martes, 8 de noviembre de 2011

La Junta inscribe como BIC la zona patrimonial de la Cuenca Minera de Riotinto y Nerva

EDITADO EN EUROPA PRESS / IMAGEN: MCarmenBurgos



La Consejería de Cultura, a través de la Dirección General de Bienes Culturales, ha incoado el procedimiento para inscribir en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz (CGPHA), como Bien de Interés Cultural (BIC), con la tipología de Zona Patrimonial, la Cuenca Minera de Riotinto-Nerva, localizada en los términos de Minas de Riotinto, Nerva y El Campillo (Huelva), un conjunto patrimonial "único y excepcional" integrado por bienes diacrónicos y sincrónicos representativos de la evolución humana, y que son "reflejo de las diversas culturas y sociedades que han ocupado este territorio minero, uno de los más relevantes a escala mundial".

Según ha informado la Junta en una nota, con la inscripción en el Catálogo de esta Zona Patrimonial se da protección a un amplio espectro de bienes de variada condición y naturaleza --de carácter material e inmaterial--, como la Corta Atalaya, el barrio de Bellavista, el ritual de la Esquila (actividad de interés etnológico, que consiste en el cante de coplas alusivas a la Virgen del Rosario por parte de un grupo ritual masculino), el Museo Minero de Riotinto o el Archivo Histórico Minero, entre otros.

Se trata de "referentes de las formas de vida y de trabajo", de determinadas identidades colectivas, así como de unas formas de organización del territorio y de una evolución paisajística propia marcada por la actividad allí desarrollada a lo largo del tiempo.

La Zona Patrimonial, por tanto, abarca diversos valores patrimoniales de tipo cultural y natural conexos entre sí, de carácter histórico, arqueológico, etnológico, urbanístico, industrial, arquitectónico, bibliográfico, paisajístico y ambiental, sin los cuales no puede entenderse la esencia de la Cuenca Minera de Riotinto-Nerva.

De los valores arqueológicos de la Zona Patrimonial resulta de interés destacar la existencia de numerosos yacimientos, que evidencian la ocupación y explotación del territorio desde las sociedades más antiguas, que se remontan a época calcolítica, como es el caso del dolmen de La Lancha, localizado en el término municipal de Nerva.

De la edad del Bronce se conservan yacimientos como el hábitat de Tres Águilas o las cistas de la Parrilla. Ya de época romana, cuando la explotación industrial en la zona convirtió a Riotinto en una de las minas claves para sustentar al aparato estatal romano, se localizan, entre otras, las necrópolis de La Dehesa o Marismillas, los poblados de Planes, Tres Cruces o Corta del Lago, o las galerías de Corta Dehesa, Corta Salomón o Peña del Hierro.

Asimismo, cabe señalar en la Cuenca Minera las singularidades urbanísticas y arquitectónicas originadas por la llegada de la Río Tinto Company Limited, importadas de Gran Bretaña y que responden a una racionalidad y concepto diferente a todo lo que había existido hasta entonces en la comarca, e incluso en la comunidad andaluza.

Se realizan viviendas exclusivas para trabajadores de la mina, edificios dentro del propio pueblo para la Compañía, como la casa dirección, la casa de huéspedes o el edificio que contiene el Archivo Histórico de la Fundación Río Tinto, y se crea el barrio de Bellavista, un complejo exclusivo para los miembros del staff técnico británico.

Con este expediente se han protegido, además, una serie de bienes muebles, de diversa naturaleza, que se encuentran dispersos en la Zona Patrimonial, aunque los más relevantes se encuentran en el Museo Minero de Riotinto y en el Archivo Histórico Minero de Riotinto.

En concreto, en el Museo --ubicado en el antiguo hospital minero-- se conservan restos arqueológicos y maquinaria industrial, entre los que cabe destacar el conocido como el 'vagón de Maharajah', construido en 1892 para ser utilizado en los ferrocarriles de la India.

El Archivo Histórico Minero, por su parte, guarda numerosos documentos generados por las distintas compañías que han explotado las minas de Riotinto. Su organización se inicia sistemáticamente a partir de finales de 1990, siendo un elemento clave en la investigación, conservación y difusión del patrimonio documental minero.

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