jueves, 3 de marzo de 2011

YO FUI UN NIÑO DE LA VÍA GENERAL (10). Por Nicolás Chaparro González

“El Morito”, ha sido operario de Vías y obras hasta su jubilación, en la actualidad se dedica con dos hijos solteros a la ganadería de cabras y cerdos, algunos son jabalíes cogidos pequeños y domesticados, otros son cruzados y el resto Ibéricos normales.
La zona que se aprecia en Cortecilla, cercada con traviesas, fue el enclavamiento de una vivienda cortijo, propiedad de un señor llamado Don Felipe, natural de La Palma del Condado y propietario de una finca en la margen derecha del rio en esta zona.
En todos los puentes, puede observarse los restos de una vivienda, fueron ocupadas durante bastante tiempo por unos operarios de Vías y Obras, que su único trabajo consistía en vigilar los mismos ya que, constantemente tenían que actuar en los incendios que se producían en la estructura de madera, debido al derrame de los chisperos de las locomotoras. Con el tiempo las estructuras de madera en los puentes se fueron reformando y de traviesas pasaron a vigas longitudinales, quedando el centro de la vía libre. Con lo que mermaron los incendios en un 80%.
Los puentes que continuaron con traviesas, fueron el de Niebla y Salomón, pero le cubrieron el centro de la vía con chapas para evitar los incendios y los guardas fueron desapareciendo, incorporándolos a las brigadas de conservación de vías.


El último guarda que quitaron, fue el del puente de Salomón. Al construir el nuevo puente se dotó la casa del guarda de un teléfono con la estación de Manantiales, para que el personal de la obra trabajara con seguridad, de acuerdo con las respectivas circulaciones de trenes.


Durante las obras del nuevo puente, se reparó provisionalmente el viejo puente para que el servicio de los trenes no fuera interrumpido durante las obras del nuevo puente.
El teléfono continuó en servicio hasta la llegada del último guarda, quedando desde esa fecha anulado.
Pasada de Las Cañas kilómetro 55, en el año 1.913, se construyeron cinco viviendas para operarios de Vías y Obras, y una escuela. Es el grupo que mejor se ha conservado, posiblemente por el problema de no poder sacar los materiales por el mal acceso existente.
La Empresa, antes del cierre definitivo del ferrocarril, optó por destruir todas las viviendas para operarios de Vías y Obras, situadas entre estaciones, conservando únicamente las cinco de La Pasada de Las Cañas, las ocho de El Manzano, las dos de Cortecilla y la del Túnel Salomón.
Las estaciones y las viviendas dentro de sus recintos, no fueron destruidas.
La zona de La Pasada de Las Cañas, es llamada popularmente, los cuatro términos ya que, en la margen derecha del rio, se unen los de Niebla y Zalamea la Real y en la margen izquierda los de Paterna del Campo y Berrocal.

Estación de Las Cañas, kilómetro 56, es la única de todas las de la Vía General, de dos pisos, debido al poco terreno disponible y también la única que hasta la fecha conserva el depósito de agua y con toda seguridad es por la imposibilidad de poderlo sacar. En la parte sur había dos viviendas para operarios de Vías y Obras.
Caserío de Robladito, kilómetro 58.100, grupo de cinco viviendas para operarios de Vías y Obras y una escuela. Desde este punto se abastecía de agua la estación de Las Cañas y La Pasada de Las Cañas, desde un manantial situado en la margen derecha del río.

La Puya, kilómetro 63.500, este punto se encuentra a medio camino entre los túneles El Mansegoso y El Manzano. En la margen derecha del rio, se encuentra una roca llamada popularmente “La Puya” y que vista desde un punto determinado, se aprecia la figura de la imagen de una virgen.
En la parte norte del túnel El Manzano, en el año 1.914, se construyó un grupo de viviendas para operarios de Vías y Obras, formado por ocho viviendas y una escuela.
Hay que destacar otra vivienda construida también en el Año 1.914, en este punto al margen de las anteriores. Una compuesta por cocina, comedor, sala de estar, dos cuartos de aseos, seis habitaciones, un gran patio con magnifico jardín y piscina. Fue construida para el jefe de Vías y Obras de la zona norte del ferrocarril, entre el kilómetro 41.000, hasta Riotinto.
En la parte sur había otro jefe, domiciliado en Huelva, que se ocupaba desde el kilómetro 0, al 41.000, posteriormente se suprime el jefe residente en El Manzano y se nombra uno con residencia en Las Mallas, con mando desde Huelva a Riotinto, llamado Sr. Narváez


Esta vivienda al quedar vacía y no ser asignada a otra familia, con el tiempo se fue deteriorando. Posteriormente se restauró para ser ocupada temporalmente por el jefe de los servicios Jurídicos de la Empresa, con residencia en Huelva, Don Rafael Estrada, debido a una enfermedad de su esposa, que por recomendación médica debía pasar algunas temporadas en el campo.
Para ello se instaló un teléfono desde la casa del Sr. Estrada, en el Manzano con la estación de Berrocal, desde donde se le proporcionaba comunicación con los puntos que requería, siempre por las líneas de teléfonos propiedad de la Empresa, estas líneas nunca fueron conectadas a las líneas de la Compañía telefónica
Para dejar y tomar el tren de Huelva o para Huelva, se le construyó a esta familia un pequeño andén y que ha sido confundido por muchas personas que han pasado por este sitio, como una antigua estación. El abastecimiento de agua venia de unos manantiales, situados en la margen izquierda del Rio.
Es una bella zona, que con las viviendas restauradas y convertidas en albergues, ofrecería una apetecible estancia para jóvenes y mayores.

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