Cuál no será la placidez que desde él nos invade, haciéndonos remontar a tal día como hoy, 3 de Marzo de 1882, en el que estas Minas, de “relativa importancia”, fuesen visitadas por un joven Rey de 25 años y, a su estancia en ellas, dedicase más tiempo que el empleado en la capital de la Provincia.
De cajón, que SM, D. Alfonso XII, con la vitalidad y ausencia de la enfermedad que le llevó al Panteón de El Escorial, 3 años después, marchase a Madrid impresionado por un lugar donde, él mismo comprobó, circulaban trenes sobre raíles no atacados por el vandalismo que hoy padecen, cementerios en los que reposaban mineros y familiares sin sufrir el inútil despojo en sus humildes tumbas y edificios de ferrocarril desde donde, telegráficamente, se informaba a la nación del egregio viaje que son, actualmente, venerables ruinas de inmerecida desidia.
Memorable debió ser y, así nos lo cuenta D. Braulio Santamaría en su libro “Huelva. La Rábida, 1882” para que, ya de regreso a la Corte, no cesaran todo tipo de elogiosos comentarios que animaron de tal manera a las hermanas del Rey, Infantas Isabel y Paz, a girar parecida visita el día 27 del mismo mes.
Imparable la meditación en una palpable realidad que, tímidamente se oculta, para no mostrar inundadas Cortas, amenazadoras balsas, abandonados tajos y desaparecidas poblaciones que sólo algún que otro político, de última fila, se atreve a pasear, en determinadas ocasiones. "
P. Real.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario