miércoles, 24 de abril de 2013

YA LO SABÍA...

Pues parece ser que nuestra ESQUILA ha sido "galardonada" con el reconocimiento de ser una de las "7 Maravillas de Huelva".
"... A este grupo cristiano y minero..."

Ah, ¿pero es que aún había gente que no lo sabía?.
Antes de nada, antes de seguir este post, he de decir que agradezco el reconocimiento, pero para mí ya era una Gran Maravilla.
 
Es difícil explicar a un foráneo lo que es La Esquila, lo que ella encierra... Recuerdo algunas palabras al respecto pronunciadas en el 2009, cuando tuve el HONOR de ser PREGONERO de la "Virgen del Rosario":
 
..." Hay tantas Esquilas como esquileros, tantas Esquilas como gente que la sigue. Porque la Esquila son muchas, siendo la misma.

Qué difícil es intentar explicar los sentimientos que La Esquila hace nacer en lo más hondo del alma.


Recuerdo que una vez le intentaba explicar a la mujer de mi amigo Carlos Alcaide lo que su marido había sentido al estar con la Esquila tras casi 20 años de ausencia... Solo atiné a decirle: "Mira Mónica; han sido momentos muy intensos. Sé que quizás para ti sea difícil de entender, pero poco a poco la Esquila y su música, su sentimiento, va adentrándose en la sangre de todos nosotros, lo mismo que lo hará en la de tu hija y en la tuya. Llegara el día, en que estés aquí, oyendo esa melodía, y cuando nadie te vea te apartaras a una esquina alejada.........y allí, tu sola, escuchando a lo lejos a los violines, a las bandurrias, a los laudes y a las guitarras, sintiendo como una voz solitaria, a la que siguen una multitud de ellas, te va inundando de emociones extrañas el corazón...será entonces, Mónica, cuando eso ocurra, cuando comprenderas lo que tu marido sintió...lo que sentimos todos. Y cuando eso ocurra, abraza a tu hija, y abraza a tu marido, y sobraran todas las explicaciones...entonces vivirás, comprenderás y disfrutaras de este sentimiento, y veras que merece la pena"...
 
Hoy somos muchos los que "sacamos pecho" y alardearemos de nuestra Esquila; pero deberíamos ir más allá.
No nos dejemos engañar; a La Esquila hay que cuidarla, hay que "mimarla", porque si no podría ocurrir que de nuevo se oyera en Riotinto aquello de. "Que pena de...", coletilla que ya hemos oido demasiadas veces.

Habría que, en mi opinión, rescatar algunas cosas de antaño, de la Esquila de entonces, me refiero a las  actitudes (personales y de grupo), respeto, leyes no escritas que pudieran parecer caducas y obsoletas pero que, quizás, solo quizás, debieran retomarse para que no sea esto "el ejercito de Pancho Villa".
Creo que NECESITAMOS encontrar la fórmula para poder mezclar "aquello con lo de ahora"

Desde hace tiempo vengo diciendo ( y lo hago de nuevo) que a los más pequeños que se asoman a La Esquila hay que cuidarlos con suma exquisitez, hay que ir enseñándoles y guiándoles, tal como los de antes hacían.
Continuo reclamando que se constituya de alguna manera el fomentar la enseñanza de instrumentos musicales propios de La Esquila. Para este fin, se podrían realizar algún tipo de convenio con el colegio e impartirse en horas lectivas de música o como actividad "extraescolar".

Bajo mi humilde punto de vista, es hora ya de hacer un debate sosegado, constructivo, en beneficio de nuestro bien más hermoso y querido.
Sin duda, estamos viviendo tiempos de grandes cambios, cambios en las actitudes, en participación, en educación, y debemos estar atentos para poder manejar todo esto en beneficio de nuestra tradición e historia.

Han pasado los años, y se perdieron sitios, paisajes y lugares donde trabajaron nuestros abuelos, jugaron nuestros padres y vivieron nuestras gentes... Pero hubo algo que permanecio, LA ESQUILA, no solo su música, si no que también todo lo que ELLA conlleva...
Pongámos todos nuestro granito de arena, el fin lo merece...


 

1 comentario:

  1. Creo que NECESITAMOS encontrar la fórmula para poder mezclar "aquello con lo de ahora"


    La ESQUILA es oración cantada con amor a la Virgen, la fórmula que podemos encontrar es fomentar la fe, la devoción, el respeto y la educación desde la infancia.
    Se acercan las primeras comuniones y es triste asistir a la misa dominical en las que los niños deberían asistir y excepto un reducido número, están ausentes. Si tuviésemos un párroco más exigente, seguro pediría a l@s catequistas la asistencia acompañando a los niños y niñas para que ese día grande no lo recordaran solo por los lujosos vestidos y regalos, ya que para la mayoría es la primera y última comunión.
    Esto puede ser un principio de encontrar una fórmula más de la expuesta de dar facilidades para la enseñanza de instrumentos musicales, para que se vayan acercando a expresar el cariño y la devoción a la Virgen y sentir inquietudes por integrarse en este grupo para que nunca desaparezca.

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