martes, 22 de noviembre de 2011

YO FUI UN NIÑO DE LA VÍA GENERAL (25). Por Nicolás Chaparro González

En la estación de Gadea, a mediados de los años 1.940, un tren conducido por una locomotora tipo Garratt. El guardafrenos de cabeza Sr. Chimeno, natural de Nerva, encontró su muerte en el antiguo puente de la carretera de La Palma del Condado a Valverde del Camino.
En este tipo de locomotoras, que disponen de tender carbonera, parte de la dotación era muy normal, que a la hora de tomar un bocadillo, se sentaran en esta zona de la locomotora, recibiendo así el frescor que produce la velocidad del tren.
En esta estación, los trenes descendentes no paran, por lo que pasaban con bastante velocidad.
Al pasar por las casas próximas al puente de referencia, se encontraba ocupado aproximando tacos de maderas al alcance del fogonero para alimentar a la locomotora, en ese momento, observó que una gallina había sido arrollada por el tren, se levantó para observar el hecho y no tuvo presente la proximidad del puente, con lo cual, se dio un fuerte golpe con el arco de este en la cabeza y muriendo en el acto.

Comoquiera, que por el continuo paso de los trenes y el humo de las locomotoras, esta zona se encontraba muy negra por la parte alta del arco, fue tan grande el impacto, que algunos años posteriores, se apreciaba la marca del golpe.
En Pataleta kilómetro 40, situado entre las estaciones de Manantiales y Gadea. Hay un grupo de viviendas para operarios de Vías y Obras, formado por dos viviendas y otra sola a unos 50 metros de las anteriores. Entre unas viviendas y la otra, hay una alcantarilla para el paso de un arroyo.

El operario de Vías y Obras, apodado “Churrin”, salió de su domicilio para hacer la vigilancia de su distrito, para el primer tren de la madrugada y al pasar por la zona de la alcantarilla, resbaló y cayendo desde una altura aproximadamente de 10 metros, encontrando la muerte.
La familia situadas a 30 o 40 metros del lugar del accidente, no se habían percatado del caso ya que, estaba situado de forma, que pasando por los pasillos de la vía, no se le podía ver. No fue avistado hasta las 10.50 horas aproximadamente, que pasó por el lugar tren 18 con destino a Huelva. Un guardafrenos apellidado Lobo, previamente alertado por la estación de Manantiales del caso. Lo avistó y lo comunicó a la estación de Gadea ya que, no se había presentado en la estación de Gadea a dar la novedad de su servicio.

La Empresa tena establecido un servicio de inspección en el ferrocarril, al primer tren de cada día, para procurar detectar, desprendimientos de trincheras, piedras caídas sobre la vía, situaciones de los túneles y puentes, deformaciones en la vía por dilataciones y otros posibles obstáculos, evitando así posibles descarriles que pudieran darse.
Estos servicios se realizaban, en todo el ferrocarril entre Riotinto y Huelva. Todo esto suponía que cada Brigada al servicio de Vías y Obras, libraran por día, semana o mes un operario para realizar este tipo de servicio.

Consistía en que el operario liberado para este servicio, tenia que realizar una inspección en todo el distrito asignado a su brigada y comunicar a la estación correspondiente a su distrito, la novedad existente, antes que el primer tren pudiera salir de la estación anterior y tener la seguridad que la vía se encontraba sin novedad y expedita.
En el caso que nos ocupa, por razones lógicas, este señor, no se presentó a dar la novedad correspondiente y creó la alarma normal. Ante esta situación el primer tren de ese día tuvo que circular con la consiguiente precaución entre Manantiales y Gadea.

El día 14 de Diciembre de 1.955, el guardafrenos Julián García Reinoso, con residencia en La Aldea de La Naya y cuando se dirigía a tomar su servicio en la estación de Riotinto Estación a tres kilómetros de distancia. A la altura del kilómetro 79.300, observó una locomotora tipo C. conduciendo hacia Riotinto un corte de vagones tipo MF, cargados de piritas para la composición de la cabeza de la formación del tren 18, ante esta oportunidad, procedió tomar este tren. La hora era las 7.30 de la mañana aproximadamente, con lluvia, fuerte viento y con muy poca visibilidad por la hora y comoquiera que en esta zona la vía es doble, no se percató de un tren de obreros que circulaba en sentido contrario, siendo arrollado por la locomotora tipo K. Nº 106, de éste tren, causándole la muerte en el acto.

Túnel El Manzano, el accidente al que voy a hacer referencia se produce entre los años 1.956, 1.958. Tren 28 conducido por la locomotora tipo 200 Nº 203, su maquinista José Alfonseca, más conocido como “El Canario”. Con un tren procedente de Riotinto y con destino a Las Mallas.
A su paso por el puente del túnel de El Manzano, había un grupo de albañiles reparando unos defectos en la mampostería del puente y un operario llamado Antonio Bermejo Calero, circulando por el puente con un cubo de hormigón, no se percató de la presencia del tren y fue arrollado por la locomotora, falleciendo en el acto.

En honor a la verdad, hay que reconocer que este señor era extremadamente distraído, desde un gravísimo percance a nivel personal que le ocurrió y que no revelo por pertenecer exclusivamente a su vida privada y de su familia.
Accidente en Liria kilómetro 77.800, este punto se encuentra entre las estaciones de Jaramar y La Naya.
El día 18 de Marzo de 1.950, un tren circulando en sentido ascendente entre las estaciones de Jaramar y La Naya, colisionó con un corte de tren que se desprendió del que circulaba entre La Naya y Riotinto Estación.

