futuro de la empresa, estará presidida por el presidente de EMED Mining, el australiano Ronnie Beevor, y el Consejero Delegado de la misma, el chipriota Harry Agnasnostaras-Adams.

Representando a la filial española, EMED Tartessus, estarán su presidente, Guillermo Gutiérrez, y el futuro Consejero Delegado, Bill Enrico, que se ha trasladado desde Guatemala a Riotinto para dirigir in situ esta explotación.

La multinacional EMED Mining Public Limited ha invertido ya seis millones de euros en la recuperación de esta actividad, proyecto que aparece como el más importante de la empresa en su memoria de actividades de 2007 y para el que en el pasado mes de enero se iniciaron los trámites para la obtención de todos los permisos necesarios ante la Delegación de Innovación, Ciencia y Empresa de la Junta en Huelva.

La empresa confía, por su parte, en que las autorizaciones estén concedidas en este año 2008, con el objetivo de que la actividad en las instalaciones previa a la extracción de mineral pueda comenzar a finales de esta anualidad y a comienzos de la siguiente.

El proyecto de reapertura de la mina tiene una expectativa de mantenimiento a largo plazo, generando ingresos por exportación para Andalucía de 150 millones de euros por año, ya que el reinicio de esta actividad es "económicamente sólido y técnicamente viable", según la empresa.

Hasta el momento, EMED Tartessus ha invertido en las instalaciones 3,5 millones de euros, con la previsión de destinar 100 millones más para los tres próximos años, lo que supondrá una contratación inicial de 300 personas, que alcanzaría las 450 con la plena actividad minera.

La iniciativa del grupo chipriota prevé, con reservas de mineral de cobre de 450.000 toneladas, un mínimo de diez años de producción en un promedio de 40.000 toneladas de cobre por año. Además, los recursos de 1,4 millones de toneladas de mineral de cobre, garantizarán de diez a 20 años de actividad minera.

miércoles, 28 de mayo de 2008

LA TRAGEDIA NOVELADA. ULTIMA ENTREGA

Alfredo Moreno Bolaños para El Minero Digital
- ¿Qué dices, hombre? ¿Qué os case?... Pero… ¿por qué, por qué?...

- Es mi novia y se me muere, Don Antonio. Y… ella lleva en su vientre un hijo mío, y no quiero que suba al cielo sin padre.

El “Choqueto” tenia reciamente asida la mano derecha de la muchacha que se agitaba en convulsiones de agonía.

El sacerdote apremió:

- Pero… si estáis los dos conformes, pues… ya estáis casados.

Rosarito movió los parpados como signo afirmativo, apenas apreciable.

- Yo solo os regalo mi bendición…

- ¡Eso, eso padre!

El mozo insistió en su demanda, ahogado en sollozos que inundaban de lágrimas el ya empalidecido rostro de Rosarito.

El sacerdote, hincado de rodillas, a la altura de ellos, se destocó con la mano izquierda en tanto adelantaba la derecha bendiciéndolos en el nombre del Padre y del Hijo y…

Un disparo de fusil, entre tantos otros, arranco el gorro de la mano izquierda del cura y la bala se clavo en la frente de Roque, quien, en un atroz impulso de vida, se alzó sobre sus rodillas para caer, desplomado ante el sacerdote, envolviendo en su caída el cuerpo ya inerte de la muchacha.

Horrorizado el padre, indignado contra aquello que, de momento él no pudo calificar ni comprender, pero que repudiaba su conciencia de cristiano, se volvió casi a rastras y así, de rodillas como se hallaba, alzó sus espantados ojos hasta el vacío balcón del ayuntamiento y, con los brazos en cruz, los dedos agarrotados como garfios, como los de Cristo crucificado, lanzaba vocativos imprecatorios que, el lamentar de los heridos, los clamores de auxilio de los disparos implacables de los fusiles, impedían oír, entender lo que dijera…

Y aquella oración, digna tal vez de una página de oro en la historia de este pueblo, se perdió diluida entre un gran barullo de dolor: ¡………! ¡………!

Alzado en pie, con todo el erguimiento de su elevada estatura, iba de motón en motón de seres abatidos por el estregón de la masa; auxiliaba a heridos, bendecía a agonizantes, ayudaba a remover cadáveres para rescatar a los que se debatían bajo el aplastamiento…

Algún soldado le encaró el fusil conminándole a abandonar la plaza; pero el sacerdote, en su actitud de entrega total, abría sus brazos y les gritaba tranquilo, casi desafiante:

- ¡Esta es mi misión, muchachos! ¡Tirad, que esa es la vuestra!...

Estas escenas heroicas, emocionadas, dignas de un levantado canto lírico, colocaba, sin duda, una recia traba en las manos de los soldados, porque… a él no llegó ninguna bala.

Sobre su pecho, colgante del cuello, llevaba aquel crucifijo de siempre, el grandote, el despintado a fuerza de besos de los chiquillos y eso… ¡ya era un escudo, ya!

EPILOGO
La iglesia parroquial de Santa Bárbara, hacia donde corrieran desoladas, enloquecidas, las gentes perseguidas por los implacables disparos del 4 de Febrero de 1888, fue construida durante los cuatro a los comprendidos entre 1789 y 1792, y la obra fue dirigida por un arquitecto natural de Burguillos, provincia de Badajoz, y nos duele de veras que su nombre haya huido a nuestras interesadas indagaciones.

El día 5 de Septiembre de 1907 falleció en la villa de Minas de Río-Tinto, provincia de Huelva, España, el presbítero Don Antonio Muñoz Arteaga, a los 78 años de edad.

El cadáver de Don Antonio “el nuestro”, como le llamábamos los mineros entonces, fue enterrado en el suelo del Sagrario de dicha iglesia parroquial. A los 124 años de su construcción, este venerado edificio (donde el novelista recibió las aguas del bautismo) fue derribado en el año 1916 por la implacable exigencia de una explotación minera que es el alentar, el único vivir de una considerable milada de trabajadores de este pueblo y un elevado número de los de alrededor. La nueva iglesia parroquial de Santa Bárbara construida en la barriada de El Valle, fue bendecida el sábado 28 de Abril de 1917.

A este nuevo edificio fueron trasladados los restos mortales de Don Antonio Muñoz Arteaga, depositados bajo la nave central y cubiertos por una losa, cuya inscripción reza así:

BEATI MORTUI, QUI IN DOMINO MORIUNTUR
BIENAVENTURADOS LOS QUE MUEREN EN EL SEÑOR

Aquí yacen los restos mortales del Presbítero
D. ANTONIO MUÑOZ ARTEAGA
Cura párroco que fue de Santa Bárbara de esta villa y capellán de su hospital.
FALLECIO 5 SEPTIEMBRE 1907 A LOS 78 AÑOS
R.I.P.A.

Una calle de esta barriada, hoy capitalidad del Municipio, ha sido rotulada con los apellidos de este sacerdote: MUÑOZ ARTEAGA
Y ahora, heroico lector, sufrido lector, si te arrodillases al borde de la lápida de Don Antonio “el nuestro” en esta iglesia de El Valle y te doblases como para besarla –que no harías nada más justo- escucha a ver si percibes, como de muy hondo y muy confuso, algo así como voces de condenación a aquello del 4 de Febrero, todavía, todavía…

Puede que no sea más que un fenómeno de acústica, o pura ilusión…
Pero por probar nada se pierde ¿verdad?
¡Prueba, lector! ¡Prueba!...
FIN
José María Fontela Granado
Minas de Riotinto 1º de Junio (Corpus Christi) 1961




Agradecimientos a:
Gilberto Hernández Vallecillo
Pedro Real Valdés
Rafael Cortés García
Antonio Costa y familia
Carlos Rojas
Antonio Romero, hijo del pintor nervense Alcaide.

Portada de la obra:

GAZPACHO DE ASOCIACIONES

Un año más; y si el tiempo lo permite, tendremos el Gazpacho de Asociaciones en Riotinto. Hay quien la considera como "la mejor fiesta" de Riotino..............Digo yo que eso sera despues de La Virgen del Rosario y La Esquila y despues de Carnaval. Pero, sobre gustos no hay nada escrito. Os dejo el programa. Ya sabeis; pinchad sobre el para verlo ampliado.


El UNEM reune en Riotinto a mujeres de toda la comarca.

Texto y fotos; Jesús Chaparro Queija

En el Hotel Santa Bárbara de Minas de Riotinto, la unidad de empleo para la mujer de la Mancomunidad Cuenca Minera, ha celebrado hoy con motivo del Día Internacional de Acción por la Salud de las mujeres, las II Jornadas “MUJER, SALUD Y EMPLEO”, en la que se han impartido a las asistentes unas charlas educativas y/u orientativas sobre los problemas que se generan en la mujer cuando esta accede al mercado laboral, con asitencia de unas 50 mujeres.
Las jornadas han sido abiertas por la alcaldesa de Minas de Riotinto, Nuria Hernandez y por parte de la Mancomunidad, la alcaldesa de El Campillo, Encarna Palazuelo, quienes han resaltado la importancia del papel que en la sociedad laboral está adquiriendo últimamente la mujer.
En la jornada de tarde, se realizaron diversos talleres tendentes al conocimiento de la importancia que la salud tiene para una mejor realización y bienestar social, en base a la definición que la OMS hace de esta: “el estado de completo bienestar físico, psíquico y social.”.
Unas jornadas en las que se han reforzado los conocimientos y el posicionamiento de la mujer en una sociedad en la que por derecho propio necesita de su presencia y aporte cultural y laboral.

martes, 27 de mayo de 2008

TAMBIEN LO FUI YO .........

RESPUESTA DE MAYORRE A "CONFESIONES DE UNA CASA MINERA ABANDONADA"
(FOTO: Fachada delantera Casa Consejo, extraidas de http://portaeinferi.iespana.es/)

¡También lo fui yo¡. Aunque relativamente cercana a ti y casi de tu misma edad pues nací en 1883, sobre escoriales que cimentaron mi fortaleza, basada en la solera de esos inaprovechables restos de ricos metales, ya extraídos, que antaño sirvieran para acuñar romanas piezas de plata y cobre, estimulando a los habitantes de mis recios muros a emprender, con indisimulada avaricia, el camino que pretores y centuriones transitaran siglos atrás.

¡Es más de lamentar pérdida y olvido, cuanto más grande se es¡. Ahora, vieja y desvencijada, como anciana decrépita, sólo algún que otro lugareño con bastante edad, me podría recordar…Ya nadie memoriza mi nombre que, con casi unción, antaño se pronunciaba. ¡Sí¡; me llamaban “La Casa de Consejo” y para muchos, “La Casa Grande”.

Confieso que no fueron humildes, como en tu caso ocurriera, los habitantes que albergaron mis nítidas paredes, donde a diferencia de las tuyas, prendieron las fotografías de cada General Manager que me disfrutó, al igual de curiosas pinturas de cacerías del zorro en la inglesa campiña, prestando color y placenteras vistas a suntuosas habitaciones dotadas con finos muebles de caoba en sus salas de estar sobre las que reposaban fruteros, candelabros y bandejas de plata, alternando con delicadas figuras de porcelana de Worcester.

