lunes, 19 de marzo de 2012

El General Primo de Rivera visita las instalaciones de Rio Tinto ( Año 1.929 )

Articulo publicado por D. Jose Luis Dominguez en Huelva Información el Viernes 29 de Dicembre del 2000

El 22 de abril de 1929 llegó a Minas de Riotinto el jefe del Gobierno de la dictadura: Miguel Primo de Rivera, quien fue recibido por el presidente del consejo de administración de Río Tinto Company Limited.
Escribe el historiador inglés Raymond Carr que Primo de Rivera fue a Minas de Riotinto cuando en el momento álgido de la campaña de nacionalizaciónde grandes empresas llevada a cabo por el ministro de Hacienda, Calvo Sotelo, se hizo tan violenta, que tuvo que asegurar el dictador personalmente a Río Tinto que estaba a salvo de esta política de nacionalizaciones. Por otra parte, la política laboral de la dictadura fue la de no oponerse a las organizaciones obreras siempre que su fuerza no la emplease con fines políticos.


De hecho -dice el historiador inglés antes citado- que cuando Primo de Rivera asumió el poder se puso inmediatamente en contacto con el dirigente minero Llaneza para asegurarle que su Gobierno respetaría a la UGT, y así lo aseguró éste a sus correligionarios en público diciéndoles “que no había nada que temer”.
La situación laboral de esta época nos la cuenta el investigador José María Pérez López, en la revista de fiestas Nervae del año 1995.
“En un ambiente de crispación laboral y desigualdad social se promulga la ley del 26 de noviembre de 1926, por la que el Gobierno de Primo de Rivera ordena la creación de
Comités Paritorios que arbitren en materia laboral. Para la organización obrera pudo ser de las primeras leyes laborales liberalizadas.
Estos comités estarían formados por igual número de vocales patronos como de obreros, así como por un presidente, un secretario y un asesor técnico, nombrados por el Gobierno.
De los tres cargos sólo tenía voto el presidente que era un voto cualitativo, por lo que en caso de igualdad en las votaciones de los vocales, él sería quien tendría que dirimir.

La formación de estos comités debió de ser importantísimo para asegurar la verdadera representación obrera y vieron una esperanza para enfrentarse a la compañía y conseguir las mejoras sociales y laborales tan ansiadas por la comunidad minera”.
Con la creación de estos Comités Paritarios se pretendían conseguir algunas
mejoras elementales como un periodo de vacaciones para el obrero de 20 a 30 días pagándole la empresa su sueldo, disfrutar de un retiro de 5 pesetas a los 65 años de edad y no de 1 peseta como se le venía pagando, tener en los paros forzosos algún tipo de auxilio, mayor higiene en los trabajos, que los despidos no se hicieran
por capricho sino a través de estos comités y que las viudas y los hijos de los obreros muertos en accidentes de trabajo cobrasen una pensión, vitalicia para la mujer, y hasta la mayoría de edad para los hijos.

Las elecciones para nombrar a los miembros obreros de este comité se iban a celebrar en las minas el 8 de diciembre de 1929, para lo que se abrió previamente una dura campaña.
Por un lado, la compañía de Río Tinto, que ya tenía asegurado obviamente a los miembros representantes de la patronal, hizo cuanto pudo para asegurarse también a los miembros obreros y para ello no tuvo inconveniente -escribe Pérez López- en resucitar al extinto Sindicato Católico que se empeñara en potenciar Mr.Browning para debilitar al sindicato en las pasadas huelgas de 1913, haciendo salir a candidatos de las nóminas de Jornales Fijos y Salarios.

Según se desprende -dice el investigador- de las palabras dichas por Agustín Marcos en la plaza de toros de Nerva el 6 de octubre de 1929, hace referencia al artículo del periódico 'El Socialista' del 14 de octubre de este año que dice:
“La empresa sigue coaccionando a los obreros, obligándoles a ingresar en el Sindicato Católico e imponiéndoles a la candidatura que ella tiene formada para representar a los obreros en el Comité Paritario, amenazando con el despido a los
obreros que se niegan a obedecer las órdenes de la empresa”.

Por gentileza de la señora Isabel Naylor voy a incluir cada año la relación de los británicos que nacieron en Riotinto.
Desde aquí quiero animar a todos estos ingleses, escoceses e irlandeses ‘mohinos’, donde quieran que estén, que a pesar de sus 71 años, vengan a visitar su pueblo de origen con la seguridad de que ellos sí que encontraránla casa donde nacieron y se
criaron, su ermita, su escuela y su Club, que aún continúa llamándose ‘Inglés’, donde acudían ilusionados en su dorada infancia a recoger los regalos que el rico Papá Noel les traían cada Navidad, incluso jugar al golf, tal como lo hicieron siempre en Riotinto sus compatriotas.
!Ah!, y a la misma espléndida luna del bonito cielo azul andaluz, que tal vez al ser contemplada por sus padres, tuvo mucha culpa de que ellos nacieran en este rincón de España.
Son éstos: Andrey Mary Hellier, Michael Fernihough Tong, Douglas Pennington Brown y Elizabeth Marion Osfield.

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