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Bill Enrico muestra el proyecto a Corina Hebestreit, responsable europea de la patronal de Industrias Mineras
Riotinto dejará pronto de ser simplemente un «parque temático» en el que se rememora su glorioso pasado minero para volver a ser uno de los centros de extracción de cobre más importantes del mundo.
Tras tres años de batalla legal, la Junta de Andalucía ha decidido esta semana que la empresa Emed Tartessus ya tiene «legitimidad» para presentar su proyecto, toda vez que se ha producido el pronunciamiento jurídico que permite trasmitirle los derechos mineros que hasta la fecha estaban en poder de la Comisión Liquidadora de MRT, dos de cuyas seis firmas se oponían al proyecto.
La decisión política se ha producido tras meses de presión social de una comarca en la que se han generado grandes expectativas por la reapertura de la mina. De hecho, la pasada semana cuatro mineros iniciaron un encierro indefinido a 200 metros de profundidad para reclamar el desbloqueo administrativo, algo que lograron en apenas cuatro días. La empresa Emed Tartessus, filial del grupo Emed Mining, presentó en abril de 2008 un informe en el que estima la existencia de 123,3 millones de toneladas de mineral, por lo que prevé una vida de unos 14 años de explotación, sacando 5 millones de toneladas el primer año de producción, algo más de seis en el segundo y unos 9 millones el resto, hasta el año 2026.
La compañía, participada por inversores australianos, norteamericanos, canadienses y suizos, lleva ya invertidos unos 30 millones, aunque el proyecto para reabrir la mina tiene un coste total de 162,2 millones de euros, además de costes medioambientales por 20 millones, costes sociales por 6 millones y costes generales por 3,2 millones anuales. En cuanto a los costes de operación, una vez reabierta la explotación, se ha estimado para los 14 años en unos 560 millones de euros como coste de mina asociado al contratista principal, así como 572,4 millones como coste de planta.
Claro que nadie da «duros a cuatro pesetas» y el retorno de esta inversión está también perfectamente cuantificado. De hecho, la compañía minera espera unos ingresos medios de 155 millones de euros al año, lo que supone una facturación total de 2.210 millones de euros. Los responsables de Emed Tartessus, encabezados por el consejero delegado, William A. Enrico, se muestran muy optimistas con este proyecto, en el que esperan recuperar la inversión en cinco años y medio. Y es que en este caso, al contrario de lo que ocurre con la mima de Cobre Las Cruces, en la provincia de Sevilla, en Riotinto ya están hechas la corta, la factoría y las balsas, por lo que es más fácil reiniciar la puesta en marcha de la mina.
Por otra parte, el precio actual del cobre es una garantía de éxito. Y es que la mina se cerró en definitivamente en 2004 con el cobre por debajo de 2.000 dólares la tonelada, mientras que ahora está a 9.500. La empresa señala que mientras esté por encima de 3.000 dólares, —lo que es altamente previsible en los proximos años debido a la demanda de los paises emergentes— será rentable la explotación.
Precisamente esas oscilaciones de precios es algo que preocupa a la Junta de Andalucía. El consejero de Economía, Antonio Ávila, indicó ayer en el municipio onubense de Zalamea La Real que Emed tiene que presentar ahora el proyecto desde la perspectiva económica, social, medioambiental y destacó que uno de los pasos es la garantía social. Las sociedades mineras están vinculadas a la subida o bajada de los precios de los minerales, por lo que la mina puede tener «proyectos de inactividad». En esta línea, ha precisado que la empresa «tiene que tener suficiente capacidad para que en momentos de inactividad, los trabajadores estén atendidos».
Emed planificará, diseñará y gestionará la actividad pero su ejecución sera objeto de subcontratación. Emed desarrollará las actividades de planta de tratamiento con personal propio. De hecho, según el proyecto presentado por la compañía minera, la reapertura de la fábrica requerirá inicialmente 337 trabajadores directos, si bien serán más de 1.000 los empleos indirectos que se crearán en la zona, que vivirá un renacer industrial gracias al «descubrimiento» de su antigua mina.
El pueblo que trajo el «foot-ball» a España y está «hermanado» con Marte
Existe constancia de la actividad en Riotinto desde la Edad del Cobre, hace 5.000 años, así como en civilizaciones posteriores de tartesios y fenicios, si bien fueron los romanos los que dieron mayor relevancia a la zona. Sin embargo, tras años de abandono, todo cambió cuando en 1873 un consorcio británico compró las minas al Estado. De esa época quedan numerosos recuerdos en forma de edificaciones de estilo victoriano y, sobre todo, el honor de la creación en 1878 del Rio Tinto Foot-Ball Club, un extraño deporte inglés que se expandió poco después a Huelva, donde continúa el club decano del fútbol español, y al resto de país. Riotinto ha pasado por periodos de grandeza, con hasta 100.000 personas trabajando, y por periodos de miseria como el actual, en el que el paro afecta a casi todos los hogares. La alcaldesa de Riotinto, Nuria Hernández, reconoce que la situación es muy complicada para el propio Ayuntamiento, con una caída de más del 50% de los ingresos a las arcas municipales desde el cierre de la mina, y no oculta su fe ciega en un proyecto que dará vida a la zona tanto a nivel económico como social. Una buena muestra son las 4.500 solicitudes de empleo que Emed ha recibido en los últimos meses de ciudadanos de la zona. No en vano, Riotinto, con sus cerca de 5.000 habitantes, es la cabecerea de una comarca compuesta por siete pueblos que miran a la mina con la misma expectación con la que la NASA decidió en 2003 que las condiciones de Riotinto son las más parecidas de nuestro planeta a Marte y comenzó un curioso programa de simulación. Pero los astronautas no dejan dinero, explican en el pueblo, y por eso prefieren dejar de mirar al cielo y seguir teniendo los piés en la Tierra...
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