Si confortable era la estación invernal, mitigados sus rigores por encendidas chimeneas, avivadas con leña de encina y carbón mineral, no lo era menos la estival, a cuyo frescor contribuían, además de mis densos ventanales cubiertos de mosquiteros, la humedad que subía desde el cuidado parque con su correspondiente estanque, bañando a nenúfares y semitropicales plantas. El silencio era sólo interrumpido por las aspas de antiguos ventiladores y el piar de mirlillos, abubillas y gorriones que acudían a su arboleda.

Desde la terraza, espaciada por clásica veranda de estilo colonial, trepaban, entrelazándose con el verdor de la hiedra, madreselvas y azuladas flores de campanillas.

¡Qué impresión causaría mi aspecto exterior al visitante que, la mismísima Concha Espina, se maravilló de él¡

No creas que quiero alardear ante ti. Pero debes entender que había entonces, como igualmente hoy las hay, diferencia de clases, muy acusadas en nuestro gremio de edificios. En tanto tú, cobijabas a familias mineras, yo lo hacía al no va más de la escala social. Así, eran muy frecuentes las cenas, no servidas después de las 7,30 p.m., a diez ó 15 invitados del inquilino de turno. Los pasillos que conducían desde el hall al dining room veían recorrer a rubios extranjeros embutidos en smoking, luciendo corbatas sobre camisa y cuello almidonado, en tanto sus féminas acompañantes, se tocaban con algúna que otra diadema de dudoso gusto y joyas de relativo valor. De todo había.

Si de ordinario era la concurrencia de personas del entorno, especialmente se mimaban atenciones cuando la Comisión del Consejo realizaba su visita anual. El Board of Deputation tenía semejanza con lo que puede ser, -valga como impía comparación-, a la Santísima Trinidad de visita en las propiedades mineras. Sin duda, los 4 ó 5 consejeros de la Compañía, ostentaban el poder de premiar ó castigar a quienes a su juicio lo mereciese.

En tanto soporten mis muros, la empenachada cúspide que sostenía las dos astas para que ondeasen las enseñas españolas y británicas, recordaré la estancia de Lord Milner, el 29 de Enero de 1914, cuando tras ser recibido por el Rey, D. Alfonso XIII, llegó a RT a fin de proceder a la entrega de medallas de oro al equipo de rescate ocurrido en el incendio del Pozo Alicia. No se escatimaron gastos para atender a quien, entre otros importantes cargos, había sido Alto Comisario Británico en el Suroeste de Africa y Gobernador de la Colonia de El Cabo.

FOTO: Fachada Trasera Casa Consejo, extraida de http://portaeinferi.iespana.es/

Decenas de sirvientes, uniformados con cofias y delanteras blanquísimas, pulían mi look, a la vez que, desde Gibraltar, fueron allegados añejos whiskys escoceses y olorosos habanos, así como adquiridos en Jerez, los mejores caldos.

Eventos y visicitudes de variados tipos se gestaron entre mis muros, condicionando a toda la comarca pero no evitaron, a veces, escapar de la tragedia, una de las cuales hubo de sufrir mi primer morador, Charles Preebble, cuando su señora falleció, apenas terminada mi estructura, ignorando la causa por la que su cadáver fue trasladado a Huelva.

Con parecida tristeza se supo que Dª Ana Ravenna, ama de llaves de mis dependencias, sufrió un accidente cuando en compañía de un ordenanza y sirvienta regresaban en el ferrocarril desde Huelva. Aquél 6 de julio del año 1903, hasta mis cimientos se conmovieron, al meditar sobre la pérdida que particularmente acusaría el disminuido hijo, baldado de ambas piernas. Su origen portugués, de Madeira, endulzaba, como el vino de la isla, el afable carácter del ama.

En fin, ¡pequeña colega¡. Al menos tú tienes el consuelo de una mutante resurrección, después de sufrir olvido y derrumbe….Sin embargo, repara en mi sangrante caso y comprenderás mejor el dicho de: “Cuanto más alto, mayor será la caída”.

Ahora, introvertida en mi evidente agonía, escucho la clásica exclamación de curiosos y paseantes por mis alrededores, del inevitable, ¡Qué pena¡. Sin poder responder, -pues inertes seres somos- que ese sentimiento será mucho más pronunciado, cuando como a ti te ocurrió, sólo les sea permitido contemplar, únicamente, el vestigio ruinoso de mi brillante pasado..

Disculpa no pueda ocultar estos aires de soberbia grandeza con los que, durante años, presumí. Quizás, tan dilatado período de vanidad, me atrajo el castigo que ahora padezco, sirviendo de moneda de cambio, ó chantaje encubierto, a especuladores que, paradójicamente, no hablan en la lengua sajona con la que tan bien me fue.

Ya ves que rememorando el pasado de inquilinos y ruinas, tenemos mucho en común….

El duende de la Casa.-
--------------------------------------------------------------------------------
Real-1

lunes, 26 de mayo de 2008

CUTRE OLIMPIADAS 2008


Con este "sugerente" titulo nos llegan noticias desde Nerva sobre la realizacion de estas "curiosas" olimpiadas, con unas pruebas "un tanto especial". Tendran lugar este sábado 31 de Mayo en Nerva y que organiza la Asociación Juvenil Eri-k como ganadores del IV Certamen Comarcal de Iniciativas Juveniles de la Cuenca Minera, promovido por la ADR Cuenca Minera y financiado por la Consejería de Agricultura y Pesca.
Las CUTREOLIMPIADAS 2008 comenzarán a las 10.00 de la mañana con un acto inaugural, desarrollándose a continuación infinidad de pruebas que harán que pasemos un día de lo más entretenido.

PRUEBAS “CUTREOLIMPICAS”
2008
1. Lanzamiento de móviles:
Fuerza y precisión
Obj: Lanzar un terminal tan lejos como sea posible sin
salirse del área de juego.
Características: 3 pesos según categoría*. Prueba Grupal.
2. Carrera de Ciclostatic
Fuerza y Resistencia
Obj: Pedalear durante 4´para conseguir la mejor marca.
Característica: Prueba Grupal. Fuerza y Resistencia
3. Vuelo de aviones de papel
Habilidad y Fuerza
Obj: conseguir que su avión de papel se mantengan en el aire el mayor tiempo posible
Carácterísticas: los aviones de papel serán fabricados
instantes antes de la prueba. Existe catálogo de construc- ción.. Prueba Grupal.
4. Baile Hula-Hop
Habilidad y Resistencia
Obj: Dar el mayor número de vueltas al hula-hop antes de que se caiga al suelo.
Características: Prueba de calentamiento 10´. Duración
de la actividad máximo 5´. Prueba individual (el grupo puede elegir un solo participantes durante todas las vuel-
tas)
5. Salto a la Comba en plan Rocky
Fuerza y Velocidad
Objt: Conseguir saltar el mayor número de veces durante un tiempo determinado según categoría
Características: Categoría senior: 3´ Categoría Juvenil 2.5´
Categoría alevín: 1´ Prueba Grupal
6. Voley de altura, con paracaídas
7. gold sand-Relevos
Fuerza y velocidad
Obj: Correr en relevos transportando un cubo lleno de gossan en cada brazo para conseguir la mejor marca. Características: distintos pesos según categoría. Prueba grupal.
8. Dardos gigantes
9. crono-gymkhana

CONFESIONES DE UNA CASA MINERA ABANDONADA ( POR NEFTALI )

El amigo Neftalí; nuevo en el foro, me ha asombrado con este relato que a continuacion os pogo y que podeis ver en el foro de Riotinto Digital :(http://riotinto.mforos.com/555733/7598956-confesiones-de-una-casa-minera-abandonada/)

Yo fui una casa cualquiera del antiguo caserío de Peña de Hierro. Nací a finales del siglo XIX, cuando unos hombres de negocio procedentes de Inglaterra empezaron a amasar libras esterlinas con la sangre y el sudor de los rudos hombres de esta comarca minera. Yo nunca fui una casa de alta alcurnia, de las que edificaban entonces las clases sociales más pudientes. Mis muros los construyeron con piedras cobrizas, de esas que arrancaban los mineros silicosos en las profundidades subterráneas, y mi tejado estaba resuelto con humildes tablazones de pino o de castaño. Las piedras de mis muros estaban entrelazadas con barro de mala calidad, pero mis paredes de cal limpia relampagueaban cada amanecer bajo la luz del sol.
Yo fui una casa cualquiera del poblado de La Peña. Una casa cuyo precio de coste eran quince o veinte mil reales de la época. Una casa para los obreros que ganaban salarios más bajos, trabajando 10 ó 12 horas arrancándole a la tierra sus entrañas minerales. Una casa humilde pero acogedora, hospitalaria y entrañable…como las personas que habitaban dentro de sus muros. Junto a la puerta de entrada había una marquesina cubierta de parras, enredaderas y jazmines, donde los hombres más ancianos se sentaban a tomar la sombra y las mujeres ejercían la labor de costureras, remendando la ropa de trabajo de sus maridos y sus hijos. Durante los meses de verano era encantador tomar el fresco de la tarde, aspirando aquella inmensa paz, y observando cómo las locomotoras blanqueaban el cielo con el vapor que salía por sus tiznadas chimeneas.
Durante el tiempo que estuve habitada por trabajadores, me sentí feliz y no me importó demasiado que mis muros fueran envejeciendo lentamente. Sin embargo, en la época de invierno, se producían algunas goteras cuando llovía intensamente y se mojaban las camas y los muebles. Pero en el fondo era dichosa, sintiendo el calor humano de aquellas personas entrañables que me cuidaban y me mimaban más que la propia compañía minera. Fui feliz durante casi un siglo, mirando silenciosamente aquellas fotos de personas difuntas colgadas en las paredes interiores y sintiendo latir aquellos corazones de todas las edades. Fui feliz hasta que sonó la última campana en Peña y cerraron el postigo de mi puerta para siempre, con una cadena herrumbrosa y un candado viejo. Mis últimos habitantes se marcharon contentos porque iban a enfrentarse a una vida más próspera en otros pueblos de la comarca de Riotinto. Pero yo me quedé infinitamente triste, porque sabía que nunca más habitarían más personas entre mis paredes destartaladas y ruinosas. Lloré noches enteras, días enteros, años enteros…pero nadie pudo ya escuchar mi llanto. El tiempo pasaba inexorablemente, la lluvia entraba ya por todas partes. Me dolían muchas cosas, pero lo que más daño me hacía era la soledad. Nunca me había sentido tan sola desde que me construyeron unos albañiles extranjeros a finales del siglo XIX.
Hace algunos años, cuando ya el tejado se me había hundido y la cal se había borrado por completo de mis paredes centenarias, llegaron unos hombres y me eligieron para rehabilitarme como casa-museo. Me hicieron una reparación tan profunda, que resulté ser otra casa diferente, aunque reconozco que de mejor calidad. No me ha sentado mal la reforma turística que me han hecho. Pero me gustaban más aquellos inquilinos mineros que me dejaban entrar hasta el fondo de sus corazones y me ofrecían su amistad y su cariño incondicionalmente. Me gustaban más aquellos hombres pobres (pero humildes) que estas personas extrañas que ahora me visitan a cambio de dinero, con el único fin de conocer una de las tantas páginas olvidadas de la Historia de la Minería Onubense.
Fdo: Neftalí

domingo, 25 de mayo de 2008

El PSOE acuerda con alcaldes de la Cuenca impulsar un macropolígono


Noticia extraída de Odiel Informacion
Alcaldes y portavoces socialistas en Ayuntamientos de la Cuenca Minera acordaron ayer en la sede de la Mancomunidad con parlamentarios del PSOE y representantes de la Junta de Andalucía activar la economía de esta comarca, castigada por la crisis de la minería, a través de distintas medidas como la creación de un macropolígono.
El secretario general del PSOE en Huelva y diputado nacional, Javier Barrero, anunció la creación en un periodo de cuatro meses de un mapa industrial de toda la provincia y en concreto de esta comarca, con el apoyo de la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa de la Junta para "no ir a ciegas buscando al inversor, sino ofrecerle una planificación sobre dónde puede invertir y qué tipo de diversificación económica tiene que plantear, en especial en esta zona".

