miércoles, 21 de marzo de 2012

ENTREVISTA EN ABC DE HARRY ANAGNOSTARAS: «Riotinto será nuestro cuartel general para crecer en Europa»

EDITADO EN ABC. L. MONTOTO/E. FREIRE / SEVILLA

Riotinto es una ventana abierta a la historia del crecimiento económico global. El Imperio Romano ya tuvo en este enclave una de sus principales fuentes de materias primas. En la era de la revolución industrial, el yacimiento onubense vivió su edad de oro, cuando un consorcio británico compró las minas al Estado español en 1873 y fundó Riotinto Company Limited. Tras una lenta decadencia en la segunda mitad del siglo veinte (que llevó a su cierre en 2001), este complejo se prepara ahora para una nueva etapa de actividad en la que se crearán 400 empleos directos.

«El auge económico de China e India es un fenómeno similar al de la industrialización de EEUU y Europa, pero se produce un siglo después y en unos países en los que los habitantes son diez veces más», afirma Harry Anagnostaras-Adams, presidente de Emed Tartessus. El resurgir de estos gigantes asiáticos ha generado una demanda de metales sin precedentes «y si el mundo quiere cobre, tendrá que pagarlo», añade.
Financiación

Emed—que cotiza en Londres y está formada por accionistas británicos, canadienses, suizos, australianos y estadounidenses— ya ha cerrado un acuerdo con el grupo minero chino Yanggu Xiangguang Copper y con la entidad financiera Goldman Sachs para financiar la inversión para la reapertura de Riotinto, que asciende a 200 millones de euros. Hasta el momento, ha desembolsado más de 45 millones en el proceso de adecuación de la mina. «Actualmente, hay unos cien proyectos en todo el mundo para abrir nuevas minas de cobre, en las que el coste medio de operación ronda los 5.000 dólares por tonelada; nosotros estamos en 3.800 dólares, por lo que Emed Tartessus será muy competitiva».

Las cifras cuadran por el precio de extracción, pero también por la cantidad total de metal rojo. Anagnostaras-Adams indica que en este enclave se han producido dos millones de toneladas a lo largo de su historia y se estima que sólo en el primer yacimiento hay reservas de 600.000 toneladas. «Hay cinco minas más y las expectativas son producir otros dos millones, como mínimo, para lo que llegaremos a zonas más profundas de lo que se ha ido hasta ahora». El objetivo inicial era empezar a producir a partir de 2013 y alcanzar la velocidad de crucero en un plazo de 18 meses, cuando se produzcan «37.000 toneladas anuales de cobre puro». Con estas previsiones, la compañía sería rentable a mediados de 2014.
Amenazas

Sin embargo, una de las grandes amenazas para el proyecto es el retraso en la concesión de licencias, que comenzó hace ya cinco años. El presidente de Emed lamenta que «los problemas históricos hayan ensombrecido la planificación del futuro; el principal problema que hemos heredado es que los terrenos del proyecto fueron segregados y las presas y escombreras están en manos de intereses privados que obstaculizan la iniciativa son propiedad de Rumbo 5.0, sociedad gestionada por Severiano López, empresario cercano al PSOE andaluz. Añade que «no se podrá arrancar este año, ni siquiera si conseguimos todos los permisos en el tercer trimestre tal y como a nosotros y a la Administración nos gustaría, a menos que empecemos con el procedimiento de expropiación ahora».

Destaca que «diversos grupos de interés han puesto el foco en la importancia de obtener el permiso que implica la declaración de interés público del proyecto, que es la aprobación administrativa de los derechos mineros que adquirimos en 2007, pues hay una percepción de un retraso innecesario que causa gran frustración».

Al margen de este problema, la firma quiere que su sede en Andalucía sea el «cuartel general desde el que la compañía pueda expandir su crecimiento en Europa». También estudiará la posibilidad de cotizar en España, pese a que Anagnostoras-Adams reconoce que «la inversión en minas está muy especializada y los principales centros de capitales se ubican en Australia, Londres y Canadá».

Aunque Riotinto tiene una enorme tradición histórica, el presidente de Emed considera que «en relación con los yacimientos de Chile y Australia, no es un proyecto de grandes dimensiones». Aún así, señala que «sigue siendo la explotación más grande de España y tendrá una enorme importancia para el desarrollo económico de la cuenca minera». Y no sólo por los centenares de empleos directos e indirectos, sino porque solventará los problemas en el medio ambiente que generó su cierre en 2001. «La manera en la que se clausuró fue un auténtico desastre y nuestro proyecto podrá arreglar esta situación».

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