domingo, 4 de julio de 2010

¡¡ COMO NO VOY A ESTAR GORDO ¡! ( ALGUNOS RECUERDOS 7ª PARTE)

En esta era en que se busca la perfección del cuerpo, y más en esta época del año en que se luce palmito, todo el mundo quiere perder unos kilitos.
Me decía un amigo el otro día, “ He perdido 7 Kilos”; a lo que yo le respondí sin dudar: “ ¿ Que los has perdido? Pues no los busques, que los tengo yo”.
Y buscando fuerzas para acometer de nuevo un régimen que me haga bajar de nuevo a los 100, usease, perder unos 16-17 kilillos, me ha dado por evocar sabores infantiloides, algunos de nefastos recuerdos, y otros, los más, que logran sumirme en un estado de salivación bucal exagerada.
Yo no sé porqué , pero tengo la creencia de que antes todo estaba más rico que ahora; y además afirmo que todo eras más grande…¿o no?
Obviamente al recordar este tipo de historias se te habrá venido a la cabeza el desayuno y merienda ideal, o lo que es lo mismo, su majestad el COLACAO. El de siempre, el único, el colacao… Aunque siempre recordare el primer día emn que mi santa madre me dijo que no había colcao y que había traido “nesquik”.. “ ¿ Nesqueuquequeeeeeee?” intente repetir yo un poco atónito; “Nesquik, Manolito…Además, si es lo mismo, si son iguaaaaleeeessss”.
Si Mama, lo que tu digas, y los niños vienen de Paris, y el olor a tabaco de mi camiseta es porque habían estado fumando a mi lado…aainnnnnssss.




Perdonadme. Pero no esperéis una visión imparcial de este asunto. Yo soy del COLACAO, yo cantaba lo del “negrito del áfrica tropical” mientras batia mi propio record de vueltas de cucharas haciendo el colacao en un minuto.
Colcao no regalaba nada, tan solo el placer de “comerte los grumos, pero el maldito conejo de nesquik apareció regalando linternas, llaveritos y mil pijadas más que hicieron que las preocupadas madres accedieran a abrirle la puerta de la despensa de casa. Craso error. No había comparación… Aunque ese conejo no estuvo siempre en el bote de Nesquik, como demuestra esta imagen.


En fin; lo que dos o tres cucharadas de Colacao lograban, no lo conseguían las cinco o seis de Nesquik… Ni por asomo se le podía asemejar. El Colacao es el Colacao, además es “olímpico” (Moscú 80, Los Angeles 84, Seúl 88); mientras que aquel bote metalico de Nesquik no iba a ningún lado. En fin, que soy fans del polvo dulzón del Colaco, pero del Colacao de toda la vida, nada de “ Colacao Turbo” ni pijotadas similares.

Algunos datos, ya más en serio.
Cola Cao es una marca comercial de chocolate en polvo de la empresa española Grupo Nutrexpa, nacido en 1946.


Nesquik es una marca y un producto de la compañía Nestlé, consistente en cacao en polvo soluble en la leche, que fue desarrollado en los Estados Unidos en 1948, e introducido en el mercado como Nestlé Quik. El producto sirve para cambiar el sabor de la leche para que sepa a chocolate. En la década de los años 50 el producto fue lanzado en Europa con la marca Nesquik.
Bueno, lo dicho, arriba el Colacao. Ni que decir tiene que no haremos mención de otras marc as y productos que quisieron sumarse a este duelo sin lograrlo, como por ejemplo, el caoflor, el colcavit, y paridas por el estilo.
Este duelo es muy parecido al que quisieron emular años después otras dos marcas insignias de nuestra infantiloide gastronomía:



Aquí si que no hay discusión, sin dudarlo NOCILLA.
Vamos, que me vas a decir que saben igual. ¡Que vá! Esa nocilla en ese dedo…en esas galletas maria…en esa cuchara que regalaba el café Catunambú…mmmmmmmm, que cosa mas rica.
Además, con la Nocilla tu madre ahorraba una pasta en vajilla, oséa, en vasos. Sí, sí, ahora te estás riendo porque aún quedan vasos de esos en el mueblo de la esquina de la cocina, justo al lado de las dos tazas de la vajillas verde que jamás se rompía…Jejejeje.
Meriendas que hacían historia, aquellas tardes de “pan y chocolate”, o de chorizo y queso fresco, quedaron relegados a un segundo plano al llegar la NOCILLA a tus tardes de meriendas frente al televisor viendo Barrio Sesamo, o los “Diminutos”; o sufriendo porque Marco las estaba pasando “putas” para encontrar a su madre… Que por cierto; ya le vale a la buena mujer… Pero, las penas con NOCILLA, eran menos penas.


Hablando de estas “meriendas sanisiiiiimas”, no puedo ni debo olvidar el escalofriante trio que formaban estas tres fantásticas perlas:


Si, ya lo se, si leías la composición de estos tres pastelitos parecía que estabas haciendo un experimento fétido con el “Quimicefa 5, pero no podréis negar que estaban ( y están, aunque ahora menos) riquísimos. Ademas te regalaban unas “calcomanias” que eran flipantes, o unas pegatinas de escándalo.
Por cierto, hablando de pegatinas; el lograr la colección que veis en la siguiente foto era sinónimo de triglicéridos, de grasas saturadas, de todo eso que está prohibido y que suele ser lo mas delicioso.



Si, amig@s, los TOYS. Esas cosa verdes nos hicieron adictos a finales de los ochenta a los bollycaos. Los de antes si que eran grandes y ricos, además con la crema de chocolate por todo el bollo. Además eran unas pegatinas muy ocurrentes, y todos poníamos en el libro de matematicas la pegatina de “TOY QUEMAO”.
Sin duda, este capitulo de recuerdos merece una entrega más, o quizás varias.
Hablaremos en esa entrega de las "cosas" refrescantes que nos zampabamos...
Ea, pues que haya alivio...

2 comentarios:

  1. Primo, de nuevo "genial", yo muchas veces no quería colacao y lo cambiaba por el "cafémigao".

    Una idea para la 8ª o 9ª parte puede ser: los juegos (los bolinches, el trompo, las estampas, la canoa, el conejo de la suerte, etc.)
    Venga sigue maquinando que es lo que hacen los máquinas. Besos

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  2. Enhorabuena, totalmente de acuerdo en todo. Yo a la santísima trinidad de los pastelitos le añadiría el Bucanero, dejaría de ser trinidad, pero no santísima ¡¡ Gracias.

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