El dirigente socialista abogó por atraer hasta la Cuenca a empresas de nuevas tecnologías, una iniciativa que ya han trasladado a la Agencia de Innovación y Desarrollo de Andalucía (antiguo IFA), dado que este tipo de compañías "no necesitan un lugar específico para desempeñar su actividad. Y esto puede aportarle a la comarca el aire de modernidad que tuvo cuando despuntaba en crecimiento económico por su actividad minera".

Además de este tipo de sociedades, Barrero apostó por la instalación en la zona de empresas relacionadas con la restauración medioambiental, "debido al deterioro que ha sufrido la comarca" con la minería.

LA TRAGEDIA NOVELADA ( XII )

Alfredo Moreno Bolaños para El Minero Digital
Los casinos, tabernas y panillas se ven abarrotados de público. El amplio casino del “Corneta”, esquina de las calles Wert y Unión, es ya incapaz para contener tanta gente, que rebosa también el piso principal con su balcón voladizo a la plaza, y a cuyo piso se asciende por una escalera de hierro de las llamadas de caracol.

Pronto serán las 4 de la tarde y, todavía aquella multitud de preteridos no ha logrado conocer solución alguna a lo que para ellos son justas demandas. De modo muy apreciable, a cada minuto crece el rumor que va rayando en vocerío: impaciencia ya claramente expresada en un clamor casi exigente. Unos guardias civiles contienen a los de dentro de la plaza, labor difícil o casi imposible de lograr, ya que el empuje de los de atrás es punto menos que incontenible.

Suenan voces indignadas; el rumor lleva trazas de escándalo; pero…

En este momento se abre una de las puertas del balcón central del Ayuntamiento y aparece la severa figura del Exmo. Sr. Gobernador Civil y a sus espaldas, encuadrados en la puerta, otros señores que, desde el lugar donde nos encontramos, no podemos reconocer.

En la multitud se ha hecho el silencio

El Sr. Gobernador extiende su brazo derecho en solemne, pero severo ademán, y con voz de escaso volumen, pronuncia unas frases que no logramos captar y que, probablemente no han satisfecho las exigencias de los oyentes, a juzgar por el rumor de evidente disconformidad que se alza sobre ellos, y que cubre casi totalmente la voz de su Excelencia, quien, ante tal actitud, que habrá conceptuado de irreverencia y de patente desacato a su elevada autoridad, usando de un gesto tal vez convenido, la corneta de la tropa lanza un agudo toque, que logra un absoluto, emocionado silencio, y ahora ya puede captase las palabras del orador.

Ante esta actitud de incomprensión y hasta de evidente desacato, me veo obligado ordenar la retirada pacifica de todos vosotros a vuestros respectivos domicilios.

Bien entendido y bien advertido que, de no obedecer sin dilación ni protesta, dispongo de elementos sobrados para realizarlo por la fuerza, a cuyo extremo espero no habremos de llegar, confiado en vuestra obediencia y sensatez.

En este momento, una vez de beodo, de entre los que ocupan el balcón del casino de “El Cornete”, lanza la siguiente baladronada:

-Pues si ustedes tienen fuerzas, nosotros también las tenemos.

Se observa un gesto de repulsa de Sr. Gobernador que, nervioso al parecer, pasa su blanco pañuelo por su negro bigote y desaparece en el interior de la sala, cerrando tras sí el balcón con violencia.

Con laconismo de asombro, el oficial pronuncia unas voces de mando; la tropa se encara los fusiles…”

Aquí el novelista destraba las manos y arranca la venda de los ojos de su impaciente lira…

El humilde informador, el mal aventurado corresponsal del periodiquillo provinciano, fue uno de los primeros en caer. No pudo terminar su crónica…

El empavorecido Gobernador Civil, ante aquella atrevida amenaza y desafío, solo habría visto ya por el aire cartuchos de dinamita con su humeante mecha y, con ello, la destrucción y la muerte… y como consecuencia, la obligada y convenida consigna, que arrancó una descarga cerrada de la tropa sobre aquella multitud totalmente inerme.

Tan insólita como incalificable agresión produjo, por natural instinto en la muchedumbre, un brusco, tal vez brutal movimiento de retroceso, con el lógico, el incontenible arrollamiento de la propia masa, que al caer los primeros heridos y muertos, se produjeron amontonamientos de un dramatismo de horror. Gritos de susto y de dolor; luchas bestiales por liberarse del aplastamiento que era la asfixia, la muerte; el terror pánico a la escucha de los disparos contra los que lograban ponerse en pie…

Tío Juan “Bigote” había sido arrebatado, llevado en volandas por la multitud enloquecida y había desaparecido, nadie sabría adonde…

Rosarito y Roque, que se resguardaban tras uno de los bancos más altos de la plaza, frente a la Casa Grande, habían sido derribados por la marcha aquella de terror; pero la mocita había quedado presa bajo el espaldar de hierro del citado banco, arrancando de cuajo y tumbado hacia atrás por el bestial empuje de los ocupantes, ante las mortíferas bocas de los fusiles.

“La masacre de Febrero de 1888”( Cuadro de Antonio Romero Alcaide, con el permiso pertinente de sus hijos.)
“El Choqueto” realizaba titánicos esfuerzos por liberarse del montón que lo aplastaba, lográndolo tras prolongadas lucha, con el tremendo empuje de sus poderosos músculos.

Andando de rodillas, casi a rastras, buscó a Rosarito y pudo, al fin, hallarla materialmente perdida bajo los cadáveres de dos mujeres, entre los cuales un pequeñín gritaba en demanda de su madre.

A rastra logró acercarse a Rosarito y apartar de sobre ella aquellos cuerpos inertes que la aplastaban como bajo el pie implacable de la muerte, y lanzó un alarido de espanto al contemplar el pesado espaldar del banco sobre el pecho de la muchacha.

Roque derrochó todo su valor muscular de minero en el empeño de liberar a su novia de aquella reja de hierro y, momentos después, la zagala, de espaldas, reposaba su cuerpo inanimado sobre el pecho del apenado mozo, puesto ya de rodillas.

- ¡Rosario! ¡Vida, Vida! Como siempre la llamaba.

Una desdibujada sonrisa distendió apenas los labios de la muchacha, mientras un hilo de sangre se desbordaba lento por una comisura de su boca. Aquello era la muerte, pero él no podía, no quería creerlo…

Por entre la ingente masa de aterrados fugitivos que, por la calle Wert, pugnaban por ganar el amparo de la iglesia, un sacerdote luchaba también tenazmente, con esforzado tesón, por lograr llegar a la plaza, en una ahincada convicción de que serian necesarios sus auxilios humanos y espirituales. Era su inexcusable misión sacerdotal; pero era, además, la exigencia terca, ineludible, de su corazón siempre dispuestos hasta la entrega total por sus hermanos los hombres.

Era el párroco de Santa Bárbara, la iglesia parroquial del pueblo; era aquel sacerdote que rara vez se viera tocado con el sombrero llamado “canoa”; él usaba casi siempre, hasta para viajar, su gorro redondo de tela negra, con una pequeña borla que le caía hacia el lado izquierdo o hacia atrás, según la descuidada inclinación del sencillo gorro. Este cura popularísimo y estimado por todos los habitantes de la parroquia, era el que ahora llegaba, por fin, al grupo angustiado donde “El Choqueto” se debatía defendiendo el cuerpo casi desmayado de Rosarito contra el bestial pisoteo de heridos en pugna por escapar, y el desbordado arroyo de aterradas criaturas que huían de los disparos, intermitentes, pero pertinaces, de los soldados desde todas las bocacalles.

- ¡Padre, padre! ¡Don Antonio! le clamó Roque.

- ¿Qué hay, muchacho? Pide, pronto, pronto.

- Que... que nos case usted, señor cura.

En realidad, aquello era algo insólito, algo insospechado por el sacerdote en tales circunstancia; sin embargo…

viernes, 23 de mayo de 2008

Sindicatos y empresarios de la Cuenca Minera aprueban un plan para impulsar el empleo

Jesús Chaparro / Riotinto, cuenca minera

El Consejo para el Desarrollo Socioeconómico de la Mancomunidad Cuenca Minera de Minas de Riotinto mantuvo ayer una reunión para debatir un documento de 'Acuerdo para el Desarrollo de Actuación sobre el Empleo en la Cuenca Minera'. Al encuentro asistieron alcaldes de la Cuenca Minera, representantes de la mancomunidad, secretarios sindicales provinciales y representantes de los trabajadores de las empresas locales de CCOO y UGT, representantes de FOE en Minas de Riotinto y la recién estrenada parlamentaria de Andalucía, la joven campillera Susana Rivas Pineda.

El borrador presentado por los agentes sociales trata de impulsar esta zona minera, que como consecuencia del cierre de la explotación minera, ha bajado notablemente su actividad y el empleo. Es por ello, que este consejo ha debatido puntos de especial interés para la diversificación económica y para pedir más y mejores comunicaciones, I+D+i y el reforzamiento de recursos financieros necesarios para un desarrollo sostenible en la comarca.

Uno de los temas al que se le ha prestado una especial atención ha sido el de las mejoras de comunicaciones, solicitándose una conexión entre las N-435 y la N-461 con las principales vía de desarrollo que unen Badajoz y Sevilla, por la ruta de la Plata, con capitales nacionales industriales. Para ello se insta a los ayuntamientos a que declaren de interés estratégico el suelo necesario para la instalación de un gran parque empresarial de ámbito comarcal para lo cual, en un plazo prudente, la Mancomunidad de Municipios Cuenca Minera y los consistorios presentarán a la comisión de seguimiento de este convenio las correspondientes propuestas de emplazamiento.

También se acordó solicitar la creación de una oficina técnica para el desarrollo de un programa de captación de proyectos de inversión exógena, que los firmantes de este plan presentarán ante la Junta de Andalucía para la financiación durante un período de cuatro años.

De la misma manera, se propuso crear un centro de innovación tecnológica dedicado a la industria y aprovechamiento del plástico que se ubicaría en el parque empresarial y que daría servicio y apoyo a toda Andalucía, por lo que la FOE solicitó un esfuerzo a todas las fuerzas sociales, empresariales, sindicales y a la mancomunidad para lograr implantar este centro de vital importancia para dar protagonismo empresarial a esta comarca.

No faltó en la reunión la preocupación por el tema minero, por lo que se reclamó la puesta en marcha de la mina, siempre que ésta sea explotada por empresarios competitivos y con estudios de viabilidad creíbles y rentables para el mantenimiento de una mano de obra estable.