A este último tren, a la altura del kilómetro 80, se le partió el acoplamiento a un vagón y se formó un corte del tren, quedando suelto, el furgón de cola y varios vagones, rápidamente se deslizaron estos carruajes en sentido contrario con gran velocidad, debido a la gran pendiente existente y encontrándose con el tren que circulaba entre Jaramar y La Naya, en el kilómetro 77.800. En el impacto de la colisión, muere el Inspector de locomotoras Sr. Sierra, que en ese momento conducía la locomotora del tren y quedando mal herido el fogonero Rafael López, llamado cariñosamente por sus compañeros, “Rafael el Mudo”

El jefe de tren Sr. Gallego y el guardafrenos de cola, que se encontraban en los carruajes cortados, se tiraron a su paso por el paso a nivel de la casa Sur de Marín ya que, eran conscientes de la situación que se les aproximaba. Resultando heridos estos señores de cierta gravedad.
La pendiente con mayor desnivel del ferrocarril, se encuentra entre las estaciones de La Naya y Rio tinto Estación.
Para evitar estas situaciones, la Empresa no tenía nada previsto ya que, podía ocurrir en cualquier momento y lugar, un problema de este tipo.
Fue a partir de este caso, cuando la Empresa tomó algunas precauciones, pero según mi criterio, solucionó el problema mal y solo escasamente al 25%. A continuación comentaré las soluciones que se llevaron a la práctica.

En la estación de Los Frailes, montaron una vía de unos 60 metros de longitud, con muy pequeña pendiente y con su terminación al precipicio del rio.
Cuando un tren salía de esta estación hacia Riotinto, se hacia el servicio a este llamado escape ya que, si se daba algún corte de carruajes de un tren, a su regreso fuera al rio, para evitar colisión alguna con algún tren en circulación entre Berrocal y Los Frailes. Sin considerar que en el corte pudieran venir personal de la dotación, sin poder haber podido abandonar los carruajes por la alta velocidad cogida.
En el kilómetro 80, hicieron otro escape, de las mismas características, este se hacía solo hacia la vía de escape, se trataba de un cambio de muelle, que al pasar el último carruaje del tren, se cambiaba hacia el escape. En este escape hubo un accidente, un tren después de haber rebasado el cambio del escape, se cortó el tren por rotura del acoplamiento de un carruaje, quedando compuesto el corte, por el furgón de cola donde viaja el jefe de tren Diego Salvador, el guardafrenos de cola y tres vagones tipo M, cargados de sílice.

Estos carruajes tomaron la vía del escape, saliéndose por el final de la vía, El Jefe de tren Diego Salvador, quedó herido leve debido a la poca velocidad que había cogido, por la proximidad al escape que se había dado el corte.
Un tren o parte del mismo, una vez cogida velocidad en este tipo de pendientes, los frenos no obedecen y una vez que salen de la pendiente, necesita no menos de 1 o 1.50 kilómetro, para poder ser dominado y parado. Con esto se puede suponer, que los escapes actuales de 60 metros y con muy poca pendiente, los resultados eran totalmente negativos para las personas y carruajes.

Los escapes que podían haber sido positivos, aprovechando la orografía del terreno. Haber hecho uno en la estación de Los Frailes, otro en Jaramar y un tercero en La Naya, de un kilómetro de longitud y con una fuerte pendiente, así se podían haber podido trabajar con seguridad y evitar desgracias personales y muchas pérdidas de material ferroviario.


El día 24 de Junio de 1.960, tren 12, que salió de la estación de Marín a las 5.20 horas, compuesto por 50 vagones M cargados con piritas y 2.100 toneladas, conducido por una locomotora tipo Garratt. El maquinista José Gómez Carrión, los fogoneros Manuel Carrizo y Victoriano Román, en cola el jefe de tren Manuel Gómez Chacón.
Al salir de Marín el tren y tomar la pendiente, empezaron a fallarle el freno a vacío al tren , empezando a tomar velocidad y esto suponía que en estas condiciones, al llegar a Los Frailes, la velocidad alcanzada podía pasar de los 100 K/h, con toda seguridad. A esto hay que añadir, que tanto el ferrocarril como los vagones, están construidos para 40 K/h, y como máximo para alcanzar los 45 o 50 K/h, en línea recta.


A la salida de la estación de Los Frailes, hay una curva muy cerrada, el temor en estos casos es la curva ya que, a gran velocidad, el tren puede saltar y la catástrofe está asegurada.
El maquinista José Gómez Carrión, se puso nervioso y conocedor de las consecuencias que podían derivarse de aquella situación, se tiró del tren antes que el tren tomara más velocidad. Dejando solo al tren y al resto de la dotación.
Los fogoneros pudieron quedarse con el tren y pararlo a 1.50 kilómetro después de la estación de Los Frailes y la terminación de la pendiente.


Puente Corumbel kilómetro 41.900. El día 8 de septiembre de 1.951, un tren formado por 75 vagones A, de piritas, circulando entre las estaciones de Manantiales y Gadea, conducido por dos locomotoras tipo K. Una de ellas era la titular del tren y la otra circulaba hasta Las Mallas, para levantar un tren desde esta estación para Riotinto, con materiales diversos.
En las proximidades del Puente Corumbel, a una de las ruedas de un vagón, se le fracturó una muñequilla de una rueda, provocando un descarrilamiento en cadena, cayendo 21 vagones desde el puente al rio. El guardafrenos Félix Iglesias, que ocupaba el centro del tren aproximadamente, fue casi un milagro que salvara la vida ya que, quedó en unos cuantos vagones que salvaron caer desde el puente.


Debido al descarrilo y los desperfectos ocasionados en la vía, el tren correo, fue necesario pernoctar en Las Mallas, hasta quedar la vía expedita, el día siguiente 9 de Septiembre de 1.951.

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