Operación de manual y de profundo calado para el futuro de la mina de Riotinto: Resource Capital Found anunciaba a las 01:00 de la madrugada de ayer a través de un comunicado -tras el cierre de la sesión de la bolsa de Toronto- la venta de sus acciones en Emed Mining, un 13,3% del total, por algo menos de 20 millones de euros. Cinco horas más tarde, la multinacional Trafigura emitía otro comunicado anunciando la adquisición de acciones de Emed Mining, hasta llegar al 18,18% del total, convirtiéndose así en su principal accionista. En ese paquete estaba el 13,3% de Capital Found, fundador de Emed Mining.
Emed y Trafigura corren suertes distintas: la primera de ellas, a través de su filial Emed Tartessus, trata desde hace casi una década de poner en marcha el histórico yacimiento de Riotinto; Trafigura es uno de los gigantes mundiales en el negocio de los minerales y es titular en Almonaster la Real de Minas de Aguas Teñidas (Matsa), un proyecto de contrastada solvencia.
La llegada de Trafigura a Emed abre un abanico de posibilidades en torno al futuro de esta última, aunque parece claro que si el gigante ha dado el paso es porque quiere estar en la sala de mando.
La operación de compra de acciones se produce tras meses de contactos con los accionistas de referencia de Emed. El acuerdo con el primero de ellos abre ahora la posibilidad de una alianza con el resto, como la china XGC -segunda accionista- para tomar el control de la empresa o una OPA para proseguir con la adquisición de títulos, posibilidad a la que Trafigura estaría abocada por ley una vez sobrepase el límite del 20% del accionariado.
XGC aportó 11,5 millones de euros a Emed a comienzos de 2012 para hacerse con el 11% de sus acciones y el 25% de la producción de cobre. El resto de accionistas señeros son fondos y sociedades que controlan entre un 7,8% y un 1,4% del capital, entre las que figura Rumbo 5-Cero, antigua propietaria de suelos estratégicos de la compañía, con un 3,9%.
Tanto por razones históricas como por la riqueza de sus recursos de cobre y otros metales, Riotinto es el emblema de todos los yacimientos de la Cuenca Minera. Emed ha tropezado desde su llegada con su propia inexperiencia en el terreno, lo que la ha llevado a sucesivos relevos en su dirección, y con una maraña de problemas administrativos derivados de la complejidad del proceso de transmisión de los derechos mineros y de la desconfianza que sus pasos despertaban en la Junta de Andalucía, administración competente a la hora de tramitar y aprobar todos los permisos.
De una manera u otra, la idea de que los propietarios y gestores de Emed tan sólo querían lograr los derechos mineros para especular con ellos y vender luego al mejor postor no ayudó precisamente a agilizar los trámites administrativos en sus inicios. Basta sumar a ello el precedente de la mina de Aznalcóllar (con la despedida a la francesa protagonizada por los responsables de Boliden Apirsa y la roncha multimillonaria que dejaron tras el vertido tóxico) para comprender que la Junta se haya pensado dos y las veces que hiciera falta cada paso que daba en Riotinto. La rescisión este año de los derechos mineros de Petaquilla Minerals sobre la mina de Lomero Poyatos, también en la Cuenca, indica que la Administración andaluza no se anda por las ramas.
A todo ello se unen los problemas de financiación que Emed tiene para ponerse en marcha y la pésima situación en la que se encuentran las unidades industriales de la explotación tras décadas de abandono. La Junta concedió a Emed los derechos mineros el pasado mayo, con un plazo de seis meses para activar su proyecto. Para tratar de acallar los rumores, la empresa sostiene de puertas afuera que podrá cumplir con los plazos previstos y que ha depositado el aval requerido por la Junta para hacer frente a posibles responsabilidades, además de asegurar que la maquinaria se encuentra en buen estado, si bien otras fuentes apuntan que parte de la unidad industrial está siendo vendida como chatarra.
El papel de la Junta sigue siendo clave. La llegada a la Presidencia del Ejecutivo autonómico de Susana Díaz y los relevos en los puestos claves de su Gobierno llevó consigo un impulso a la minería en Andalucía, aunque en el caso de Emed con grandes condicionantes económicos y ambientales a cumplir. Y en ello está.