El acuerdo ha sido firmado por FOE, CCOO, UGT y los ayuntamiento para ser presentado a la mancomunidad quien lo aprobará, si procede en pleno, para avalarlo y presentarlo en la Administración Autonómica.

Por parte de los empresarios de la zona, ACIR, solicitó en ruegos y preguntas que se elabore por parte de todos los ayuntamientos un plan de fomento para el colectivo empresarial elaborando proyectos publicitarios para dar a conocer al turismo los productos y servicios de la comarca.

Para terminar la sesión, un representante sindical de una de las empresas de la zona pidió que se reflexione sobre el estado de competitividad precaria por el que están atravesando las grandes empresas de la Cuenca Minera, estando algunas incluso en situación de reducción de plantilla debido a la mala comercialización del producto base.

La parlamentaria andaluza Susana Rivas indicó que cree que "la minería no es el futuro definitivo de la comarca, y sí una apuesta fuerte por la diversificación industrial. La problemática cíclica que siempre ha estado detrás de las épocas mineras florecientes han supuesto para esta Cuenca épocas de crisis que con un tejido industrial competitivo y sostenible se solucionarían. Y en eso estamos y en eso estaré durante este período de trabajo que ahora empiezo", expuso.

miércoles, 21 de mayo de 2008

LA TRAGEDIA NOVELADA ( XI )

Alfredo Moreno Bolaños para El Minero Digital

Aquel aparato ferroviario de destacada traza y desusada presencia, pronto provocó la concurrencia, en aquellos alrededores, de nutridos grupos de curiosos empeñados en conocer la causa de aquello tan insólito en la vida suave, lisa hasta el aburrimiento, de aquellas gentes de la tierra llana.

La Guardia Civil de escolta del tren, siguiendo órdenes de su jefe y a requerimiento del alcalde, que también habían ocupado un compartimiento en aquel coche-salón, despejaron los alrededores de la estación, sin que los curiosos vecinos de la milenaria ciudad amurallada lograsen la ansiada respuesta a su alarmada y pertinaz pregunta:”¿qué pasa, qué pasa?”…

Serían la 8,30 de aquella mañana, cuando el silbato de una locomotora, agudo y temas, hizo volver la mirada de los ya alejados curiosos iliplenses hacia el paraje conocido por los Bermajales. Un tren, inesperado a aquella hora, avanzaba, rápido, por la línea de Sevilla hacia el apeadero, con tal disloque de velocidad, que hacía suponer un seguro, disparado rebase de la estación. Y sin embargo, el tren se detuvo justo, exacto, paralelo al que ya esperaba.

Un toque de corneta, agudo y conciso, y minutos después una compañía de soldados de Infantería, con armas e impedimenta, se alejaba en los vagones del tren vecino, cuya locomotora, de las llamadas “chatas”, ya piafaba lanzando un espeso y negruzco penacho de humo, crenchas alborotadas de una Diana impaciente.

Aquella “operación militar” si que produjo sacudidas de alarma u ojos espantados entre los espesos grupos de curiosos, apretujados por la Guardia Civil bajo los arcos de las murallas, conocidos por Puerta del Agua y puerta del Buey.

- Pues algo gordo pasa por ahí arriba, tú..

- Si; pero… ¿qué será?’ ¿qué será?

Y la locomotora chucheaba su jadeo arrastrando el pesado tren, hasta ganar, gateando, el pié de la sierra, salvada ya la fastidiosa monotonía de la tierra llana.

La mañana del 4 de Febrero resultaba chica en el tiempo para contener tanta acción.

Aun el padre sol no había restregado su sonrisa mañanera por las alzadas cumbres de la sierra, y ya jadeaban, al aspeo del cansancio, muchos vecinos de las cercanas aldeas, sentados en los bancos de la Plaza de la Constitución. La sirena hizo sanar sus rigurosas pitadas, señalando a todos y cada uno el momento de comenzar la labor; pero solo los jefes y algún que otro capataz o encargado hicieron acto de presencia: el plante llevaba todas las trazas de un paro casi total. Se hacía imposible imaginar como la noticia de la inminente llegada de soldados había podido cundir por todo el pueblo y hasta podido cundir por todo el pueblo y hasta velar por los pueblos de alrededor. Lo cierto, lo palpable era que, desde las diez de la mañana ya se hallaba la explanada conocida por El Coso invadida por enorme concurrencia, y hasta los muros que circundaban la estación del mismo nombre estaban coronadas de hombres, niños y mujeres, llevados allí de la mano por la picara curiosidad de ver a los “pipiolos”, como vulgarmente, cariñosamente, llamaban a sus soldados los mismos padres que los daban “para servir al Rey”.

Serían las 11, las 11 de la mañana cuando arribó al andén de El Coso el “tren militar”, justamente calificado así por quien quiera que fuese, y momentos después se hallaba el andén totalmente ocupado por soldados e impedimenta.

Durante el viaje y puestos en estrecho contacto los señores que ostentaban la suprema autoridad de la provincia en sus distintos aspectos, aquellas que ellos llamarían sabias consignas del Exmo. Sr. Capitán General, habían calado en el ánimo de todos los ocupantes del coche-salón, y ahora, ya en el andén de la estación, ante aquellos muros coronados de gente minera y aun a través del más pulido optimismo, una antojada, temerosa quimera, les dibujaba en líneas rojizas algo así como el voleo de petardos y cartuchos de dinamita por el aire minero…

El Teniente Coronel de la Guardia Civil, con decisión digna de la misión de su elevado cargo, ordenó el desaloje total, sin consideración a nada ni a nadie, de toda la circundante muralla y de toda la explanada de El Coso.

Las tabernas y tiendas de las calles Huertas, Don Juan Prim y Trafalgar fueron cerradas. La medida precautoria era la justa, la procedente de un jefe militar digno de serlo.

Entre la masa de curiosos se hallaba, ¿Cómo no?, Rosarito que había bajado también, acompañada de su padre y de Roque y su madre.

La chica no había visto más soldados que algún que otro mozo, en uso de unos días de licencia, vestido de uniforme todo el tiempo de su estancia en el pueblo; por tal motivo tal vez sea razonable suponer en ella un ahincado interés en presenciar el desfile, ya admirable para ella en su antojadiza imaginación, de toda una compañía de soldados…

Pero un cabo de la Guardia Civil al mando de dos parejas, conminaba severo y rotundos:

- ¡Todo el mundo fuera! ¡despejen, despejen!...

Y, claro está, a igual que todo el mundo, hubieron ellos de despejar también. Roque y su madre, a paso ligero, apenas tuvieron tiempo para decir “adiós” a tío Juan y su hija. Se perdieron entre el gentío, calle Méndez Núñez adelante, y estos subieron la empinada pendiente que los dejaría en su calle de Sevilla, rincón de “los tizones”.

Rosarito entró en su casa con un hociquito de a cuarta y una arruga en el entrecejo, que su madre calibró al momento, arrancándole una sonora carcajada que a Rosarito, por cierto, no lo hizo “ni chispa de gracia”…

- Nada. No me pongas ese morro, que yo me alegro que os hayan echado, porque de esas cosas no hay que esperar nada bueno; y después que pasan las cosas…

- ¡Qué va a pasar ni pasar, mujer! – rechazó el tío Juan.

- Yo lo que tengo es muy mala suerte, ¡eah! – lamentó Rosarito-. Una vez que puede una ver lo que nunca ha visto, fíjate…

- Pues yo no voy porque me da mucho miedo, la verdad.- remachó su madre.

- ¡Ah! pues a la tarde, cuando venga Roque, me lleva papá a la plaza, ¿verdad, papaíto?

Y aquel “remolino”, como la llamaba su madre a cada paso, se colgó del cuello de tío Juan y le estampó un beso en cada párpado, “únicos sitios libres de pelos”, según expresión frecuente de la mimada e inquieta chavala.

Con el puño derecho cerrado a modo de trompeta, paseó varias veces el escaso comedor, arrollando sillas y marcando el paso a compás de la tocata “tararí, tararí, tararí”, según ella recordaba de una función que había visto en el teatro de Aguado, aquel teatrucho de madera del barrio de “La Alpargata”…

En este punto el novelista, sin compasión y tal vez demasiado cruel, traba de las manos y venda los ojos a su vieja y desafinada lira, para dejar paso libre al periodista: en este caso al corresponsal pueblerino del humilde semanario provinciano…

“A la tropa le fue servido un abundante rancho en el mismo anden, y a poco, los vecinos de la calle Don Juan Prim, contemplaban a través de los cristales de sus ventanas el lento desfilar de los soldados, calle arriba, a paso ordinario, mochila a la espalda y fusil colgado del hombro. Tras ellos y, al parecer, embebidos en animada charla, con todas las trazas de muy interesante, marchaba el nutrido grupo de las recién llegadas autoridades provinciales y locales.

La compañía de soldados ha doblado la calle Unión haciendo su entrada en la Plaza de la Constitución y situándose frente a la gran fachada del almacén de géneros, propiedad de la empresa minera, y en cuyo piso principal se hallan las dependencias del Ayuntamiento, con entrada por la calle Ezquerra, y cuyos balcones –uno corrido en el centro, voladizo y con dos puertas-, dan su frente a la citada plaza.

A las voces de mando del oficial y ejecutados los movimientos ordenados, queda la tropa formada en dos largas filas, dando la espalda al citado Almacén, que si el guarda abrió sus puertas por la mañana, pronto hubo de cerrarlas por falta de asistencia de empleados y dependientes.

Mientras tanto, la nutrida comitiva de autoridades, a la que se unió una representación de la empresa minera, toda atención y cortesía, penetraron en el lujoso hotel llamado popular y un oficialmente La Casa Grande. Este hermoso edificio, propiedad de la citada empresa, está situado en la calle Wert y su puerta principal da frente al primer banco de este lado de la plaza y a unos diez pasos de la misma.

Minutos después del bien servido almuerzo, finamente ofrecido por la dirección de las minas y de la obligada sobremesa, se dirigieron al Ayuntamiento, donde ya aguardaban, con disimulada impaciencia las comisiones de labradores y ganaderos de la comarca, y cuyos señores habían entendido no ser necesaria ninguna representación obrera.


Tanto la plaza como las calles de acceso a la misma, se hallaban ya invadidas por una abigarrada muchedumbre de toda edad y condición. Los bancos se veían totalmente ocupados, en su mayoría, por mujeres con sus pequeños en brazos y, hasta los espaldares desaparecían bajo una invasión de chiquillos encargados a lo alto de la férrea traza, sostenidos allí con destreza felina y en un verdadero milagro de equilibrio.

