martes, 9 de noviembre de 2010

Y LLEGO EL FINAL...

Si, lo se. Lo que ha ocurrido era algo esperado, pero no por ello deseado, y ni mucho menos bien hallado.
Hoy me dieron una carta, un simple papel, donde se reflejaba lo que todos sabíamos que iba a ocurrir. Hoy firme un triste papel y en la rúbrica quedaron miles y miles de momentos, momentos de agobio, momentos de alegría, momentos de esfuerzos, de superación, de caer y levantarse, de auntenticas putadas, de grandes compañeros… en definitiva, con esa firma acababa una parte muy importante de mi mismo.

Al salir por la puerta de aquella oficina, he cerrado los ojos y un montón de imágenes han desfilado por mi mente en un solo segundo…
Miro y remiro esa hoja de papel, donde me dicen que todo terminó; y sigo queriendo creer que esto es un punto y aparte, una creencia a la que me aferro como un náufrago a un tablón.

Cae algo de lluvia, y me hace recordar esas interminables jornadas de trabajo bajo el agua, y me da la sensación de sentir el dolor que el frio y el agua causaba en las manos. Y de esa forma, y, porque no decirlo, con los ojos algo empañados, miro atrás. Y en ese recorrido íntimo y personal voy viendo a los que han sido compañeros de viaje, y me detengo en los recuerdos de los malos y de los buenos momentos… Sí, en el de los malos también, porque han sido vividos con los que eran y son mis compañeros, pero me refiero a los compañeros de verdad, otros solo han sido personas que trabajaban en el mismo sitio que yo. No, no os equivoquéis, no es rencor lo que muestro, simplemente le otorgo a cada uno lo que se merece, lo que se ha ganado con sus actitudes y con sus aptitudes.
Y no quiero perder ni un solo minuto más en ellos, ni con ellos; afortunadamente no son muchos.

Me quedo con lo mejor de cada uno de mis verdaderos compañeros, y a ellos les debo una parte de mi. Me quedo con todo lo que he aprendido de ellos, con todo lo que me han enseñado… Me quedo con la realidad que ha sido el que mis alegrías fuesen también suyas, con la certeza de que las tristezas a las que la vida nos sometió fueron más llevaderas porque el compañero estaba al lado, como si fuese tu familia. Y es que, al fin y al cabo, mis compañeros, los verdaderos, los que van de frente, han sido y serán una prolongación de mi familia, y, además, una prolongación de mí mismo.

Todo parece una triste despedida, y sé que la mayoría no tardaremos en vernos, pero ya no será igual; y apuesto que las conversaciones venideras empezaran con un. “ ¿Te acuerdas de…? Y luego vendrá la “batallita”…
Ahora cierro los ojos, y oyendo esta música, volveré a recordar algunos de los muchos momento vividos, fuesen malos o buenos, con mis verdaderos compañeros, con mis amigos, con los que se han ganado mi respeto y admiración a base de un esfuerzo y un trabajo de mucho tiempo…y eso no lo puede hacer desaparecer ningún papel, ni ningún consejo de administración, ni ningún político apoltronado, ni nadie por muchos “DON” que lleve delante del nombre…
Suerte a tod@s; COMPAÑER@S; suerte y GRACIAS, ya sabeis donde teneis “al palomo”…
Y ahora, el que quiera, que le de al "play" y cierre los ojos conmigo, para recordar y guardar donde se han de guardar los recuerdos de una vida...

4 comentarios:

  1. Palomo, te mando un fuerte abrazo.
    ¿Qué puedo decirte si tú lo has dicho todo?. ¡Qué difícil es ponerse en vuestro lugar!, ojalá todos hicieran un esfuerzo por imaginar vuestros sentimientos, más de uno cambiaría.

    Hablaremos en persona con más detalle.
    Fdo. Carlos Vázquez.

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  2. Solo voy a decir una cosa politicamente incorrecta: me cago en la leche. Se podrían decir muchas mas.
    Rafael Perea

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  3. Tan solo decir que lo siento y un fuerte abrazo para todos los compañeros.salamanca08

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  4. Gracias por vuestro apoyo.
    Un abrazo.

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