Al contrario que en épocas pasadas, el Ejecutivo andaluz quiere exhibir su complicidad con las empresas mineras como tractoras de empleo y riqueza, entre otras cosas porque las elecciones municipales de mayo de 2015 obligan a ello. Un ejemplo, la visita ayer a Emed del delegado provincial de la Consejería de Economía, Eduardo Muñoz.
Emed y Trafigura corren suertes distintas: la primera de ellas, a través de su filial Emed Tartessus, trata desde hace casi una década de poner en marcha el histórico yacimiento de Riotinto; Trafigura es uno de los gigantes mundiales en el negocio de los minerales y es titular en Almonaster la Real de Minas de Aguas Teñidas (Matsa), un proyecto de contrastada solvencia.
La llegada de Trafigura a Emed abre un abanico de posibilidades en torno al futuro de esta última, aunque parece claro que si el gigante ha dado el paso es porque quiere estar en la sala de mando.
La operación de compra de acciones se produce tras meses de contactos con los accionistas de referencia de Emed. El acuerdo con el primero de ellos abre ahora la posibilidad de una alianza con el resto, como la china XGC -segunda accionista- para tomar el control de la empresa o una OPA para proseguir con la adquisición de títulos, posibilidad a la que Trafigura estaría abocada por ley una vez sobrepase el límite del 20% del accionariado.
XGC aportó 11,5 millones de euros a Emed a comienzos de 2012 para hacerse con el 11% de sus acciones y el 25% de la producción de cobre. El resto de accionistas señeros son fondos y sociedades que controlan entre un 7,8% y un 1,4% del capital, entre las que figura Rumbo 5-Cero, antigua propietaria de suelos estratégicos de la compañía, con un 3,9%.
Tanto por razones históricas como por la riqueza de sus recursos de cobre y otros metales, Riotinto es el emblema de todos los yacimientos de la Cuenca Minera. Emed ha tropezado desde su llegada con su propia inexperiencia en el terreno, lo que la ha llevado a sucesivos relevos en su dirección, y con una maraña de problemas administrativos derivados de la complejidad del proceso de transmisión de los derechos mineros y de la desconfianza que sus pasos despertaban en la Junta de Andalucía, administración competente a la hora de tramitar y aprobar todos los permisos.
De una manera u otra, la idea de que los propietarios y gestores de Emed tan sólo querían lograr los derechos mineros para especular con ellos y vender luego al mejor postor no ayudó precisamente a agilizar los trámites administrativos en sus inicios. Basta sumar a ello el precedente de la mina de Aznalcóllar (con la despedida a la francesa protagonizada por los responsables de Boliden Apirsa y la roncha multimillonaria que dejaron tras el vertido tóxico) para comprender que la Junta se haya pensado dos y las veces que hiciera falta cada paso que daba en Riotinto. La rescisión este año de los derechos mineros de Petaquilla Minerals sobre la mina de Lomero Poyatos, también en la Cuenca, indica que la Administración andaluza no se anda por las ramas.
A todo ello se unen los problemas de financiación que Emed tiene para ponerse en marcha y la pésima situación en la que se encuentran las unidades industriales de la explotación tras décadas de abandono. La Junta concedió a Emed los derechos mineros el pasado mayo, con un plazo de seis meses para activar su proyecto. Para tratar de acallar los rumores, la empresa sostiene de puertas afuera que podrá cumplir con los plazos previstos y que ha depositado el aval requerido por la Junta para hacer frente a posibles responsabilidades, además de asegurar que la maquinaria se encuentra en buen estado, si bien otras fuentes apuntan que parte de la unidad industrial está siendo vendida como chatarra.
El papel de la Junta sigue siendo clave. La llegada a la Presidencia del Ejecutivo autonómico de Susana Díaz y los relevos en los puestos claves de su Gobierno llevó consigo un impulso a la minería en Andalucía, aunque en el caso de Emed con grandes condicionantes económicos y ambientales a cumplir. Y en ello está.
Al contrario que en épocas pasadas, el Ejecutivo andaluz quiere exhibir su complicidad con las empresas mineras como tractoras de empleo y riqueza, entre otras cosas porque las elecciones municipales de mayo de 2015 obligan a ello. Un ejemplo, la visita ayer a Emed del delegado provincial de la Consejería de Economía, Eduardo Muñoz.
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