La espaciosa plaza se halla ocupada, hasta el monumental candelabro que se alza en su centro, por un imponente gentío llegado de todos los pueblos, aldeas y cortijos, viniendo a engrosar la ya ingente masa de mineros. Nos asegura un señor entendido en estos menesteres que, en un terreno prudente, podría calcularse en algo más de 4,000 el número de manifestantes.

domingo, 18 de mayo de 2008

FUTBOL PARA REIR

Solemos "partirnos el pecho" cuando vemos caidas ajenas. Y si no decidme que haceis viendo este video.....................jejejejeje.

sábado, 17 de mayo de 2008

LA TRAGEDIA NOVELADA ( X )


En el mercado de abastos, establecido al aire libre en plena plaza de la Constitución y en toda la aupada calle del Perejil, la señá Concha “la guapa”, como aun la seguían llamando, era invitada por algunos verduleros zalameños a llevar “lo que haga falta, mujer, que ya lo pagarás, si Dios quiere”…

Ante estas ofertas y acuciada por la necesidad de llevar a casa aunque solo fuese lo indispensable, fue tomado durante unos días, así “al fiado”, un poco de lo que le ofrecía cada vendedor, pero, cuando quince días después, llegó a la plaza dispuesta a limpiar trampas, el asombro le produjo un lloro de emoción al conocer que, durante aquellos días de apuro, casi dos pasos del hambre, la señá Paulina, la madre de Roque, por deseo expreso de este y de modo bien disimulado por ella misma, había cubierto ya aquellos créditos que la señá Concha calificara de providenciales. Aunque, en realidad, la providencia habían sido “el Choqueto” y su madre.

Si entre las ya de sí, agotadas gentes mineras había ocasionado dura crisis el tremendo temporalazo con el para obligado de casi dos semanas, podría calificarse de dramática la situación a que fueron arrastrados los braceros campesinos. Tierras ahítas de agua hasta más allá del hartazgo, autenticas lagunas en muchos parajes de la llanura; productos de huertas arrastrados por corrientes enloquecidas; árboles limpiamente talados por el huracán…

Y ahora más, más días de paro mientras el sol va oreando la tierra “hasta que siquiera se pueda entrar sin hundirse uno y las bestias”, decían ellos, decían…
Por la noche en el casino podía verse una desacostumbrada concurrencia de braceros, como nunca se viera. Sobre el humo recio del recio tabaco de Virginia o de Sussini, flotaba una más densa capa de apuro, de ansiedad por algo…; por ese siempre desconocido e insospechado algo que, de una u otra manera, como sea, pone siempre a modo de un colofón a nuestras inquietudes, a nuestras prisas…

Las mesas colocadas en los lugares preferentes del casino, se hallaban ocupadas, como siempre, por los parroquianos también de siempre, los ricos hacendados, los que mayor número de brazos empleaban en las variadas y duras labores del campo. Alrededor de aquellas mesas, más próximas a la pared, están las ocupadas por los obreros, ahora cruzados de brazos, negra faja casi hasta medio pecho y bufanda en redor del cuello tostado por años de un sol implacable.

Aquellos hombres rudos, brutos, analfabetos en casi su totalidad, pero dueños de un instintivo, de un divino concepto de su derecho a ser, en estos momentos agudos de su pasar se valoran a sí mismos, que es tanto como si descubrieran su dignidad; y entonces empiezan también a comprender que esa su dignidad merece, al menos… respeto.

Pero es que entre aquellos obreros cruzados de brazos, el contingente mayor es el de los que trabajan en la mina, y así, por rebote, la labor de atracción de los patrones campesinos se extiende con un éxito no sospechado por los propios propulsores. Y va siendo incontenible la expansión de esta caliente atmósfera de inquietud, preludio de protestas en los tajos mineros del interior como en fábricas y talleres…

Se decía… se decía en el trabajo, se decía en tabernas y panillas, se decía entre las mujeres en el mercado, en el lavadero publico… era el secreto a voces, el chisme del día…

Y se decía que no ha faltado quien, con todos los respetos, se ha dirigido al Ministro…

Que ya se ha celebrado, en un pueblo vecino, una junta para pensar hacer algo sobre los humos. Que hasta una comisión de tres señores de peso han visitado ya al Gobernador Civil…

Que el gobernador ha convocado una reunión de representantes de la empresa minera, declarando que los humos de la calcinación al aire libre no son dañosos a la salud a la ni a la agricultura, y que en tal sentido han depuesto también algunos señores empleados de la citada empresa…

Que la resolución a la propuesta de indemnización a los que se creen damnificados es del tipo ese de “no ha lugar”…

Que algún acaudalado terrateniente y poderoso muñidor electorero, ha elevado escrito confidencial al diputado a cortes por el distrito sobre el pleito a punto de hervor…

Se decía y se propalaba ya por los tajos mineros, en talleres y fábricas y aun entre los trabajadores del campo, aburridos ya del cruce de brazos, que los patrones le están dando larga… Se palpaba ya la gana incontenible de hacer algo pero… ¿Qué era algo en este caso?

En la historia del mundo este algo ha asido muchas veces lo inevitable, lo fatal: el desbordamiento de la masa que, en su primer minuto no sabe a dónde va, ni siquiera, concretamente por qué va; pero va. Y esta masa, la de mineros y campesinos… fue.

El día 3 de Febrero, desde las primeras horas de la jornada, comenzó a circular con prisas de furia el alarmante rumor de un plante, de una parada total en los departamentos mineros y que daría comienzo al día siguiente. ¿Razones, argumentos?... ¡Bah!, los tan esgrimidos ya desde hacía meses y meses: los humos de la mina; las mantas de la calcinación que tanto daño causaban a la agricultura y a la ganadería y que, como consecuencia, tantos jornales reducía en la vida ya precaria de los braceros del campo y que tantas medias peonadas perdidas ocasionaba a los mineros del exterior. Y hasta un poco también de aquello de las varas de los capataces y encargados sobre las nalgas o las espaldas de los zagales, “que todo iba siendo ya hora de hablar…

Aquello era algo más que un pueril “rebaque”. Era algo desconocido, impreciso; ellos mismos ignoraban el alcance, el volumen y, sobre todo, las consecuencias. En la autentica entraña de aquella actitud, tal vez horra de conciencia, solo alentaba el contenido de una ansiosa reivindicación, acaso puramente instintiva; pero alentaba…

Y si prisas de furia eran las que alentaban el proyectado plante total, con más prisas, si esto fuera posible, llegó la alarmante noticia al despacho del Exmo. Sr. Gobernador Civil de la provincia.

La empresa minera, por imperativos del servicio del ferro-carril de su propiedad desde las minas al embarcadero y para la exportación de sus productos, disponía de una línea telefónica que, en todo momento, se hallaba también a disposición de las autoridades, ya que este era el único medio rápido de comunicación entre este pueblo y la capital.

Reunidos el alcalde y el teniente de la Guardia Civil, jefe de la línea, en el despacho del primero y reas rápido acuerdo, entablaron urgente comunicación con el Sr. Gobernador, a quien informaron con todo detalle de la alarmante actitud de este pueblo y de todos los de alrededor, sin distinción de categorías sociales, ya que el elemento que llamaríamos alentador del insospechado movimiento era principalmente el agrícola y ganadero.

La empresa minera, adoptando una actitud de lógica precaución, también recabó del Sr. Gobernador Civil las necesarias medidas de seguridad para sus instalaciones industriales, a la vez que el Sr. Cónsul inglés recabada de la citada máxima autoridad la obligada garantía para las vidas de los súbditos ingleses en la zona minera, ya que precisamente los directores y jefes eran de dicha nacionalidad.

En realidad, el problema que al Gobernador Civil se le alzaba con durísimos gesto ante sus desorbitados ojos, era de la categoría de grave, y, además de grave, urgente. Cuestión de horas o, peor aún, de minutos. Eran ya las 12 del día 3 y… “!todo el mundo pidiendo, acuciando, exigiendo! Como si él pudiese dividirse en fragmentos”…

Se hizo servir un vaso de café, “bien cargado, pero sin leche y aun sin azúcar”, a ver si conseguía excitarse, alzarse sobre aquel flojear de ánimo, que le aplastaba…

Minutos después, alentado tal vez por el café y por el Secretario, hombre de un humor de oro y de una pasta y una experiencia a prueba de problemas de todo tipo y color, se puso al habla con el Teniente Coronel de la Guardia Civil, amigo suyo, quien ya tenía ciertos informes del caso y también ya, anticipándose a la superior resolución gubernativa y solo por ganar tiempo, como la exigente realidad impone en estos casos, había pensado aconsejarle exponer al Exmo. Sr. Capitán General, en Sevilla, la necesidad ineludible del envío de alguna fuerza de aquella guarnición, única posibilidad de garantía para las vidas y propiedades ante los posibles, los probables desafueros de la masa en sus inconscientes actos, cien veces repetidos en tantas otras ocasiones similares; y como él no disponía de fuerzas suficientes para garantizar el orden en una tan extensa comarca…

El Gobernador, ante aquella perorata conceptuosa, de tal dimensión y calidad, y poseído de un agudo ataque de prisa, dijo “adiós” y así en seco, cortó y reclamó la urgente comunicación con Sevilla y, dos minutos después, exponían al Sr. Capitán General de la Región, en forma escueta y acuciante, la gravedad del caso y la necesidad inexcusable del envío de alguna tropa; tal vez una compañía fuera suficiente, ya que los servicios volantes, diseminados, estarían a cargo de la Guardia Civil.

El Capitán General, hecho cargo rápidamente de la gravedad del caso, de una manera concisa y militar, aseguró al alarmado Gobernador el envió de una compañía de infantería, al día siguiente y por el ferro-carril de M.Z.A. hasta la estación de Niebla, donde ya ellos…

La conferencia terminó segundos después, en cuyo escueto espacio sonaron, con tono recio, palabras de alarma como “atentados, dinamita, prudencia, pero dureza…”

Son las 8 de la mañana del día 4 y ya se encuentra en la estación de Niebla un tren encabezado por una locomotora y compuesto de cuatro coches de 3ª, uno de 1ª llamado el coche salón, más el reglamento furgón de cola.

En aquel coche-salón habían llegado de Huelva, minutos antes, el Gobernador Civil, el Presidente de la Diputación Provincial, el Teniente Coronel de la Guardia Civil, el Secretario del Gobernador y dos señores más.

miércoles, 14 de mayo de 2008

LA TRAGEDIA NOVELADA ( IX )


La comarca
En este concepto genérico van incluidos todos los pueblos circunvecinos, anclados, de siglos, a muy pocas leguas alrededor. La vida de todos estos pueblos, que es casi en su totalidad su riqueza agrícola y ganadera, se agotaba y agotaba y agostaba lentamente bajo el hálito letal de las “mantas” mineras, como ya, por antonomasia, se les llamaba por allí. Los labradores, en justificada alarma, elevaban su clamor al cielo y sus protestas a las autoridades competentes, sin conseguir algo de la atención que en justicia merecieran.

En los pueblos de labor –título con que en Andalucía se define a los conjuntos de gentes cuya vida es el laboreo agrícola-, existen, además de las tabernas, los casinos de labradores, adonde concurren, no solo los propietarios de terrenos de gran extensión laboral, sino hasta el vulgarmente llamado “chinchalero”, último grado en el laboreo campestre.

El diario trato que supone tales faenas crea entre todos un ambiente de autentica democracia, casi camaradería.

