lunes, 11 de octubre de 2021

LA NORIA DEL MUSEO DE HUELVA, UN UNICUM EN LA ARQUEOLOGÍA ROMANA (1)

Trabajo de Aquilino Delgado Domínguez  y  Pablo S. Guisande Santamaría editado en De Re Metallica. Editado en El Ático por cortesía de Aquilino Delgado.

El desagüe de las minas fue uno de los principales inconvenientes a los que se enfrentaron los mineros antiguos. La tecnología para estos trabajos provenía del mundo helenístico en el Mediterráneo Oriental, donde se diseñaron distintos sistemas de drenaje para los trabajos de interior: tornillo de Arquímedes, bomba de Ctesibio,  polea de cangilones y norias.  Este último sistema fue el más empleado en el Suroeste de la Península Ibérica. Así, de las 129 norias romanas encontradas en minas romanas, 74 han sido encontradas en el cinturón ibérico de piritas y 52 en Riotinto. De todas estas, la única noria completa conservada fue hallada en Masa Planes (Riotinto) y se expone en el Museo de Huelva, siendo el ingenio romano minero mejor conservado en el mundo.

Uno de los mayores problemas solventados por la minería romana fue el drenaje de las labores de contramina, sin el cual no hubiera sido posible el desarrollo de los trabajos. Este artículo trata sobre la noria hallada en 1928 en Masa Planes (Riotinto), que es la rota aquaria más completa de las que se han registrado en las minas del territorio del Imperio Romano, actualmente conservada y expuesta en el Museo de Huelva. 

SISTEMAS DE DESAGÜE EN ÉPOCA ROMANA 

La importancia del desagüe en época romana aparece recogida para época de de Aljustrel, donde no se permitían trabajos de exploración o de arranque partiendo de ellas, pues una posible obstrucción de los mismos podría redundar en la inundación de parte del coto minero y por ende en impedir que al fiscus (la caja imperial) llegase la parte correspondiente de metal beneficiado en los hornos. “15º Está prohibido dañar el canal de desagüe. El procurador permitirá (no obstante) que un concesionario, a fin de explorar una nueva mina, abra una galería de reconocimiento que comunique con dicho canal, pero de modo que tal galería no tenga de anchura y altura más de 4 pies (1,2 m.) Lex Territorio Metalli Vipascensis Dicta II, 15 y 16. Trad. Prof Dr. G. Chic García” (Pérez Macías et al., 2012a, 52). 

Los métodos de drenaje documentados en las minas romanas son: galería inclinada, bomba de Ctesibio, cóclea, polea de cangilones y noria, sobre la que nos centramos en este trabajo. Galería inclinada o cuniculus (Pérez y Delgado, 2011a, 10): Es el método más sencillo para desaguar los trabajos mineros (Luzón Nogué, 1968, 101). Consistía en drenar las labores de contramina a una cota inferior por su propio peso mediante cuniculi. Estas conducciones disponían a distintos intervalos de “pocillos” que sirvieron tanto para orientar la direc

ción de la conducción como para labores de limpieza y ventilación. Estas labores han sido halladas en el Centenillo (Jaén), Coto Fortuna (Mazarrón, Murcia) (Gossé, 1942, 52). En Filón Sur se documentó el cuniculus de mayores dimensiones en Riotinto, tenía una longitud de 925 m de longitud y una pendiente de 3,08 %. En su recorrido se dispusieron 29 “pocillos” en un intervalo medio de 49,5 m, el más profundo tenía 84 m y el que menos sólo cinco (Palmer 1926- 1927, 312-315). La excavación y el mantenimiento de estas labores supusieron una fuerte inversión, pero fundamental, pues sin ella no se hubieran podido desarrollar las operaciones mineras. Cuando por la situación de la veta de mineral a extraer, no pudo desaguarse mediante una galería a un nivel inferior, como ocurrió sobre todo en la zona de enriquecimiento supergénico, se recurrió al empleo de ingenios helenísticos: tornillos de Arquímedes, bomba de Ctesibio, polea de cangilones y norias.

