Por desgracia (¿o por fortuna?), en Riotinto y en la Cuenca Minera podemos ver muchos vestigios del pasado (no ocurre lo mismo con el pueblo donde vivieron nuestros antepasados), y gracias a foros y, sobre todo, a las redes sociales, (facebook, etc) podemos disfrutar de algunas imágenes de aquel esplendoroso pasado.
Siempre me ha inquietado ver imágenes de sitios abandonados. Estas hacen que mi imaginación a veces se dispare, como cuando era un crio ( más crio, quiero decir). Pienso que las viejas paredes, los rotos utensilios, el polvoriento mobiliario encierran miles de historias que trato de imaginar, sin saber si mis suposiciones son o no aproximadas a la realidad vital de cada uno de ellos...
Como siempre he dicho, este loco invento de Internet, ayuda a conocer, viajar y aprender desde la comodidad de nuestra casa; y gracias a ello, puedo imaginar historias, vidas y vivencias cuando veo articulos como este que os transcribo literalmente... Tranquilos, al final del post os dejo la fuente del mismo...
CINE DE PUEBLO ABANDONADO:
Los sitios cerrados y conservados tienen un encanto difícil de superar. No sólo es la falta absoluta de pintadas o destrozos, sino ese aire de tiempo detenido que tanto nos gusta y tan difícil es de hallar. Para muestra un botón: una vieja radio y un voltímetro.
El bar del cine es lo más opuesto a la gigantescas barras de los multicines que ahora se pueden ver. Apenas tres metros de largo, sitio para un pequeño frigorífico y poco más. Las cajas de refrescos y cerveza aún están en una esquina.
El vestíbulo era más bien pequeñito, pero aún conserva unos cuantos viejos carteles de películas de la época del destape. La puerta doble del fondo era la entrada desde la calle, la verde a la derecha el acceso a la sala y la de la izquierda la de la taquilla.
La taquilla era poco más que un diminuto cuartito en el hueco de las escaleras que llevaban a la planta de arriba. Había tan poca luz que tuve que tirar la foto iluminando con la linterna el techo.
Este viejo baúl guardaba los afiches de las películas. Estas fotos con escenas de las películas servían como publicidad para convencer al público de las bondades de las películas y tentarles a comprar una entrada. Había afiches de viejas cintas del destape bastantes desconocidas, como “El Periscopio”, con Barbara Rey en la foto (a la izquierda) o de clásicos de aventuras, como “El Conde de Montecristo” (a la derecha). La que asoma por debajo era de “Estoy con los hipopótamos”, de Bud Spencer y Terence Hill.
El patio de butacas estaba lleno de polvo y sólo iluminado por un par de altos y pequeños ventanales a los lados. Por suerte aquel día lucía el sol, si no hubiera sido bastante difícil fotografiar sin hacer exposiciones larguísimas.
Viejas mantas y sábanas cubrían algunos de los sillones. Supongo que antaño trataron de conservar la tapicería, pero ahora están amontonadas en las sillas junto al pasillo central.
Pero la joya de la corona era el enorme proyector. Aún hoy, a pesar del polvo y la falta de aceite, daba la impresión de que podría ponerse a proyectar con una bombilla nueva y un buen engrase. Era sorprendente lo grande que era para tratarse de un cine tan pequeño con una pantalla de relativamente reducidas dimensiones.
¿Te ha gustado? Desconozco el nombre del autor del blog, pero aún así, sirva este post como homenaje a su trabajo. Verdaderamente merece la pena visitarlo y para ello solo teneis que pinchar en su nombre, que es ABANDONALIA. En ABANDONALIA podreis disfrutar con viejas fábricas ( no os perdais la antigua fábrica de muñecas), viejos hospitales, sanatorios, balnearios, bares, cortijos, fincas... En definitiva, como os decía al principio; todo un paseo por la desconocida historia de lugares, utensilios e imagenes que son testigos mudos de una historia difícil de acertar, pero que hara volar tu imaginación...
No lo dudes, visita ABANDONALIA, merece la pena; además, en el mismo blog tienes una lista de sitios muy recomendables de temática similar, los cuales continuaran haciendo las delicias del lector.
Ea, es todo...que haya alivio...
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