En estos casinos, por las noches, se discute y hasta se porfía entre hacendados y capataces o manijeros, sobre las tan variadas modalidades de tales trabajos. Pero alrededor de estas mesas, donde los de más arriba teorizan sobre problema tan complejo, se ve otras mesas ocupadas por braceros que siguen, sorbo a sorbo de vino, la marcha de las discusiones que derivan ¿Cómo no? Hacia el álgido problema de los humos de la mina; más exactamente, del daño de tales humos al campo de estos pueblos, cuya única razón de ser y de existir es el latido extraente del ánima de la tierra. Y el dolor, con su tara de lamentos inútiles, va ordenando la paciencia de estos hombres hasta dispararse en justo clamor contra la indiferencia, contra el encogimiento de hombros de hombros y la sonrisa compadresca de altos regidores, de posaderas cómodamente encajadas en sillones de traza imperial…

El volcán indignado

Allá abajo, en las ignotas entradas de un volcán ahíto de bazofias sociales, rebozadas con injusticias y desconsideraciones, se preludiaban ya evidentes arcadas que, inevitablemente, culminarían en vómitos cargados de duelo y tragedia.

Los diálogos que comenzaban deslizándose por la suave rampa del argumento razonable, tolerante, compresivo, terminaban rodando a trompicones por las adustas trochas de la indignación, alzada de manos ante el frío descimiento a las voces cargadas de razón, roncas de clamores, ahítas de elevar cansinas plegarias al dios del “no importa”…

El gran rebaque

Aun las últimas guedejas del humo agotador ondulan sobre las cabezas de llenadores y zagales del banco de mineral, nivel 11 piso. Aun es angustioso el respiro en la carrera desde el pie del banco (la “roá” o rodada) donde cargan el barcal, hasta lo alto del vagón trepando la cimbreante tabla de subida; pero el encargado del tajo arrea sin piedad “porque hay que recuperar lo perdido con la manta”. Y hasta los llenadores achuchan de firme dejando caer con fuerza el barcal sobre la cabeza del zagal y, en el camino el varazo del encargado, en las nalgas.

- ¡Pero si ya habemos perdío un cuarto de día, ¿a qué vienen estas prisas? –se encaró uno ya medio mozo.

Un varazo del encargado fue la respuesta y… el grito casi unánime de “!!rebaque!!” explotó en todo el tajo.


Barcales por el aire y la fuga total, absoluta, de los zagales dibujó indudable y explosiva la protesta de aquellos muchachos contra aquel desconsiderado trato.
Los del tajo inmediato hicieron causa común con estos y, ni las varas de fresno u acebuche, ni las voces maldicientes y amenazadoras, lograron evitar la gran desbandada.

Pero… unos quince minutos después, aquel cerrado plante, con su inconcreto contenido de airada protesta, había terminado, reanudándose la labor de carga con toda normalidad.

¿Por qué?... Esto era algo que nadie supo nunca explicar. Aquella actitud, que llamaríamos pueril, de los chiquillos del barcal, no la echaron esta vez en saco roto los mandonea de vara alta, ni mucho menos los jefes, a los que diera que pensar está cerrada solidaridad de los zagales, fenómeno que por primera vez se producía.

Estos “rebaques”, como ellos les llamaban sin saber nadie por qué, se producían rara vez y solo entre los de un mismo tajo; pero ahora había sido total, y esto ya valía la pena considerarlo. Claro, que no se les podía reducir a palos ni con freses gruesas, pues entre tatos se daba a veces el caso de que algún llenador, gente ya salida de quintas, fuese pariente de algún zagal, y entonces había ya que contener la vara un poco y la lengua otro poco.

- Aquí no estamos en la India -comentaba uno de los capataces-.

Refiere don Ricardo, el jefe, que allá en la India los trabajadores son vigilados por capataces ingleses previstos de un látigo corto, que le llaman fusta, en la mano derecha, para no dejarles enderezarse todo el tiempo que les dé la gana, y el revólver de cinco tiros en la otra mano, porque dice que son unos tíos así de grandes, que trabajan con solo un taparrabos y que cuando les sueltan un latigazo en las espaldas, algunos se revuelven para mirar al capataz como león.

- Bueno, eso como cualquiera –interrumpió un encargado novato.

Rechinan los dientes –continuó-, y gruñen con dedos engarrotados, y entonces el ingles “no tiene más remedio” que soltarle un tiro en la frente y tumbarlo allí mismo, porque dice que si le daba tiempo al indio para echarle mano, es seguro que le hacía trizas.

Dice don Ricardo que son muy malos, muy traicioneros y que no hay otra forma de hacerles trabajar.

- Pero… oye tú: No creo yo que don Ricardo piense que algún día se llegue a hacer eso aquí; porque si los indios son como esclavos de los ingleses, los españoles todavía…

- No; hombre, eso no. Pero ¿tú no has notado, de poco tiempo a esta parte, que hay algo que trae al personal, pero a todo el personal, bastante más descarado que nunca? ¿Te has fijado en el plantón de ese zagal de enantes?

- Hombre… se oye decir que la gente del campo está que trina porque, en vez de ir quitando teleras, han aumentado ahora otro grupo, o sea el numero 3. Y allá en los casinos no habla la gente de otra cosa, y los obreros lo oyen y como estos salen también perjudicados, porque a más teleras más “mantas” y…

- Claro; a más “mantas” más cuartos y medios días perdidos…

- Pues de ahí creo yo que viene todo este jaleo.

- Ahora, que a mí no me creas ¿sabes?... Pero, qué se yo que te diga… Ojalá y me equivoque; pero no, no…

El capataz y sus adláteres se dirigieron a paso cansino a las oficinas de la Corta, sin otro tema de conversación que aquel alarmado y alarmante “rebaque”.

Tantos los mandos como el personal burocrático comentaron con porfiada el dichoso caso aduciendo causas imaginarias unos, en tanto otros aducían remotas y problemáticas consecuencias: todo completamente arbitrario, gratuito, claro estaba…

LA TRAGEDIA

Jamás ninfa alguna soñara parir un Eolo tan disconforme con la verticalidad. Altivas viviendas, humildes cobijos, tupidos encinares, débiles arbustos, se doblegaron todos, frente en tierra, ante el soplo implacable del bruto Dios.

Aquel Enero de 1888 pasaría, sin duda, a esa feble página del tiempo que solo dura un año, pero salpicado de los más hirientes adjetivos que jamás brotaran de bocas de patronos y braceros del campo y aún de la mina.

Tormentas de arrugada frente, tozudas en su horrísono tronar, enmarcadas en cegadores rayos que, enloquecidos por el fuego de asombro que los disparaba, cruzaban la sucias fachadas del cielo a la loca velocidad que les imprimieran unas nubes de negras entrañas, en el enojo de sus choques bestiales…

Los tajos a pala, la carga a barcal, el barrenamiento en cortas, toda labor, en fin, al aire libre en las minas quedaba paralizado.

Los trabajadores del campo ni siquiera formaban en el tempranero mercado de brazos en la plaza del pueblo.

La vida exigente de mineros y campesinos se hundía a prisa en el hoyo sin fondo del hambre, hacia cuyo borde ya los empujara la pérdida de jornales en los días de “mantas”…

Solo los trabajadores de fábricas y los del interior de la mina proseguían su diario batir de rutina; pero esto solo no lograba ahuyentar lo que empezara llamándose “fantasma” y que, con alarmante presteza se iba convirtiendo en realidad de carencia con rostro de hambre.

Muestra gentil Rosarito fue una de las que más hubieron de soportar, con indignada resignación, aquel desesperante “no hacer” que ya se remontaba a los seis días, multiplicados por ocho reales, algo así como casi, casi el valor de un par de sábanas de las grandes, de esas de matrimonio…

Los trabajos en el banco de la corta donde ella prestaba custodia a la tina del agua, también llevaban ya varios días de paro a causa de la lluvia torrencial y el viento huracanado.

Tío Juan “Bigote” era también uno de los obligados a holgar. Albañil del exterior, hubo de suspender el remiendo de tejados en las casas del llamado Valle de los ingleses, con lo que su hogar era uno de los más afectados por la crisis, de tan difícil solución.

La perdida de doce jornales entre padre e hija los colocaba, como tantas otras familias, en duro trance económico. Menos mal que este, a quien seguiremos llamando nuestro amigo Roque, minero del interior a donde no llegaban furores de tormentas ni arrogancias de huracanes, no dejó de lograr, día a día, algo más del risible jornal, a la fuerza de un desbocado rumbo de músculos y de una heroica entrega de vida. “El con una mano y su madre, la seña Paulina, con las dos”, cuidaban con fino disimulo de que en casa de Rosarito “no faltase ni gloria”.

Y este dicho, con toda su rutinaria expresión, fue realidad: Roque y su novia habían logrado ¡ya! la gloria de una entrega mutua y cierta, de corazón a corazón…

martes, 13 de mayo de 2008

UN CAMION DERRAMA LODOS EN LA A-461, A LA ALTURA DE BELLAVISTA

Publicado en Huelva Informacion/ Y. Sanchez.

Un camión que transportaba lodos dejó ayer un reguero a lo largo de 200 metros en la carretera A-461, a la entrada del municipio de Minas de Riotinto. El derrame se extendió desde el cruce con la Corta Atalaya hasta el del Hospital comarcal. El incidente se produjo al abrirse, parece que accidentalmente, la compuerta trasera del vehículo.

Aunque la Junta de Andalucía afirmó ayer que se trataba de un producto que "no tiene el trato de tóxico", lo cierto es que testigos presenciales comentaron que el olor era insoportable y que las personas que se encontraban en edificios próximos al vertido hacían frente al fuerte olor con mascarillas, "aunque no sirven de mucho", confirmaron las mimas fuentes.

El derrame se produjo sobre las 16.00 horas de ayer en el kilómetro 49,5 de dicha carretera procedente de un camión con matrícula 6279 DLF cargado de "lodos del puerto de Huelva", según confirmaron fuentes oficiales. El incidente hizo que el tráfico quedara cortado durante dos horas y media. Intervinieron efectivos del Cuerpo de Bomberos y posteriormente trabajaron en la retirada de los lodos personal de mantenimiento de carreteras y de la empresa Befesa, que gestiona el vertedero, hacia donde se dirigía el camión cargado con los lodos.

Juan Romero, miembro de Ecologistas en Acción, denunció una vez más que la comarca está soportando una alta densidad de circulación de vehículos pesados y cargados con sustancias peligrosas "sin ninguna compensación" y criticó que las vías de comunicación existentes son insuficientes para contar con una infraestructura como el vertedero de Nerva.

Respecto al derrame de los lodos de ayer, Romero alertó sobre las repercusiones que puede tener para la salud de la población por inhalación puesto que la circulación de vehículos hizo que los lodos se extendieran más allá de donde habían sido arrojados mediante nubes de polvo. Además incidió en que esta materia "se seca y se traslada fácilmente por el aire". En esta línea recordó la proximidad de las casas del barrio de Bella Vista y del hospital comarcal, que está situado a tan sólo 500 metros del cruce donde quedaron los lodos.

Aunque se mostró pesimista por la respuesta que el colectivo recibirá de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, Juan Romero aseguró que va a solicitar una investigación sobre el tipo de sustancia que se derramó ayer y las consecuencias.

Además proponen que se lleve a cabo de inmediato un plan de descontaminación de suelos y riveras.