 El origen de esta tecnología está en el Mediterráneo Oriental, concretamente en el Egipto Lágida o Ptolemaico, a través de la Escuela de Alejandría (s. III a.C.), donde los sucesores del primer Ptolomeo reunieron en torno al Museo y su celebérrima Biblioteca a todos los sabios de época Helenística. El resultado fue la solución de multitud de problemas técnicos y la compilación de toda la física mecánica y neumática, siendo su aportación tan importante que se fijaron las bases de estas dos disciplinas científicas manteniéndose apenas sin variación hasta el s. XVIII (Gille, 1985, 97-119). Bomba de Ctesibio: Bomba aspirante-impelente que consta de dos recipientes gemelos de bronce unidos por un tubo en forma de horquillas la que se ajusta otro conducto vertical llamado “trompa” (Luzón Nogué, 1968, 118), donde se disponían las válvulas que abrían y cerraban la circulación del agua. Los pistones ubicados en los tubos accionados mediante la palanca ponían en movimiento el agua haciéndola subir por el tubo central. “La máquina de Ctesibio, la qual levanta el agua en surtidores. Hácese esta de bronce, á cuyo pie se ponen dos caxoncillos” (Vitrubio X, XII, 31). 

En Sotiel Coronada (Calañas, Huelva) en el piso tercero en la traviesa 25, fija al suelo con una obra de mampostería, se encontró una bomba de Ctesibio de bronce (Gonzalo y Tarín, 1888, tomo II, 116; Luzón Nogué 1968,118) que actualmente se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional. En la zona de Sureste se documentó en Cartagena (Murcia) un ejemplar construido en plomo (Domergue, 1990, figura XXII), aunque no está completa. Tornillo de Arquímedes o cóclea: ingenio que consiste en un cilindro hueco por el que transcurre un tornillo sin fin. Estaba construido de madera, aunque en algunos casos la hélice interna era metálica como en el hallado en Sta. Bárbara (Córdoba) (Gossé, 1942, 56, láms. VIII a IX).

 Se accionaban mediante la fuerza humana colocados inclinados en hilera cargaban el agua desde un depósito inferior a uno superior en el que a su vez lo cargaba otro tornillo y así sucesivamente. La descripción antigua más pormenorizada nos la ofrece Vitrubio: “Hay también una especie de rosca que saca gran cantidad de agua…La elevación de la máquina será según la regla del triángulo rectángulo de Pitágoras” (Vitrubio X, XI, 26-28). Diodoro Sículo hace referencia a su efectividad: “es una máquina tan ingeniosamente construida, que gracias a ella se podrían transportar enormes masas de agua y se sacaría fácilmente un río entero de la profundidades de la mina a la superficie” (Diodoro Sículo V, 37). Posidonios menciona su empleo en el SO peninsular: “los turdetanos abren sinuosas y profundas galerías, reduciendo a menudo las corrientes que en ellas se encuentran por medio de tornillos egipcios” (Estrabón III, 2 y 9). Lo recogido en las fuentes escritas ha sido refrendado por el hallazgo de estos ingenios en el interior de varias minas hispanas. Así, en la mina de Sotiel Coronada (Calañas, Huelva), en un anchurón cercano al pozo San Juan, se encontró un sistema de combinado de polea de cangilones y tornillos de Arquímedes (Gonzalo y Tarín 1888, 506-34- 35), uno de los cuales se conserva en el Museo de Liverpool. 

Una batería de cócleas fue hallada también en la mina de Sta. Bárbara (Córdoba), el que iniciaba la serie de tornillos tenía primer álabe de bronce (Gossé, 1942, 56, láms. VIII a IX). También han sido documentados en Cerro Muriano (Córdoba), el Centenillo (Jaén) (Hudson, 1947, 159) y Mina Diógenes (Ciudad Real) (Domergue, 1967, 41 y 43). 

Polea de cangilones: Sistema variante de la rueda hidráulica empleado cuando la noria no era efectiva debido a la profundidad o porqué la zona de carga de la noria tuviese un nivel de agua que no permitiera cargar los arcaduces de la noria. Consiste en que sobre una rueda hidráulica se disponía una cadena doble metálica en la que se colgaban unos arcaduces de bronce, con una capacidad de un congio (3,5 litros), como describe Vitrubio X, 9, 22-23. Cangilones de bronce han sido hallados en Riotinto (Luzón, 1968, 111 - 113) y la mina de Sotiel Coronada (Calañas, Huelva), donde se documentó sobre uno de ellos un nombre itálico L. Vibi. Amaranti. PXIIS (Luzón, 1968, 112), que se ha interpretado como el nombre de un posible concesionario minero de origen itálico.


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