miércoles, 30 de diciembre de 2009

CARTA A LOS REYES MAGOS (por JUAN DELGADO LOPEZ)

Queridos Reyes Magos, Melchor, Gaspar y Baltasar:

Sólo faltan dos días para que volváis a venir como cada año repartiendo regalos e ilusiones. Regalos a los niños que durante el año se han portado bien; ahora, felizmente, todos los niños se comportan muy bien, se nota que en unos años se ha mejorado considerablemente la bondad de la especie: en mis tiempos de chiquillo, Vuestras Majestades eran más duros con el comportamiento de la chiquillería, y muchos años nos quedábamos sin un juguete que llevarnos a la boca, digo a la mano; porque, según nos decían nuestros cabizbajos padres, habíamos sido unos niños malos, en fin, que los Reyes Magos habían ido apuntando nuestros pecados y no habíamos pasado el examen. Al decírnoslo, a veces, y eso que éramos niños, sorprendíamos un acento de tristeza en su voz y un brillo de lágrima en sus ojos. Otras veces, las más de las veces, teníamos que conformarnos con el camión de madera que el año anterior le habíais traído a nuestros hermanos mayores y que una vez arreglado y repintado en vuestros reales talleres, era todo lo que merecía nuestro regular comportamiento. Y así pasábamos el día de Reyes los niños, entre sentimientos de culpa en el alma por nuestras maldades y sentimientos de envidia en el corazón por nuestra pobreza. Claro, que todo esto lo saben muy bien Vuestras Majestades.
Pero, gracias a Dios, parece que en estos tiempos todos o casi todos los niños de este trozo del mundo en el que afortunadamente nos ha tocado vivir, son buenos y merecen ser recompensado por ello. Ahora, si se llenan de juguetes nuestras casas, de juguetes y de ropa de marca, y de caprichos inútiles, y de electrónicos artilugios, y de cachivaches de moda caros e inservibles; ahora sí, porque son todos los niños buenos y los padres ya no tienen que poner un acento de tristeza en la voz ni un brillo de lágrima en los ojos la mañana de Reyes. Ahora pueden levantar la cabeza, y mirar alegres a sus hijos, y reír contentos al abrir los brillantes paquetes del Corte Inglés que es donde Vuestras Majestades se pertrechan de material para dar cumplimiento a las ilusionadas cartas de los niños y a las poco ilusionadas exigencias de los adolescentes y los nada ilusionados caprichos de los mayores; porque ahora, Vuestras Majestades traen regalos para todos. Claro, para todos los que estamos en esta parte del mundo donde Dios es amigo y nos mira con buenos ojos, porque en otras partes del mundo, en ese otro tercer o cuarto mundo de la marginación y la miseria, los niños sólo tiene el día de Reyes las manos llenas de nada; lo mismo que todos los días del año: sólo tienen mocos y moscas y hambre y guerra y prostitución y sida y negaciones...
En fin, queridos Reyes Magos, Melchor, Gaspar y Baltasar, no era mi intención que esta carta tirara por estos derroteros, pero se me ha ido la olla. Quizás haya sido el subconsciente; pero ya está dicho. Y pensándolo bien, he decidido que es mejor dejar que mi carta a Sus Majestades discurra por los vericuetos de las necesidades, por los senderos de la miseria y del abandono, por los atajos que transitan los marginados y los sin amor; por esos trochos perdidos, olvidados de Dios y de los hombres por donde malviven y malmueren unos niños con las panzas hinchadas y desnudas, en las que hierve el hambre; unos niños que han olvidado, si es que alguna vez lo conocieron, el color de la canción y la sonrisa. Si, he querido que mi carta a los Reyes Magos sea dictada por aquellos que ni saben ni pueden escribirla, por aquellos que de verdad necesitan la atención y los cuidados de Vuestras Pudientes Majestades; porque, me gustaría creer, que, con el poder celestial de Vuestra Santa Influencia, con el poder material de Vuestras Venerables Coronas y con el poder milagroso de Vuestra Portentosa Magia, podréis convencer, o en su defecto obligar, a los jerarcas, a los sátrapas, a los tiranos del mundo, a los políticos poderosos de imperialismos insaciables que todos conocemos, de que es justo y necesario compartir la Paz, el Amor y la Canción. Pero una Paz con Pan y con Respeto, un Amor con Escuelas y Posibilidades, y una Canción con Libertad y con Justicia.
Esos son los tres regalos que pido para los niños y niñas del mundo; para los hombres y mujeres del mundo; para todos los pueblos del mundo, sin mirar ni el color de su piel ni el color de su bandera, ni el idioma en que dicen sus palabras, ni el dios al que dirigen sus oraciones; esos tres hermosísimos regalos, que son el compendio de la felicidad de los pueblos, debe llegar a ellos de una forma natural, no como limosna que se da a los pobres, no como caridad con los necesitados, porque eso mermaría la grandeza del regalo para quien lo da y para quien lo recibe, sino con la concesión tanta veces negada de ese 0,7 % de los presupuestos de los países pudientes, de los que gastan muchos miles de millones en armamento para seguir haciendo más pobres y más débiles a los que son ya muy pobres y muy débiles...
Queridos Reyes Magos, Melchor, Gaspar y Baltasar, por esos mismos lugares, por esas mismas tierras, por ese mismo Belén que Vuestras Majestades visitaron para adorar a un Niño que era Dios y era Hombre, y venía para salvar al mundo, están ocurriendo gigantescas masacres; los odios se disparan en forma de bombas y tanques y misiles; en forma de terrorismo suicida y de terrorismo de estado; la estrella de Belén que guió Vuestros pasos, hoy es la luminaria mortal de una explosión asesina, el abrazo fraterno de Vuestra permanencia a través de los siglos, hoy se ve separado por muros de imposibles hermandades. Pero todo esto y mucho más los saben Vuestras Majestades que sois Magos y Sabios y Santos... ; así que, termino esta carta recordando mi petición para el mundo tercero, cuarto y quinto, que todos esos mundos están en este mundo: Paz, Amor, Justicia y Canción. Con estos cuatro pilares, en realidad es sólo uno, es posible edificar la casa de los que nada tienen.

JUAN DELGADO LOPEZ
Riotinto (Huelva) España.


Juan Delgado López nació en 1.933 en Campofrío, (Huelva). Desde los 11 años vive en Riotinto, ciudad que lo ha nombrado Hijo Adoptivo.
Hombre de una sensibilidad y profundidad en sus pensamientos y obra poética y narrativa, que transmite y la comunica con la facilidad que la palabra le da. Así lo hace con el hombre, con la naturaleza, con el paisaje, con la pobreza y la riqueza, con la luz y la sombra, con el niño y el abuelo, con la risa y el llanto…Sensible a todos los movimientos reivindicativos laborales, sufriéndolos como en sus propias carnes, ha escrito páginas de protesta denunciando siempre la injusticia social.
Mas sobre este hijo adoptivo de Riotinto; escritor, autor y poeta en:
JUAN DELGADO / FORO MINAS DE RIOTINTO LIBRE

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