Por último, Romero consideró que este nuevo accidente "nos da argumentos para exigir, una vez más, que no se conceda ningún permiso al vertedero para ampliar la instalación, sino que acabe al cumplir con su ciclo". Explicó que la comarca de la Cuenca Minera "no puede soportar la densidad de tráfico local y accidentes que se producen a causa de esta instalación. Estamos sufriendo graves consecuencias a cambio de nada pues el vertedero es una de las empresas que menos empleo da".

domingo, 11 de mayo de 2008

PECES MUERTOS EN EL ZUMAJO

Foto de Rafael Cortés

Nuestro vecino Rafael Cortes publica esta foto en el foro de Riotinto Digital. Estuve busando el articulo que el menciona en el foro y que parece viene en el Huelva Informacion de hoy; pero, creedme que no lo encuentro........ Aunque con imagenes como esta, creo que sobran las palabras.
Existen, creo yo y siempre bajo MI PUNTO DE VISTA, dos hipotesis para que se haya llegado a esta situación. Una; que sin ser experto en la materia se me antoja difícil, es que haya sucedido por causas naturales. Es decir, que los peces hayan salido por el "ladron" y hayan quedado sin oxigeno en tan pequeña charca.
La otra hipotesis es que haya ocurrido por causas externas. ¿Cuales podrían ser?
Seamos sinceros, todos tenemos en mente a la Riotinto Fruit y a sus herbicidas e insecticidas. Pero, ATENCION; seamos cautos y esperemos el informe oficial de la autoridad que corresponda.
Hace agunos años vi escenas mas terribles que estas en un dique, cuando era voluntario de proteccion civil; y en aquel entonces dije lo que a continuacion plasmo aqui: No pasa nada. Y no pasa nada porque son peces, y no pasa nada porque no les interesa, y si me equivoco el tiempo me quitara la razon........o me la dara.
Y en Andalucia Directo, o en el informativo de Huelva de Canal Sur seguiremos viendo como un "pobre lince se ha resfriado"......¡¡¡ Eso si que importa!!!!
Lo dicho; es mi opinión personal sobre este triste asunto; pero REPITO: No adelantemos acontecimientos en tanto en cuanto no tengamos el informe de lo ocurrido que los expertos y autoridades deben presentar lo antes posible, sin demora alguna.

Manuel Palomo Mora (jepane)

El centro de Alzheimer duplica su espacio para tratar a 40 enfermos

P.P.O. / EL CAMPILLO,PUBLICADO EN H.I

El centro de día para enfermos de Alzheimer Teresa Sousa Prieto de El Campillo se halla más cerca de alcanzar la capacidad para la atención de cuarenta pacientes, el doble de las plazas concertadas de las que dispone desde su apertura en enero de 2005. Ya han comenzado las obras de ampliación de sus instalaciones, las cuales, con un presupuesto de 249.330,5 euros y un periodo de ejecución de seis meses, dotarán a la unidad de estancia diurna de dos nuevas aulas de psico-estimulación (que se suman a las dos existentes), una sala de rehabilitación con el doble de superficie que la actual y un comedor de 65 metros cuadrados. Las primeras acapararán el suelo dejado por la Escuela Municipal de Adultos, trasladada al antiguo edificio de parvulario, mientras que el espacio para el almuerzo se situará en lo que hasta ahora era un patio. Un servicio de botiquín más amplio, cuatro aseos para los usuarios y dos vestuarios para la plantilla completan el proyecto.

De esta forma, tras la actuación, financiada por la Consejería para la Igualdad y Bienestar Social (109.665,25 euros), el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales (109.665,25 euros) y la Diputación Provincial (30.000 euros), el centro quedará conformado por la totalidad de la planta baja del antiguo colegio del municipio minero, cedida por el Ayuntamiento (que también ha sufragado el coste de la licencia de obras, valorada en unos 8.400 euros), más el anexo en el que ya se construyó una nave compuesta por dos garajes. Este incremento de las instalaciones, que abarcarán unos 970 metros cuadrados, el doble de la superficie que ocupan en estos momentos, favorecerá, según expuso el presidente de la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer (AFA) de El Campillo, Manuel Romero, la eliminación de la lista de espera, que, en la actualidad, “está formada por unos seis pacientes que requieren una atención urgente para ralentizar el avance de esta patología degenerativa”. De hecho, “el retraso en el inicio de las obras ya motivó una reducción del número de demandantes”.

La creación de empleo será el otro pilar de una iniciativa que nace, bajo la concertación de la Consejería para la Igualdad y Bienestar Social, en el marco de la aplicación de la Ley de Dependencia. Así, el ingreso de los veinte nuevos enfermos creará, en palabras de Romero, un mínimo de tres puestos de trabajo (dos auxiliares de enfermería y un conductor para una tercera furgoneta adaptada) que se agregarán a los catorce generados por la unidad en el instante de su inauguración (seis auxiliares de enfermería, un enfermero, un fisioterapeuta, un psicólogo, un pedagogo, un auxiliar administrativo, un trabajador social, una limpiadora y un conductor). Una cifra que, en periodos puntuales, ya se vio aumentada por la contratación, a través de programas específicos, de un fisioterapeuta y un terapeuta ocupacional, o la integración de cinco auxiliares de enfermería en prácticas.

sábado, 10 de mayo de 2008

ANALISIS DE UNA CITA PERODISTICA QUE CUESTIONA LA CUNA DEL FUTBOL EN ESPAÑA


Bajo este titulo, que es para mi mas bien una declaracion de intenciones; podemos diosfrutar del trabajo de seria investigación de nuestro colaborador y amigo Alfredo Moreno Bolaños.
Aunque esta publicación de la que hablamos ya tiene un poco de vida, no ha sido hasta ahora cuando os la he podido "postear" en el foro.
El no hacerlo aqui, es simplemente por la extension del formato. Pueden ustedes disfrutar, como digo, de este estupendo e interesante trabajo de investigacion que pone a cada uno en su sitio6 en:
http://riotinto.mforos.com/555733/7545911-analisis-de-una-cita-periodistica-que-cuestiona-la-cuna-del-futbol-en-espana/

Ya me diran ustedes si merecio la pena leerlo.

TROZOS DE NUESTRA HISTORIA (2)

Un reportaje de Fernando Izquierdo para el Minero Digital
En 1.916, aconsejado por la universidad de Copenhague, Rothschild designó a un silvicultor para la compañía. El elegido fue Kai Hase de 26 años, que, con una energía que le caracterizó, siguió supervisando la plantación de aproximadamente 9.000 Hectáreas de pinos alrededor de la mina. El empleo a niños de las escuelas de la compañía; y los equipo de un gran clavo y un monedero de paño con semillas de pino. Los niños se arrastraban por las laderas haciendo agujeros y plantando las semillas. A estos “piñoneros” les pagaba 50 céntimos ( medio centavo) al día. La silvicultura prospero. En 1.954 unas 14.000 hectareas de bosque y tierras de labranza fueron entregadas a los nuevos dueños de las minas, y mucho de esos arboles y sus descendientes pueden ser vistos hoy; a pesar de los fuegos.
Para su hogar, Hase había elegido un área de tierra cercana al pantano del Zumajo, al sur de Riotinto, investigando cómo podía utilizar el agua para regar su tierra. El se construyo un “bungalow”, alojamientos para los agricultores, establos y granja; y se acomodo y preparó con su esposa para crear una granja modelo.
En los primeros días, la granja utilizo excrementos humanos para abonar la tierra; los cuales eran recogidos por mujeres y trasladados en burro de los malolientes Depósitos de Higienes del pueblo de Riotinto; lo cual provoco el irónico comentario de un colaborador en una web de Riotinto: “ Los ingleses aprovecharon nuestro trabajo, nuestro sudor, nuestra sangre y hasta nuestros excrementos.
En los documentos conservados en el Archivo de Rothschild es evidente que Lionel viajó hasta la granja y se encontró con Hase, al que el le llamaba “el danés”. Realizo fotografías para hacer constar su visita, pero se cree que no queda ninguna de ellas.
“ Prometí al danés algunos melocotones y nectarinas ingleses, algunos caquis y unas semillas de nogal”; escribió en Noviembre de 1.925, habiendo pedido nogales a Atlanta ( EEUU) y los caquis de un vivero de Yokoama ( JAPON).
Un año más tarde, Browning informo que los árboles estaban creciendo bien; y a cambio de las plantas mandadas a España por Rothschild, Browning le envió bellotas “ de la variedad dulce que crece en este país”, semillas de jaras, y mas adelante, pomelos. Browning había traído árboles de pomelos de Florida, y el pensó en 1.926 que los 30 especimenes plantados en El Zumajo eran los únicos de España.

Un par de años mas tarde, Rothchild enviaba otra vez las plantas a España, esta vez incluyendo eucalipto, yuca, los clemátides y plantas exóticas de Chile, del Tibet, de Nueva Zelanda y de otros lugares lejanos visitados por los cazadores y exploradores de plantas de Exbury. Pero después de eso, la historia de la granja experimental parece terminar, quizás debido a la salida precipitada de Walter Browning de Riotinto un año antes. La última carta de Rothchild fue para Sir Auckland Geddes, presidente de Riotinto, que parece no compartió el interés de Browning en este tema.
Kai Hase murió joven, a principios de los 40. La compañía continuó alquilando la granja a su viuda, que era del agrado de los ingleses y de los empleados españoles. Isabel Naylor de Mendez, cuyo padre era jefe de los talleres de Riotinto, primero en la mina y luego en Huelva durante los años 40, tiene muy buenos recuerdos de aquella época en la granja: “ visitar la granja era un gustazo”; dice ella. “ Alrededor del cortijo crecieron verduras y árboles frutales, y también guardaron cerdos y vacas. La granja proveía a los miembros del personal de leche, mantequilla y verduras frescas; y todas las mañanas eran traídos los productos recolectados en dos burros, y escogíamos lo que necesitábamos”.La señora Hase dirigía entre 15 y 20 empleados en la granja. Ella era una señora encantadora que nos daba a los niños una maravilosa fiesta de Navidad. Había una pista de Badminton al lado de la casa, y arriba de la colina estaba lo que llamábamos “el castillo donde los niños intentábamos ordeñar a las vacas……..¡¡Pobres animales!!.
Miembros del foro de Minas de Riotinto Libre también recuerdan la granja y a la encantadora señora Hase, y hacen mención a los inusuales árboles que rodeaban el cortijo, incluyendo las palmas, los nísperos y los caquis. Era también el lugar favorito para las comidas campestres, y el embalse del Zumajo era popular entre los pescadores.

TROZOS DE NUESTRA HISTORIA (1)

Un reportaje de Fernando Izquierdo para El Minero Digital
Aunque es un tema que ya se trato tanto en el foro de Riotinto Digital, como en el de Minas de Riotinto Libre; no deja por ello de parecerme interesante este tema que desarrollaremos a continuación. Hace poco, halle en internet un artículo sobre la figura del silvicutor danés Kai Hase, que fue contratado por la compañía.
Este nombre no nos diría nada y pasaría sin pena ni gloria si algunos años después, y fallecido Hase, su mujer, a su regreso a su país, se dejara en el desaparecido Hotel Esperanza de Huelva un arcón con fotografías y documentos pertenecientes a los años que estuvieron en Riotinto.
En Huelva, a la altura de Pablo Rada; en una gran plazoleta, hay una taberna inglesa de nombre “El Zumajo”; propiedad de la misma familia que tuvo el mencionado Hotel Esperanza; en esta taberna se pueden observar las fotografías y documentos olvidados por la viuda.
Sin duda una muestra interesante de parte de nuestra historia, que merece ser recuperada.
Vayamos pues, al artículo encontrado en Internet, que fue traducido para nosotros por Juan Hernández Clavíjo; y que editaremos en varias partes.
Fernando Izquierdo.


VOLVER A LAS RAICES DE RIOTINTO:
Mientras que conduces hacia el noroeste de Sevilla, el paisaje andaluz de la provincia de Huelva cambia gradualmente de la seca llanura a las dulces colinas cubiertas de arboles. Mientras que las señales de la carretera comienzan a señalar a Portugal, el paisaje se puntea con los soportes de los robles de corcho, del ciprés, de alamos y castaños.
Es completamente rural hasta mas alla de Nerva, y esta carretera se curva precipitadamente y desciende y te encuentras rodeado por el gran paisaje anaranjado y gris de las Minas de Riotino.
Aunque la vieja mina dio su nombre a Riotinto, este grupo empresarial no ha tenido conexión alguna con las minas españolas desde 1.954, cuando fueron vendidas a la Compañía Española de Minas de Riotinto. La explotación minera cesó a principios del 2000 y las minas se han convertido en refugio sobretodo de turistas, de excursiones por el campo geológico, de arqueólogos industriales y de científicos investigando los orígenes de la vida en la tierra y la probabilidad de vida en Marte. Hoy, las plantas están cerradas, pero parece que podrían volver a la vida en cualquier momento.


Pasada la Mina y el campo enselvado se llega hasta El Campillo. Estoy aquí para dirigirme hacia la Riotinto Fruit S.A.; porque he oído que esta en el sitio de mi meta; lo que queda de la granja experimental de Riotinto.
De vuelta a los años 20, una relación inverosímil se origino entre Walter Browning, el feroz, nombrado sin sentido director general de la mina de Riotinto; y Lionel Nathan de Rthschild (1882-1942), jefe del banco de N.M Rothschild en Londres ( accionistas importantes de la compañía). A Rothschild le gustaba definirse como “banquero por manía, jardinero de profesión” y era mas feliz coleccionando rododendros y desarrollando su finca en Exbury que trabajando en el mundo de las finanzas. Hoy, Exbury, en el encantador rio Beaulieu en New Forst, cerca de Southampton, esta entre los destinos mas populares para los entusiastas del jardín en Inglaterra.
A mediados de los años 20, Rothschild y Browning tramaron un plan para crear una plantación experimental que comprobaría como una gama de especies sobrevivía en Riotinto. No sabemos como se conocieron, pero el proyecto seguramente formaría parte de los intento de Brownig por demostrar que las tierras de alrededor de la mina eran aptas para cultivar, a pesar de las repetidas denuncias de que dichas tierras habían sido contaminadas por los “humos sulfurosos”.

LA TRAGEDIA NOVELADA ( VII )


Alfredo Moreno Bolaños para El Minero Digital
LOS PIRULITOS:
La fiesta en honor de San Juan Bautista, 24 de Junio, era de las más celebradas en estos andurriales mineros. A parte de los actos religiosos en la parroquia de Santa Bárbara, revestía un señalado carácter popular, abundante en bailes callejeros en redor de unos llamados “pirulitos”, consistentes en elevadas columnas de pino o eucalipto, revestidas de ramas de adelfa que, como es sabido, en este mes se desbordan en flores rojizas o rosadas, y cuya columna culminaba en airosa bandera de colores nacionales. Este poste adornado, fue importado a esta cuenca minera, con el citado nombre de “pirulitos”, por los portugueses que en buen número llegaban a trabajar a estas minas procedentes, en su mayoría, de Loulé, comarca del Algarbe.

Grupos de muchachas y muchachos con guitarras y panderos, cabalgantes algunos sobre asnos adornados con flores y trapos o cintajos de rabioso color, seguidos de prietos grupos a pié, pero siempre custodiados por vigilantes señoras de “cierta edad”, se trasladaban a los cercanos barrancos de Los Cantos, La Gangosa o la cerca de las Mulas, verdaderos arroyos desbordados de flores del venenoso arbusto y de donde regresaban cargados de voluminosos haces, con cuyo alegre atavío revestían las citadas columnas o “pirulitos”, en redor de los cuales , a la noche ejecutaban una especie de danza, entonando un canto ritual al compás del escandaloso tin-tin de un almirez de bronce, ferozmente golpeado con una majadera o maja del mismo metal. La letrilla de este canto que hemos llamado ritual, adaptada con los años al habla española, era algo parecido a lo que sigue, salvo alteración a capricho del cantor:

Pirulito que bate que bate,
pirulito que ya bateó:
bateando va el almirecero
y detrás bateando voy yo.

Esta monótona cuarteta, pesada, sin sentido y portuguesa, era repetida una y cien veces, así como era obligado a quienes llegaban tarde, dar al menos un par de vueltas alrededor del “pirulo” cantando la dichosa canción y luego… ya tenían derecho a bailar las tres seguidillas y cuantas tuviesen ganas…

A las doce de la noche, la bruja para muchos, aquellas muchachada enfebrecida por las vueltas y el vino y el baile, culminaba la fiesta saltando, por parejas cogidas de las manos, a través de las deslenguadas llamas de una hoguera exhalante de un fuego que, comparado con el que ardía en aquellos corazones de juventud, era sencillamente ridículo…

Entre la docena de “pirulitos” que se alzaban en el pueblo, gozaba de gran fama el del barrio conocido por El Parador, que debe su nombre a la existencia de un edificio de regular tamaño y rara entrada en forma de callejón, que sirvió muchas veces de parador a las gentes forasteras y sobre todo a las cuadrillas de toreros que, con frecuencia, actuaban en la famosa plaza de toros que en aquella amplia explanada alzaba la gracia de sus líneas, que la hicieron ser celebrada entre las mujeres de Andalucía. Dicha plaza fue inaugurada el 12 de Agosto por los famosos espadas Curro Cuchares y Hermosilla.


Pues a este “pirulo” acudían los grupos de muchachas escoltadas por otros tantos de zagalones quienes, al llegar, se lanzaban como primera y obligada providencia, a cumplir el rito de las vueltas en redor del “pirulito”, desentonando a coro la incomprensible canción del “bote que bote”, para lo que se disputaban los muchachos el honor de encabezar el grupo golpeando el almirez con estrépito de locura.

Raro fuera el año que lograra ostentar el deslizamiento de la blanca cinta de sus fiestas sin siquiera un lunar rojo, rastro de golpes a mano, palideces de acero o negruras de plomo…

Aquel ponche, de vinazo barato, endulzado con azúcar morena, casi caoba, aderezado con trozos de melocotón y encendido con fuego de canela y clavo… ¡Ay, el ponche aquel! Menjunje capaz de atarumbar al más recio bebedor, hacía saltar en carne viva la consecuencia obligada de todo el bestial, el lamentable analfabetismo de estas zonas mineras…

Aquel año de 1887, el Junio aquel de San Juan Bautista, pasó a las páginas sin fin del recuerdo salpicado de un rojo vergüenza: color solo capaz de producirlo la atrocidad del crimen.

Una nutrida pandilla de muchachos, algunos ya bien desbordada la adolescencia, levantados del “pirulo” del “Barrio de la Alpargata” por el vozarrón, casi un mugido, de aquel Evaristo “el Zopo”, tipo de regular estatura, anchos hombros, rostro de hogaza y gesto harto expresivo de una innegable bestialidad, irrumpió en el amplio corro del “pirulo” y sin cumplidos, del almirez que posaba al pie de la columna de adelfas, emprendiendo a toda velocidad las rituales vueltas, seguido de su cohorte de animalotas, sin otra decisión que la dictada por el Avaristo, como le llamaban los que no tenían riñones para llamarle “Zopo”, y que batía el almirez de forma estrepitosa, con tal furia, que era un claro desafío a la normalidad de la fiesta, que aquella noche, por ser la última, se deslizaba en medio de un desborde de alegría, portadora de risas y bromas y de… ruborosos prolegómenos a nuevos amores. Era por todo, la noche cumbre del “pirulito”…

En una de aquellas vueltas de locura, extasiado “el Zopo” ante la belleza de Rosarito, parose en seco, silenciando el broncíneo instrumento, para aliñar en su oscuro magín algo en forma de piropo, con que rendir homenaje a aquella que, para él, fue como una deidad de asombro.

Pero Roque, que se encontraba al lado de su novia, listos para bailar su segunda copla de seguidillas, alargó rápido la zurda hasta el hombro derecho del “Zopo”, sección que fue suficiente para que el bestial almirecero cambiase rápido el color cetrino de su cara por un pálido elocuente, expresivo del terror que había invadido su disimulada calidad de cobarde.

-¡Hola, Roque! ¿Un pitillo? Ofreció conciliador, frío.

El “Choqueto” no contestó. Le miró fijo un instante y fue retirando su mano despacio, lento y con la sonrisa de la mitad de su boca.

Si el “Zopo era el guapo allá en su barrio de la Alpargata, no olvidaba las veces que Roque, sin cantarlas de matón, le había “parado los pies” en este barrio del Parador y esto era motivo sobrado para la retenida de esta noche, ante la clara, la decidida actitud del “Choqueto” sin pronunciar una palabra.

Rosarito, toda susto y toda rapidez, asió de los brazos a sus amigas acompañantes y, como disparada de nervios, apremió en vos baja:

- ¡Vámonos; me da miedo Roque!

- Y a mi; tiene la cara verde, insistió una de las amigas. Ese “Zopo” es un tipo capaz de…

- ¡Quietas, que no pasa ná! ¡Hay que bailar, reconcho! alardeó Leandro, el novio de una de ellas, pintándolas de una valentía que probablemente no disfrutaba.

Pero Rosarito tiró de ellas.

- Y tú, Roque: anda, vente, vente.

- Pero es que nos quedan dos coplas que bailar.

Todos le rodearon instándole a dar un paseo por la calle Méndez Núñez hasta la esquina de la Pura y Limpieza, donde vivían las tres muchachas y allí se despedirían…
Accedió Roque, al fin, y emprendieron camino hacia El Coso, donde apenas llegados, oyeron gritos de terror y, segundos después, viéronse arrollados por gentes que corrían desaladas, procedentes, sin duda, del “pirulo” que acababan de dejar.

- ¡El Zopo, el Zopo! ¡Ese criminal! Gritaban los que corrían.

Una mujeruca, ojos desorbitados, temblorosas la voz y lagrimas en chorro de espanto, se abrazó apretadamente a la asustada Rosarito. Rodeándola ansiosos de conocer la insospechada causa de aquella espantada del “pirulito”, asediaban a preguntas a la casi desmayada mujer, que al fin pudo hilvanar algo de lo sucedido.

- El “Zopo”; ¡ese criminal!, ese malino, ese…

- Bueno, bueno –terció, apremiante, Roque- Pero ¿qué es lo que ha pasado? Hable usted claro, señora. ¿Qué es lo que pasa, si se puede saber?

- Que el tío malino ese, tan pronto se vinieron ustedes, por lo visto quiso desahogarse de aquello de usted, y va y le pega un empellón a Núñez, el portuguesiño, porque le estorbaba el paso del “bate que bate” y, cuando el pobrecito iba llegando de cara al suelo, fue el muy malino y le arreó con la maja del almirez en el mismito celebro y el pobrecito no ha dicho ¡ni pío!...

- Pero… ¿lo ha matado? anheló Roque con apenas un soplo de voz.